"Cada vez que he tenido que enseñar esta zona a alguien, lo he traído hasta aquí", comenta la aventurera y triatleta Lidia Puyals (La Pobla de Segur, 1987), que se conoce el terreno como la palma de su mano. Nos ejerce de embajadora perfecta en su territorio, la comarca del Pallars Jussà, en los Pirineos de Lleida, para el proyecto "Cataluña con mirada ciclista. 10 mujeres. 10 rutas. 10 experiencias".
"Esta ruta fue una de las primeras que hice cuando empecé a ir en bici. Me la enseñó un amigo con el que iba al club de ciclismo de la Pobla de Segur. Recuerdo que, cuando la completé por primera vez, no estaba igual de entrenada que ahora y no sabía lo que era una pájara. ¡Aquel día lo aprendí! Recuerdo que pedía que alguien me diera un gel porque si no, no sería capaz de llegar hasta arriba, hasta el embalse de Sallente. ¡Pero conseguí llegar!"
Para los y las amantes de los puertos largos
Sin duda el espíritu de superación es la esencia esta ruta exigente de 92,19 km y que se eleva hasta los 1.770 m, con un desnivel positivo acumulado 1.774 m. Conforma un precioso reto para los quieran descubrir puertos pirenaicos menos transitados e igualmente quieran disfrutar de paisajes de alta montaña. "El recorrido comienza en La Pobla de Segur, en el centro de la comarca del Pallars Jussà, y a partir de ahí va picando hacía arriba, con algunos falsos llanos del 2 o el 3 % y alguna curva al 4 %", describe con precisión Puyals.
Desde La Pobleta de Bellveí, el ruta consiste en la ascensión al Embalse de Sallente: una subida larga y exigente, antigua pista de alta montaña, con vegetación propia a base de robles y hayas, que nos conduce hasta la parte más meridional del Parque Nacional de Aigüestortes y el Lago de Sant Maurici. "La subida es bastante asequible, pero cuando se llega a Capdella, sobre el kilómetro 30km, es cuando empieza la parte fuerte hasta el lago. Son unos 7 km al 9 % de media. Seguramente llegaría al 11 % si no fuera porque hay una pequeña bajada tras el paso canadiense", comenta la también doctora del equipo de La Liga Femenina de Baloncesto AE Sedis Bàsquet de La Seu d'Urgell.
"Entonces coronas el punto más alto, que es el embalse de Sallente. A partir de ahí ya no puedes ir más arriba, ya que tendrías que coger el Teleférico de la Vall Fosca desde donde tienes unas vistas espectaculares de toda la zona". Si se realiza la ruta entre los meses de julio y septiembre, podemos continuar un poco más arriba, hasta el Lago Gento (2.154 m), a través del Teleférico de la Vall Fosca.
Descendemos por la misma pista asfaltada —atención con algunas curvas en herradura y al paso canadiense— hasta La Pobleta de Bellveí (km 60), donde tomamos el desvío a la izquierda por la carretera de Gerri de la Sal. La vía, estrecha, permite gozar de un pedaleo casi íntimo entre árboles hasta llegar al lago de Montcortés. Según Puyals, "este estanque es bastante conocido en la zona. En verano viene mucha gente aquí a bañarse". Y continúa: "De hecho, los estanques son uno de los alicientes de la comarca, pero también hay bastantes dólmenes por los alrededores, y tienes la posibilidad de hacer rutas a pie para ir a visitarlos".
La ruta prosigue hasta el pueblo de Peramea, situado sobre una roca, antes de continuar hasta Gerri de la Sal (km 77). Allí tomanos la N-260 para volver a La Pobla de Segur. Con cuidado, ya que suele estar bastante transitada. "Sí, aquí se debe tener un poco más de cautela, porque hay muchos coches y algunos túneles. Si arreglasen los pasos exteriores de cada uno de ellos, los ciclistas del Pallars Jussà y Sobirà podríamos hacer rutas circulares de forma mucho más segura. Esos pasos también serían muy útiles para todos los que hacen senderismo", comenta la ilerdense.
Una zona poco masificada y con mucha vida
"Esta es una ruta ideal para los ciclistas a los que les guste subir puertos largos y con las prestaciones de la alta montaña y, además, no está tan masificada como otros lugares, como Andorra, por ejemplo —comenta nuestra guía ocasional—. Es cierto que las carreteras no están igual de bien asfaltadas, pero también pienso que eso tiene su encanto. El hecho de poder encontrar una carretera casi en su estado original y no una vía ancha y lisa. Claro, es como si a través de la carretera pudieras ver el paso del tiempo, la erosión causada por la meteorología... Todos esos detalles, según mi opinión, dicen mucho del lugar. Cuentan cómo es la vida allí, los cambios de temperatura, la lluvia, la nieve..."
Sin duda, alicientes que hacen de este recorrido un reto de altura que puede realizarse en cualquier época del año, a pesar de que en invierno es muy probable que haya nieve en la carretera que llega hasta el embalse.
Esta ruta forma parte del proyecto "Cataluña con mirada ciclista. 10 mujeres. 10 rutas. 10 experiencias", desarrollado en colaboración con la Agència Catalana de Turisme. Aquí puedes verlo al completo.