La región vinícola de Beaujolais, al sur de la Borgoña y al norte de Lyon, será la gran protagonista en esta última jornada del Macizo Central antes de que el Tour de Francia se adentre de lleno en el Jura y los Alpes. No suele ser una zona recurrente de paso en la ronda gala, de hecho la población de Bellville-en-Beaujolais es una llegada inédita en el Tour. Su relación con el ciclismo tampoco se puede expandir a otras carreras, pues tan solo ha acogido la línea de meta en la segunda jornada del Criterium du Dauphiné de 2018.
En aquella ocasión, la victoria fue para el alemán Pascal Ackerman al esprint en una jornada con varios puertos, pero que en su conjunto era más suave que esta decimosegunda etapa. Resulta complicado pensar en un desenlace similar en este caso, donde la dureza acumulada en la parte final incrementa las opciones de que una fuga que combine rodadores potentes y escaladores pueda disputarse el triunfo de etapa.
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Hora de salida: 13:05h / Hora prevista de llegada: 17:21h
Recorrido de la 12ª etapa: Roanne - Bellville-en-Beaujolais
La etapa será exigente desde el inicio en Roanne, con un primer tramo montañoso en el que se asciende la Côte de Thizy-les-Bourgs (4,3 km a 5,6%) y el Col des Écorbans (2,1 km al 6,9%). Además, durante estos primeros 65 kilómetros se superan constantes repechos con rampas que oscilan entre un 3% y un 4%. Se trata de un terreno duro en el que los ciclistas que consigan filtrarse en la fuga tendrán buenas piernas, pues la fatiga de los días previos y la complejidad de la orografía no permitirá una escapada sencilla de consolidarse.
El primer descenso hacia el valle del río Saona, el principal afluente del Ródano, supondrá un ligero respiro, aunque algo ondulado, en la parte central de la etapa camino del esprint intermedio. También parece que el calor sofocante de los días previos desaparecerá, algo que agradecerán los ciclistas. Será en los últimos 70 kilómetros cuando regrese la montaña con una nueva incursión en el terreno escarpado de Beaujolais. Esta fase decisiva de la etapa encadena tres ascensiones en poco más de 35 km en las que los ciclistas con un perfil más escalador de la presumible fuga intenten jugar sus cartas buscando el triunfo de etapa.También puedes ver el segmento en Strava
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Sin duda, tendrán opciones para ello acumulando fatiga en el Col de la Casse Foide (5,2 km al 6,1%) y el Col de la Croix Montmain (5,5 km al 6,1%) antes de la exigente y definitiva subida al Col de la Croix Rosier. Este último puerto de 5,3 km presenta una media del 7,6%, pero en sus tres kilómetros centrales cuenta con rampas siempre por encima del 8% de forma constante y máximas que llegan hasta el 10%. El que tenga un gramo de fuerza más que sus rivales debería moverse en este tramo, aunque todavía restarán más de 28 kilómetros para la línea de meta.
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Esta parte final será favorable, con el pequeño repecho de Brouilly (1,7 km al 5,1%) como única dificultad hasta la meta de Bellville-en-Beaujolais. Al igual que ocurrió en la décima etapa, donde consiguió una emotiva victoria Pello Bilbao, si un ciclista consigue marcharse en solitario y detrás el grupo perseguidor se organiza puede haber terreno suficiente para recuperar la diferencia y que la fuga vuelva a compactarse, como le sucedió al letón Krists Neilands camino de Issoire.
Imagen de cabecera: Zac Williams / SWPix