Cuando la primera etapa del Tour de Francia Femenino 2023 concluyó en Clermont-Ferrand, la ciclista belga Lotte Kopecky y el equipo SD Worx-Protime sonreían, asegurándose la victoria, el maillot amarillo, el maillot verde y el maillot de la montaña. Sin embargo, en el otro extremo de la línea de meta se podía observar una imagen completamente opuesta. La francesa Juliette Labous (DSM-Firmenich) se encontraba con cara de circunstancia, como si no supiera qué había ocurrido.
Tras cruzar la línea de meta, Labous había cedido un minuto y treinta y seis segundos con la ganadora Kopecky, y en torno a 40 segundos con el resto de las principales favoritas de la general. Y la francesa estaba visiblemente disgustada. Tenía las manos tapando su rostro y estaba sentada contra la barandilla jadeando tras el esfuerzo que acababa de realizar. Sus labios temblaban mientras se percibía el sentimiento de decepción y frustración que la invadía. Consolada en todo momento por sus compañeras de equipo, Labous regresó al autobús y más tarde confirmó que el calor sofocante le había pasado factura durante la Côte de Durtol, el momento clave en el que comenzaron los ataques en la jornada inaugural.
Relacionado – Tour de Francia 2023: diez kilómetros y muchos corazones amarillos
Relacionado – Suscríbete a VOLATA, tu revista de cultura ciclista
Sin embargo, su rendimiento en la segunda etapa fue radicalmente diferente, quizá por el cambio desde el punto de vista meteorológico. Durante el recorrido hacia Mauriac la lluvia hizo acto de presencia y redujo la temperatura en hasta diez grados con respecto al sol abrasador y el calor del día anterior. En esa situación Labous recuperó su mejor versión, protagonizando varios movimientos en las diferentes cotas de la parte final de la etapa, demostrando que la primera jornada tan solo fue un contratiempo. "Me ha gustado estar en cabeza de carrera y sentirme otra vez importante, en lugar de ir detrás", nos comentó la ciclista francesa antes de subir al autobús del equipo. "El resultado no ha sido el que me hubiera gustado, pero estoy contenta con las sensaciones que he tenido”.
Fotografía: Tornanti.cc
Trató de sorprender a falta de 24 kilómetros, pero a pesar de su pérdida de tiempo ningún equipo, especialmente el SD Worx-Protime, quiso dejar escapar a una ciclista como Labous, firme candidata a ocupar una de las tres posiciones del podio. Fue la potente Marleen Reusser quien cerró el hueco en primera instancia, aunque la francesa volvió a atacar en el caótico y húmedo descenso antes de la ascensión final a Mauriac. "Mi objetivo era claro: ganar la etapa y comenzar a recuperar tiempo en la clasificación general”, explicó.
El triunfo no fue posible, pero cruzó la línea de meta con una sonrisa. Todas las favoritas llegaron juntas y Liane Lippert (Movistar Team) fue capaz de batir al esprint a una Lotte Kopecky que reportó un pinchazo en el tramo final de la etapa. Aunque el maillot amarillo sigue estando lejos (1’46”), Juliette Labous había conseguido dar un giro a las malas sensaciones iniciales en una jornada con dura con más de 2.500 metros de desnivel.
La presión también es un factor a tener en cuenta. Ninguna ciclista francesa ha conseguido un triunfo de etapa desde el regreso el año pasado del Tour de Francia Femenino. En este aspecto, Juliette Labout, a sus veinticuatro años, representa la gran esperanza del ciclismo galo, no solo para lograr una victoria parcial sino también en la clasificación general. "Es muy agradable el apoyo que recibo, sobre todo en la salida y a lo largo de las carreteras. Oigo a mucha gente decir mi nombre, y eso me motiva mucho. Quizá haya un poco de presión, es inevitable, pero creo que me empuja más que cualquier otra cosa", destacó.
La preparación y aproximación de Labous a este Tour ha sido idéntica a la de 2022, llegando a la ronda gala con el mismo número de días de competición. Sin embargo, lo hace con una vigilancia que quizá el año pasado no tenía tras dar un gran salto adelante, especialmente después de cosechar una brillante segunda posición en el pasado Giro Donne. En el Tour de 2022 rozó la tercera posición del podio que ocupó la polaca Kasia Niewiadoma (Canyon // SRAM) y este año espera asaltar ese escalón. Y a pesar de la crucial jornada en el Tourmalet, considera que el Macizo Central podría ser decisivo: “Espero con impaciencia la cuarta etapa, con final en Rodez, porque parece muy dura, al estilo de las Ardenas, así que creo que habrá fuegos artificiales".
Las dos primeras etapas de Juliette Labous son el fiel reflejo de que en las grandes vueltas se pueden atravesar altibajos y que es muy difícil predecir cómo se desarrollará la carrera. Precisamente, en una entrevista previa al inicio de la segunda etapa, la ciclista francesa comentó: "El cuerpo no es una ciencia perfecta", refiriéndose a cómo afrontó el calor en la primera etapa. A pesar de aquella circunstancia, Labous se redimió en Mauriac, añadiendo con confianza: "Iré a mejor con el paso de los días". La capacidad de recuperarse física y mentalmente y encajar los golpes marca la diferencia, y Labous es consciente de que lo importante es llegar con cierta frescura a la parte final del Tour de Francia.
Imagen de cabecera: Getty Images