Cómo el cambio integrado STI revolucionó el ciclismo

Cómo el cambio integrado STI revolucionó el ciclismo

Keizo Shimano transformó la forma de competir con un nuevo sistema de cambio en los años noventa. Los que lo conocían, sabían que la integración era una de sus obsesiones.

Fotos: Irmo Keizer Texto: Dan Cavallari

Cuando Shimano lanzó su Sistema de Integración Total —conocido dentro del mundo del ciclismo como STI—, Keizo Shimano, tercer presidente de la compañía, llevaba tiempo soñando con ruiditos de clics. Había visualizado la cadena circulando a gran velocidad a través de los piñones mientras emitía un agradable zumbido que cesaba con un clic, para dejar paso al silencio y el crujir de la goma de los neumáticos sobre el asfalto y la respiración agitada: una sinfonía en la que el hombre y la máquina congeniaban a la perfección. 

Al fin y al cabo, el STI conllevó tres años de trabajo. Keizo llevaba tiempo con esa obsesión en la cabeza.

Clic, clic. Cambio. Clic, clic. 

Con la creación de Keizo en manos de corredores profesionales ya en 1990, ni siquiera en esos sueños inspiradores podía presagiar la revolución que había desatado en el mundo del ciclismo.

De hecho, el STI lo cambió todo: desde el diseño de la bicicleta hasta las tácticas de carrera. Un ciclista sería capaz de cambiar y frenar sin tener que cambiar la posición de las manos ni tener que soltar el manillar para alcanzar las palancas de cambio en el tubo inferior del cuadro. Tampoco sería necesario mirar bajo el brazo para confirmar en qué marcha se había colocado la cadena. En poco tiempo, el invento de Keizo logró convertirse en un estándar: el STI fue, y sigue siendo, un verdadero motor de cambio. La paradoja es que nació del impulso para conseguir lo contrario, la quietud.

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Antes de la introducción de las manetas STI, el Shimano Dura-Ace funcionaba con las palancas de cambio en el cuadro, como estas del modelo Dura-Ace 7400 de 1984

Todos quietos 

Antes de que apareciera el STI, los ciclistas tenían que moverse mucho, lo que, paradójicamente, les hacía ir más despacio. "En aquella época, el estándar era Campagnolo”, asegura Hennie Stamsnijder, actual director de marketing deportivo de Shimano. Él lo sabe mejor que nadie, ya que su palmarés como ciclista profesional incluye una participación en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976) y en un par de Tours de Francia (1980 y 1981), así como un título de Campeón del Mundo de ciclocross en 1981. Como corredor, sabía lo que había que hacer para hacer todos los movimiento lo más rápido posible, pero cuando el cambio integrado entró en escena, vio muy claro que el avance tecnológico que proponia Shimano beneficiaría al ciclista de forma inmediata y directa.

El Hennie Stamsnijder, exciclista olímpico y campeón de ciclocross, es el actual director de marketing deportivo de Shimano y trabajó en el desarrollo del sistema STI durante sus años de atleta profesional

"El sistema de fricción con palancas de cambio en el tubo inferior era un auténtico dolor de cabeza — confiesa Stamsnijder —. Tenías que mirar hacia atrás para ver si tu desviador trasero estaba en la posición correcta, ya que en aquella época no había ningún indicador de posición. Pero cuando Shimano sacó el cambio indexado en mi época de ciclocross supuso una nueva forma de cambiar de marchas. Era muy preciso. Fue un gran cambio y un paso adelante en el cambio de marchas". Pero como en cualquier movimiento ganador en una carrera, el cambio indexado fue solo la antesala del ataque definitivo. Keizo llevaba años pensando en cuál sería siguiente movimiento.

Mientras los corredores se acostumbraban a estas novedades, el responsable de la marca japonesa ya estaba probando prototipos de lo que se convertiría posteriormente en el STI: el cambio indexado e integrado en las manetas de freno.

Tal vez Keizo intuía que la competición estaba a punto de cambiar para siempre, tal vez el anhelo del inicio de una nueva fue motivación suficiente para sustentar años de desarrollo, pruebas, perfeccionamiento, más pruebas y más perfeccionamiento. La recompensa a tal esfuerzo fue enorme, por supuesto. Pero había que convencer al mundo del ciclismo y ya sabemos que las carreras están impregnadas de historia y tradición, y los atletas a menudo se aferran a ese legado antes de ver los beneficios del futuro.

