Aunque su complexión desgarbada y su estilo metronómico y fluido cuando acelera en montaña puedan convencer de lo contrario, Geraint Thomas no siempre ha sido un ciclista de carreras por etapas. De hecho, pasó la primera mitad de su carrera compitiendo en la pista y ganando medallas de oro en la persecución por equipos. Una disciplina, con un esfuerzo intenso de tres minutos alrededor de un velódromo, que requiere un conjunto de habilidades casi totalmente diferentes a las que empleó Thomas cuando se convirtió en el primer galés en ganar el maillot amarillo en el Tour de Francia algunos años después.
Fue tras los Juegos Olímpicos de Londres 2012 —después de su medalla de oro en Pekín 2008 y antes de la de Río 2016— cuando Geraint Thomas decidió dedicarse de lleno al ciclismo de carretera. Tampoco en aquel momento encontró el éxito de inmediato en las jornadas montañosas, siendo un corredor con un gran potencial en carreras de un día y consiguiendo la victoria en la prueba en ruta de los Juegos de la Commonwealth de 2014 y el E3 Harelbeke de 2015. En esta última, atacó nada menos que a especialistas como Peter Sagan y Zdeněk Štybar en los últimos kilómetros para conseguir el triunfo.
Relacionado – Jonas Vingegaard: su año de despegue
Relacionado – Anna van der Breggen: "Es posible hacer un Tour de Francia femenino de tres semanas"
Al mismo tiempo que se observaba un claro cambio en el físico de Geraint Thomas comenzaron a sucederse una serie de victorias en carreras por etapas de una semana. El peso extra que le ayudaba en las aceleraciones en el velódromo desapareció paulatinamente y surgió un escalador delgado que podía competir y defenderse con los mejores en las llegadas en alto. Tras varios años siendo uno de los gregarios primordiales de Chris Froome en el Tour de Francia, su oportunidad llegó en la temporada 2018. Aquel año no tuvo rival en una ronda gala que dominó con mano de hierro de principio a fin.
Retrato de Véronique Rolland
Un palmarés impecable y una carrera fructífera y duradera que podrían facilitar que Geraint Thomas decidiera colgar la bicicleta satisfecho con sus actuaciones. Sin embargo, continúa con la ambición intacta tras dos temporadas en las que el ciclista de 34 años, a pesar de haber mostrado un buen estado de forma, se ha visto implicado en numeroso percances y caídas.
Es por ello que el británico admite que se encuentra en uno de sus últimos años como profesional, pero lo afronta con una exuberancia juvenil. “Creo que la pandemia me hizo darme cuenta de lo mucho que disfruto de las carreras y de su estilo de vida: viajar a todas partes, hacer concentraciones para entrenar y todo el ambiente que envuelve este mundo", explica Thomas.
El galés echa un vistazo a la temporada 2021 con sentimientos encontrados: "Fue un buen comienzo, probablemente el mejor que he tenido en mucho tiempo", comenta. Se hizo con la victoria en el Tour de Romandía y terminó tercero en la Volta a Catalunya y el Critérium du Dauphiné en los meses anteriores a un Tour de Francia en el que no pudo disfrutar: "Llegué muy bien al Tour y el recorrido me gustaba, pero la caída en el tercer día no fue lo ideal. Pero así son las carreras de bicicleta, hay circunstancias que no podemos controlar del todo”, explica Thomas con algo de resignación.
Aunque la suerte le ha sido esquiva esta temporada, los repetidos infortunios han construido una fortaleza mental con la que Geraint Thomas ha sabido superar cada uno de los contratiempos. Su enfoque consiste en mantener la calma y la mesura, un rasgo que parece ser natural para él cuando habla desde su perspectiva: "Es duro al principio y difícil de asimilar, porque obviamente estás muy decepcionado después de todo el trabajo que has hecho. Pero hay que seguir adelante, montarse en la bicicleta y seguir empujando para intentar lograr algo por uno mismo o ayudar al equipo", detalla el británico.
En las últimas temporadas, el regreso de una lesión se ha hecho aún más difícil, ya que el pelotón ha aumentado su nivel y cada vez es más fuerte. La velocidad y la dificultad de las carreras ha sufrido un crecimiento exponencial desde que Thomas comenzó su carrera en 2005, con la tecnología y los métodos de entrenamiento avanzando a un ritmo sin precedentes. “Este deporte siempre está evolucionando y cambiando, desde el equipamiento hasta la forma de entrenar, pasando por las dietas. Hoy en día, ciclistas de la categoría junior y sub 23 pueden dar el salto directamente a profesionales sin problema”, explica Geraint Thomas.
