Milán-Sanremo 2024: tan cerca, tan lejos

Milán-Sanremo 2024: tan cerca, tan lejos

Jasper Philipsen conquista la 115ª edición de La Classicissima en un final de infarto repleto de matices. Tadej Pogačar lo intentó por partida doble en el Poggio, pero un Mathieu van der Poel sublime tácticamente arruinó las aspiraciones del esloveno y le sirvió en bandeja el triunfo a su compañero de equipo.

Jasper Philipsen Mathieu van der Poel Milan-Sanremo Tadej Pogacar Texto: Álvaro Rubio

La incertidumbre, la tensión in crescendo y la riqueza táctica en los últimos kilómetros de la Milán-Sanremo es incomparable. Un sello único que nunca defrauda. El primer Monumento del año tiene esa cualidad innata para que en cuestión de minutos un ataque con trazas de definitivo de Tadej Pogačar en el Poggio se convierta en un esprint en el que Michel Matthews rozó por tercera ocasión —ya subió al podio en 2015 y 2020— la victoria en La Classicissima. “So close” (tan cerca) decía el australiano nada más cruzar la línea de meta. Y es que escasos centímetros le acabaron dando el triunfo a Jasper Philipsen en Vía Roma.

“Había soñado con este momento, pero todavía no me lo creo”. Estas eran las primeras palabras de un eufórico (e incrédulo) Philipsen tras conquistar la Milán-Sanremo. El ciclista belga volvió a echar mano de ese talento natural y esa explosividad en los metros finales para generar un pequeño hueco entre la valla publicitaria y Matthews y acabar rematando. Había pasado desapercibido, pero apareció en el momento oportuno. En cierta manera, esa es la esencia de esta carrera. Con la confianza de ser el mejor velocista del momento, y demostrando que su repertorio alcanza tonalidades que van más allá de su faceta como esprinter, Philipsen sigue dando pasos firmes labrándose un inmenso palmarés.

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Ese golpe de riñón fue el culmen de un final en Sanremo que siempre tiene ciertas similitudes al efecto mariposa. En una vorágine de acciones sucesivas que se convierten en un vaivén de contrapesos, cualquier detalle irrisorio puede desencadenar en un relato con múltiples desenlaces diferentes. En esta 115ª edición de La Classicissima la figura del narrador de la historia recayó en Mathieu van der Poel, que se enfundó el mono de trabajo al servicio del bien colectivo del Alpecin-Deceuninck. 

Hizo falta una fotofinish para conocer el ganador en un apretado esprint (Foto: Milán-Sanremo)

Jasper Philipsen alzó su bicicleta Canyon para celebrar la victoria (Foto: SWPix)

El Campeón del Mundo, que defendía la corona en Sanremo en su primer día de competición en carretera, ejerció de escudero de lujo para Philipsen en dos momentos cruciales: cuando Pogačar asestó su segundo ataque en el Poggio —en este caso pensando también en su propias opciones— y cuando cerró el hueco con Matej Mohorič tras el reagrupamiento en el descenso. En otras circunstancias, el brillante movimiento del esloveno aprovechando el parón habría significado una más que posible victoria. Otro de esos ricos matices en la estrategia incierta de Sanremo.

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En toda esta ecuación, el gran nombre propio es quizá el de Tadej Pogačar, al que el equipo no acompañó en el tramo decisivo (a pesar de un Isaac Del Toro excelso en La Cipressa). El ciclista de UAE Team Emirates volvió a desafiar a la lógica y a corredores que se adaptan mejor a la naturaleza de la prueba. Sin embargo, el esloveno no entiende de raciocinio. El Poggio fue el lugar escogido para lanzar dos golpes que estuvieron a punto de noquear a los rivales. Pogačar llegó a conseguir esa peligrosa distancia que normalmente acaba siendo decisiva antes del vertiginoso descenso, aunque Van der Poel tenía otros planes. 

Los tres integrantes del podio se tomaron un 'selfie' amistoso frente al público y los fotógrafos (Foto: SWPix)

En 2022 fue 5º, el año pasado 4º y esta edición se ha estrenado en el podio con una 3ª plaza batiendo al esprint a Mads Pedersen. Siguiendo esta dinámica, ¿llegará la victoria en 2026? Lo cierto es que es muy complicado que Pogačar pueda ganar la Milán-Sanremo, pero no cabe duda de que lo seguirá intentando. Mientras tanto, su carácter y personalidad le llevan a disfrutar como un enano el hecho de compartir podio con dos de sus mejores amigos en el pelotón. “Es uno de los mejores días de mi vida”, explicaba sin disimulo en la entrevista previa al podio.

Foto de cabecera: Getty Images

 

Jasper Philipsen Mathieu van der Poel Milan-Sanremo Tadej Pogacar Texto: Álvaro Rubio

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