Stamsnijder tiene una amplia colección de bicicletas y componentes de Shimano en su casa cerca de Enschede, en los Países Bajos

"Una vez que sabes que el cambio STI es un cambio preciso, puedes pasar a la siguiente fase, mirar más allá y ver cuál será el siguiente paso—asegura Stamsnijder sobre la incesante búsqueda de Keizo—. Eso es lo que hizo Keizo. Complementó el proceso consiguiendo que el cambio de marcha y la frenada fueran posibles en la misma posición de manos. Con el cambio indexado, especialmente durante las subidas, si estabas pedaleando de pie todavía tenías que volver a sentarte para cambiar de marcha. No podías estar de pie con una mano en el manillar y con la otra en la palanca de cambio, pero con el sistema STI fue posible: podías cambiar de piñón mientras aplicabas la máxima fuerza sobre los pedales".

Djamolidine Abdoujaparov usó la primera generación de manetas ST-7400 en el Tour de Francia de 1991 (imagen: Offside/L'Equipe)

La revolución estaba tomando forma. El siguiente paso paso fue un sistema de trinquetes que permitía cambios precisos entre las marchas. El mecanismo contaba con dos palancas, una de las cuales era la propia palanca de freno, que hasta aquel momento, se habían movido de forma alineada con el eje horizontal de la propia bicicleta. Sin embargo, Keizo introdujo el movimiento lateral que permitía a la maneta tirar de un segundo cable que accionaba el cambio.

Además, una pala interior más pequeña permitía liberar el trinquete, desplazando así los desviadores en la otra dirección. El sistema de trinquete no suponía ninguna revolución, pero sí en cambio la integración de todo el sistema de cambio de marchas en las manetas freno. 

Clic, clic. Eso sí que es una buena idea. Clic, clic.

El grupo Shimano Dura-Ace 7400 al completo, con la pirmera version de las manetas "dual-control" STI

El primer clic 

Phil Anderson lo hizo y todos los demás lo vieron.

Es bien sabido que los ciclistas odian dos cosas: los avances tecnológicos no probados y perder. Anderson sufrió lo primero en su propia piel mientras que todos los demás experimentaron lo segundo. Fue durante una etapa de la Milk Race en el Reino Unido, antes incluso de que se lanzara el STI de forma oficial.

"Shimano patrocinaba al equipo TVM, que por aquel entonces tenía algunos corredores muy buenos y algunos de ellos eran muy curiosos con el uso de las nuevas tecnologías —recuerda Stamsnijder—. El más destacado era Phil Anderson. Montó el STI en la bici y todo el resto del pelotón le miraba como ¡¿pero qué demonios es eso?! Se suponía que no debía usarlo en competición pero lo hizo en una etapa de la Milk Race. Además, atacó en la subida final de aquel día y, para cuando los demás se sentaron para cambiar de marcha, él ya estaba 50 metros por delante".

Phil Anderson en el Tour de Francia de 1991 (Imagen: Offside/L'Equipe)

Primera campaña de Shimano para anunciar el Dura-Ace ST-7400

Perder una carrera hace que los corredores tengan hambre de cambios. Tras la victoria de Anderson en la Milk Race, el STI se reivindicó como un claro y probado avance. Mientras el británico tenía la capacidad de seleccionar la marcha adecuada sin tener que sentarse y acelerar, el resto del pelotón tenía que planificar todo el proceso: sentarse en el sillín, llegar hasta la palanca de cambio, ajustar el cambio y chequear para poder volver a darle a los pedales.

La lista de pasos a completar era demasiado larga mientras tu contrincante sale disparado com uno cohete. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los ciclistas comenzaran a querer la misma tecnología que Anderson utilizó en la Milk Race, y las otras marcas vieron que algo gordo estaba pasando. El STI era el futuro, y Shimano acababa de ponerse de pie desde el sillín y hacer un demarraje delante de todos. 

"Los hechos hablan más que las palabras —asegura Stamsnijder —. Cuando tienes ese ese producto y ganas una carrera con inteligencia porque puedes cambiar rápido y dedicarte solo a hacer lo mejor que sabes hacer, es decir, pedalear, la gente empieza a interesarse: oye, ¿y es esto qué es?".

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El nuevo sistema permitía cambiar de marcha sin mover las manos de las palancas de freno, lo que no sólo era más práctico, sino que también evitaba que los rivales pudieran intuir tus planes, ya que ya no tenías llegar hasta la parte inferior del cuadro. Ese elemento sorpresa proporcionaba mucha ventaja a los usuarios del STI.