Precisamente, el dominio de corredores como Tadej Pogačar y Primož Roglič en las Grandes Vueltas ha sumido al conjunto Ineos Grenadiers en una especie de decepción constante, pues su objetivo siempre ha sido lograr la victoria en el Tour de Francia cada temporada. A pesar de ello, Geraint Thomas se muestra confiado y convencido: "No son imbatibles, se les puede vencer. Ambos están marcando la pauta ahora mismo y sus equipos están creciendo. Eso nos motiva a seguir luchando, al final esa competencia es la que te impulsa”, destaca Thomas.
Geraint Thomas es el último ganador en l'Alpe d'Huez en el Tour de Francia de 2018 / Fotografía: Marco Bertorello - Getty Images
Los ciclistas que pertenecen a una generación más antigua, como es el caso de Geraint Thomas, han experimentado de primera mano cómo los nuevos desarrollos tecnológicos han cambiado la trayectoria del deporte. El uso de datos de potencia en todos los ámbitos fue tan solo el inicio, ya que actualmente se introducen enfoques científicos más complejos para el entrenamiento.
El pelotón, con controles de glucosa y pruebas en el túnel de viento, es muy diferente al que aprendió Thomas: "Me gusta la forma en que la tecnología está mejorando y eso es lo que nos hace avanzar. Pero también considero necesario que haya una mezcla con la vieja escuela y se entrene un poco más según tus sensaciones”, resalta el ciclista de Ineos Grenadiers.
Sin embargo, un método de entrenamiento digitalizado al que Thomas se ha aficionado es Zwift, la aplicación de entrenamiento en interiores en la que pasó 36 horas para recaudar fondos para el servicio nacional de salud británico. "Es una forma diferente de entrenar, además de que con un hijo en casa facilita mucho las cosas. En ocasiones puedes hacer tandas incluso más duras que en la carretera y es una buena forma de disfrutar y montar con personas de todo el mundo", comenta el británico dejando intuir sus planes de implementar este sistema de manera recurrente durante el invierno.
Relacionado – Siempre hace sol en Watopia: confesiones de un usuario tardío en Zwift
Tras un largo proceso en el que Geraint Thomas pudo resolver su prolongación de contrato con el conjunto Ineos Grenadiers, el británico mira hacia 2022 con optimismo. Pero lo hace con cautela, siendo consciente del duro trabajo que supondrá mantenerse competitivo para liderar el equipo en las Grandes Vueltas.
El periodo vacacional, más que necesario, también puede llegar a ser una especie de enemigo: “Echo de menos la bicicleta después de unas semanas, porque empiezas a sentirte muy poco saludable y en baja forma muy rápidamente. Pasas de entrenar 23 horas a la semana comiendo ensalada y pescado a descuidar la dieta y beber alguna cerveza sin hacer ejercicio”, sonríe Thomas.
La feroz competencia en las carreras por etapas ha moldeado la mentalidad del británico de cara a la temporada que viene y no descarta la posibilidad de realizar un calendario alternativo. Podría ser un año en el que volvamos a ver a Geraint Thomas participando en el circuito de clásicas recordando sus primeras victorias en el ciclismo de carretera. "No me importaría hacer algo diferente, especialmente ahora que llego a los últimos años de mi carrera. Lo principal es disfrutar del ciclismo y correr todo lo que pueda, incluso haciendo un calendario un tanto diferente”, desvela el británico.
Estando en la parte final de su carrera se hace inevitable pensar en el futuro una vez decida abandonar el ciclismo profesional. El británico reconoce que todavía no ha reflexionado del todo esa situación, pero que le gustaría mantenerse ligado a esta mundo: “Una de las posibilidades es ayudar a los más jóvenes. En Gales existe un programa de la Cycling Academy al que he estado muy unido. Aún sí, hay muchas opciones y por el momento no voy a descartar ninguna, sólo mantener todas ellas abiertas", concluye Geraint Thomas.
Independientemente de lo que le depare el futuro lejano, lo cierto es que el cercano pasa por mantener la ambición por lograr victorias sobre la bicicleta. Una receta que, de momento, le ha servido para nutrir ese espíritu competitivo y con el que espera cerrar una brillante carrera: “Sigo disfrutando del ciclismo, es un deporte que amo y quiero aprovechar al máximo los últimos años”.