El colorido y característico final en Bilbao con doble paso por el Alto del Vivero regresa a la Vuelta a España tras la temporada 2019, donde Philippe Gilbert se impuso a Alex Aranburu y Fernando Barceló en una jornada donde el público se volcó arengando a los ciclistas. Será un perfil quebrado, con hasta cinco puertos cortos pero exigentes, similar al año 2011. En aquella edición, Bilbao volvía como final de etapa después de su última aparición en 1978 y se convirtió en una fiesta de la marea naranja con la victoria de Igor Anton. Su emplazamiento en carrera, a mitad de la primera semana, podría generar una jornada difícil de controlar y predecir.
Recorrido de la 5ª etapa: Irún - Bilbao (187,2 km)
La quinta jornada arranca en Irún, lugar que marca la frontera con Francia. Esta ciudad regresa a la Vuelta a España después de acoger la salida oficial en 2020 tras el cambio y la reducción del recorrido obligado por la pandemia. El inicio será paralelo a la costa durante cerca de 90 kilómetros, atravesando poblaciones como San Sebastián, Zarauz, Zumaia, Ondarroa… sobre un terreno quebrado, siempre incómodo y con varios repechos exigentes antes de adentrarse hacia el interior y afrontar los cinco puertos de la jornada.
La ascensión a Gontzagarinaga (5,3 km al 4,5%) será la puerta de entrada a unos últimos 100 kilómetros en los que lucirá el esplendor del territorio vasco, tanto por su orografía como por el calor del siempre pasional público ciclista de Euskadi. Prácticamente encadenados se encuentran el Balcón de Bizkaia (4,2 km al 5,6%) y el Alto de Morga (8,6 km al 3,5%), que serán la antesala del colofón final con el circuito en las calles de Bilbao y el doble paso por el Alto del Vivero. Este puerto es un lugar muy representativo y concurrido por los ciclistas de la zona y marca los 50 kilómetros restantes hasta la línea de meta.
Se trata de una ascensión que desde su inicio en Galdakao cuenta con 4,6 km y una pendiente media que ronda el 8%, aunque es una cifra ligeramente engañosa. Pequeñas zonas de descanso, en torno al 4%-5%, se entrelazan con porcentajes superiores al 10%, incluso alcanzando el 16% en algunos tramos. Estas rampas son las más constantes en un subida acompañada de una abundante vegetación y un público que abarrotará las cunetas transmitiendo su aliento y dejando un pequeño cauce para el paso de los ciclistas.
Una vez los corredores coronen el Vivero por segunda ocasión, faltarán poco más de 14 kilómetros a través de un descenso rápido que culminará en las calles de Bilbao. Si algún ciclista en solitario, o un grupo selecto, consigue una pequeña diferencia en la cima, será complicado que por detrás haya capacidad para recuperar la distancia. Sin duda, un final de etapa interesante y propicio para ver movimientos al estilo clásica pensando en el triunfo de etapa.
Favoritos
Sobre el papel, parece una jornada en la que la fuga podría tener serias opciones de pelear por el triunfo de etapa. El terreno es difícil para controlar si se marcha un grupo numeroso, los velocistas no estarán en disposición de disputar y la clasificación todavía no está muy definida, por lo que desde el pelotón podría no haber la intención suficiente para tratar de echar abajo la escapada. En este sentido, ciclistas como Jesús Herrada (Cofidis), Thomas de Gendt (Lotto-Soudal), Roger Adrià (Kern-Pharma), Soren Kragh Andersen (Team DSM), Nans Peters y Clement Champoussin (AG2R-Citroën) o Marc Soler (UAE Team Emirates) tendrán la oportunidad batallar por un triunfo prestigioso y especial.
Evenepoel consiguió su segunda victoria en la Clásica de San Sebastián / Fotografía: Quick Step
A pesar de ello, en el grupo trasero también habrá corredores con ambición de mover la carrera en un final propenso para movimientos lejanos desde el Vivero y que, de esta forma, el ritmo de la carrera se mantenga vivo para dar caza a los fugados. Tras su exhibición en la Klasikoa, Remco Evenepoel (Quick Step-Alpha Vinyl) tiene un perfil interesante en el que volver a desplegar todo su potencial para distanciarse del pelotón con un ataque duro. Si el belga es capaz de marcharse en solitario, o en un grupo reducido, será muy complicado que por detrás alguien tenga la capacidad de recuperar tiempo.
Una táctica valiente por la que también podría optar Simon Yates (Team BikeExchange). El británico se ha mostrado muy fuerte en las carreras del calendario español que ha disputado previas a la Vuelta, como la Clásica de Ordizia y la Vuelta a Castilla y León. Siempre es una incógnita saber cómo va a responder a lo largo de las tres semanas, pero tradicionalmente es un ciclista que en este tipo de jornadas de media montaña y finales explosivos es capaz de mostrar su mejor versión.
En caso de que se produzcan estos previsibles contraataques en la parte final de la etapa, desde el pelotón también podrían optar a la victoria ciclistas Juan Ayuso (UAE Team Emirates), Sergio Higuita (Bora-Hansgrohe), Ethan Hayter (Ineos-Grenadiers) o el propio Julian Alaphilippe (Quick Step-Alpha Vinyl).