Stamsnijder continua: "En lo que respecta a mi experiencia con el STI, fue en 1989, mi último año como profesional, cuando recibí las palancas STI y me pidieron que las probara sobre todo en las carreras de ciclocross. Enseguida puede ver que supusieron una gran diferencia. Con el STI ya no tenías que cambiar la posición de la mano, podías cambiar inmediatamente después de una curva. Frenabas y justo después del giro podías cambiar inmediatamente de marcha y atacar".

No es de extrañar, pues, que las tácticas y la dinámica de las carreras cambiaran radicalmente. De hecho, los circuitos también empezaron a cambiar. En realidad, el STI había hecho que algunos recorridos, tanto en carretera como en ciclocross, empezaran a resultar demasiado fáciles para los ciclistas, ahora que el proceso del cambio de marchas se había vuelto más sencillo. "Se podían hacer carreras más rápidas —asegura el expro holandés—. Tenías carreras con barro y carreras en seco; en las carreras de ciclocross en seco, donde hay muchas curvas, se aceleraba mucho. Esa fue la gran ganancia para todos".

Como el mayor competidor de Shimano era la mítica marca italiana Campagnolo, se consideró que tal vez un corredor italiano carismático pudiera ayudar a Shimano a superar a Campagnolo como marca predominante en el pelotón profesional, tanto en la carretera como en los podios. Y Gianni Bugno fue el elegido, según comenta Mike Sweatman de Disraeli Gears, un sitio web dedicado a la evolución del desviador. "Era todo un personaje. Era elegante y elocuente, y extremadamente italiano. Era irónico que un tipo italiano con un peinado tan cuidado montara Shimano. Era el ciclista perfecto para Campagnolo y, sin embargo, montaba un marca japonesa".

Tal vez Bugno se recreó en ese elemento discordante, o tal vez solo quería conseguir victorias. En cualquier caso, salió ganando. Bugno ayudó a que el rendimiento de Shimano como grupo de alta gama empezara a sobresalir, y desde la introducción de STI en 1990 hasta una década más tarde, en 2000, ocho de cada diez ciclistas que ganaron los Campeonatos del Mundo lo hicieron con Shimano, según apunta Sweatman.

Gianni Bugno en el Tour de 1991 (imagen: Offside/L'Equipe)

Pero el resto del mundo tardó en apuntarse al movimiento. A medida que el ciclismo de montaña se popularizaba en detrimento de las bicicletas de carretera, a los mecánicos de las tiendas de todo el mundo les resultaba extraño que Shimano siguiera invirtiendo tanto en un grupo para la carretera. Pero Shimano siempre juega a largo plazo, algo que, quizás por aquel entonces, no era tan conocido por todos como lo es hoy en día. Cuando las bicicletas de carretera experimentaron un renacimiento a finales de la década de los años noventa, gracias en gran parte a la aparición de Lance Armstrong, Shimano ya estaba perfectamente posicionado para superar a Campagnolo.

"Shimano tienen una forma de pensar muy estratégica y eso es algo que nunca terminas de comprender —asegura Sweatman—. Cuando el ciclismo de montaña era la disciplina dominante en el mundo, Shimano también era el grupo predominante, pero a la vez, por extraño que suene, en ese momento álgido de la moda de las btt, se estaban dedicando mucho tiempo y recursos a innovar en el mercado de la carretera que por entonces estaba en caída libre".

El clic definitivo

El STI se lanzó oficialmente en 1990 con el estreno del grupo Dura-Ace ST-7400 de Shimano, pero Stamsnijder sospecha que Keizo Shimano debió de dar instrucciones a los ingenieros para desarrollar prototipos antes, seguramente por  el año 1987. De hecho, cuando pudo tener en sus manos un prototipo previo al lanzamiento, pudo comprobar que el diseño estaba prácticamente finalizado y que funcionaba exactamente igual que el producto final. 

Con el cambio de integración total, todo el mecanismo funcionaba como un todo. Y no era la primera vez que Keizo lograría algo así. Podría decirse que estaba  convencido de que los sistemas funcionan mejor cuando se combinan entre ellos. Desde entonces, Shimano se ha labrado una reputación en la integración de sistemas, y no solo en lo relativo al cambio de marchas: había que controlar todos los parámetros.

Aquello fue un cambio de mentalidad en la industria de la bicicleta, un mundo en el que se prosperaba a través del método de prueba y error, mezclando esto con aquello esperando a que funcione.

