Tras completar la etapa más larga de la historia moderna del ciclismo femenino, las ciclistas retoman su camino hacia las montañas del Tour de Francia femenino en una sexta jornada que se dirige a Rosheim. La ciudad, situada en el valle del río Meurthe, está rodeada de las características montañas boscosas de arenisca que protagonizan el accidentado recorrido del día, con hasta cuatro subidas categorizadas. Un pequeño anticipo de lo que serán las dos grandes jornadas para acabar decidiendo la batalla por el maillot amarillo.
Recorrido de la 6ª etapa: Saint-Dié-des-Vosges - Rosheim (128,6 km)
La salida desde Saint-Dié-des-Vosges será relativamente cómoda con una carretera que va ascendiendo de forma ligera en dirección a la frontera con Alemania hasta el primer desafío de la jornada, el Col d'Urbeis (4 km al 3%). Se presume como el punto en el que podría acabar de confirmar la fuga del día tras unos primeros 20 kilómetros difíciles para conseguir una diferencia sustancial. Tras el descenso, las ciclistas se adentran en un terreno un tanto más sinuoso a través de la región de Bas-Rhin.
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Cerca de la línea de meta la carrera dibuja un bucle alrededor de Rosheim, en plena región vinícola de Alsacia, con una sucesión de cotas en los últimos 70 kilómetros de la etapa. La primera subida será la Côte de Klingenthal, una empinada rampa de 1 km de longitud que alcanza el 6,1% de pendiente media.Poco después, se enfrentarán a la única subida de tercera categoría del día, la Côte de Grendelbruch. Se trata de una prueba un tanto más exigente, ya que en 1.200 metros los porcentajes se mantienen constantes al 8%.
A partir de ese punto se abre un periodo en el que tanto las aspirantes al maillot verde como a la clasificación general tendrán la oportunidad de sumar puntos en el esprint intermedio de Urmatt y la corta ascensión de Mollkirch, que ofrece segundos de bonificación en su cima. Una vez superada esta pequeña cota, la carrera desciende hacia Rosheim, pasando por primera vez por la línea de meta antes de afrontar un circuito de 28 km en el que se abordará la última subida de la jornada, la Côte de Boersch.
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La subida presenta cerca de 2,2 kilómetros de longitud y aunque no es especialmente empinada, con pendientes del 4,4%, el falso llano que continúa tras coronarla y un pequeño repecho antes del descenso final podría ser un buen lugar para un movimiento definitorio en busca de la victoria de etapa.
Segmentos destacados
Col d'Urbeis | Côte de Grendelbruch |
Côte de Boersch | |
Favoritas
De nuevo, el estilo de ciclista capaz de pelear por el triunfo parcial parece aquella que suele brillar en la temporada de clásicas. Se trata de un terreno quebrado, aunque sin una sucesión constante de cotas por lo que se puede recuperar entre ascenso y ascenso. Esto permite pensar en la posibilidad de que alguna velocista consiga pasar el corte. Sin embargo, con la última subida tan cerca de la meta es probable que veamos movimientos potentes buscando un grupo pequeño y romper el pelotón.
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De esta forma, las sospechosas habituales en los finales de etapa volverán a ser las grandes protagonistas. El conjunto SD Worx presenta dos, y hasta tres, bazas interesantes como son Demi Vollering, en caso de movimientos explosivos en el desenlace, Lotte Kopecky, que se defiende bien en este terreno y es una gran velocista, o Marlen Reusser con un ataque lejano. Por supuesto, el terreno se adapta a las características de Marianne Vos (Jumbo Visma), Elisa Longo Borghini (Trek-Segafredo), Cecilie Uttrup Ludwig (FDJ - SUEZ - Futuroscope) o la propia Annemiek van Vleuten (Movistar Team), que intentará recuperar su mejor versión antes de adentrarse en las jornadas montañosas.
Imagen de cabecera. A.S.O.