Stamsnijder asegura que el origen de los cambios electrónicos actuales está en el STI

"Keizo fue también quien desarrolló el sistema SPD", apunta Stamsnijder. El Shimano Pedaling Dynamics aplicó ese mismo concepto de integración a las zapatillas, las calas y los pedales. Desde Shimano ya intuían que era posible hacer más eficiente el proceso de pedaleo acoplando componentes para que  funcionasen entre sí. Aquello fue fruto de esa forma de pensar de Keizo, a medio camino entre lo meticuloso y lo obsesivo. "Lo hemos veíamos vestido con esmoquin y con aquellas primeras zapatillas SPD. Viajaba por todo el mundo con ellas porque quería estar seguro de que era el producto correcto", asegura el holandés. El visionario japonés quería comprobar que era fácil caminar con zapatillas SPD, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia.

"Recuerdo que traía barro de todo el mundo a Japón para probarlas. Te quedarías muy sorprendido al saber cuántos tipos de arena y tipos de terrenos existen en todo el mundo. Trajo arena de América, de Alemania, solo para estar seguro de que podría hacer pruebas en circunstancias adversas, y que el producto funcionaría".

Esa forma de trabajar tan meticulosa dio sus frutos. Casi todos los cambios que salieron al mercado después de 1990 eran STI, y todas las demás marcas se apresuraron a ponerse al día, desarrollando sus propios sistemas para competir con el gigante en el que se había convertido el sistema de cambio de integración total. Las palancas de cambio en el cuadro se convirtieron rápidamente en algo casi obsoleto, destinadas solo para las bicicletas más básicas y los modelos antiguos. Hoy en día, ese tipo de cambio forma parte de la historia romántica de este deporte, y solo adorna las bicicletas de época.

Pero, como era de suponer, Shimano no se ha dormido en los laureles desde que provocó aquella revolución. Al igual que el sistema SPD —que implicaba calas y pedales exclusivos—, tener el control de todos los mecanismo era el siguiente paso natural. "Eso es lo que les dio la ventaja ganadora —se reafirma Sweatman—. Otras marcas no tenían el control total que exigía Shimano". Es decir, ya no se podían mezclar los componentes, es decir, combinar cambio de fricción de una marca con el desviador de otra. Si se quería un cambio STI, todos los elementos tenían que ser Shimano.

Sin embargo, en lo relativo a los desviadores no hubieron demasiados cambios. Los desviadores de plato y los de piñones siguieron siendo compatibles con los desviadores indexados de Shimano. Por supuesto, se hicieron mejoras. Sweatman apunta que los desviadores se volvieron más rígidos para lograr cambios más precisos, y las jaulas se hicieron más largas para acomodar gamas de velocidades cada vez más amplias. Pero el diseño basado en un paralelogramo inclinado se ha mantenido hasta hoy en día.

El clic electrónico

El STI actual tiene un aspecto y una funcionalidad completamente distintas, pero sí que se ha mantenido la esencia, la dirección innovadora de Keizo aplicada al nuevo milenio: el Di2, la versión electrónica del STI, volvió a cambiar la forma en la que los ciclistas montan y los corredores compiten.

"En los grupos posteriores, como el caso del cambio Di2, hablamos de un sistema sin estrés —comenta Stamsnijder, que lleva décadas en Shimano, el tiempo suficiente para ser testigo de una evolución tras otra—. No tienes que pensar. Pulsas un botón y el sistema hace exactamente lo que necesitas que haga. Con la versión mecánica del STI, podías presionar con más intensidad y cambiar a través de hasta cuatro marchas, pero si no lo haces con mucha precisión, a veces el desviador se puede quedar al límite o no ser exacto. Pero con el Di2, el cambio se volvió más preciso y más rápido. Podías ir de arriba a abajo en una fracción de segundo. El STI fue el comienzo de todo".

Clic. Clic. Liberación.

Mucho tiempo después de que las ideas de Keizo Shimano tomasen forma, las repercusiones de su meticulosa investigación y desarrollo han seguido guiando el enfoque de Shimano hacia la integración. El gigante japonés sigue siendo consistente en cada uno de sus lanzamientos e innovaciones: ¿Cómo se puede hacer aún mejor? ¿Cómo se puede lograr que todo funcione conjuntamente? ¿Y cómo se puede cambiar la manera de rodar en bici y de competir? 

Es solo cuestión de tiempo que lo descubramos.

Contenido producido en colaboración con Shimano

Fotos: Irmo Keizer Texto: Dan Cavallari


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