La Vuelta a España aterriza en el siempre interesante terreno del País Vasco en la cuarta jornada. Tras el periplo neerlandés, la carrera se adentra en la Península Ibérica hasta el último día en Madrid. La ciudad de Vitoria, que acoge la salida de la etapa, cuenta con una amplia tradición ciclista. La capital vasca ha formado parte de la Itzulia en más de 70 ocasiones y también recibió la visita del Tour de Francia en su incursión en 1977, con la victoria en solitario de José Nazabal.
En la Vuelta, será protagonista por trigésima octava vez, y, al igual que en las dos ocasiones anteriores en los últimos once años, lo hará como inicio de la jornada. Una etapa que se dirigirá al municipio de Laguardia, próximo a La Rioja, que se estrena como meta en la ronda española. Sin embargo, ya fue partícipe como sede de la carrera en una contrarreloj que, precisamente, contaba con el itinerario inverso camino a Vitoria. En aquel año 1967, la victoria fue para Raymond Poulidor en el segundo sector de la etapa 15.
Recorrido de la 4ª etapa: Vitoria-Gasteiz - Laguardia (153,5 km)
Tras el primer día de descanso obligado por el largo traslado desde Países Bajos, la provincia de Álava acogerá una jornada de media montaña con dos puertos y un terreno vasco repleto de continuos repechos. El inicio desde Vitoria será la parte más asequible, con poco menos de 60 kilómetros en un terreno marcadamente llano bordeando los embalses de Urrunaga y Ulibarri-Gamboa. El pueblo de Opakua es la puerta de entrada hacia un terreno más quebrado, que comienza con la ascensión de 5 km al 6,9% al puerto homónimo.
A partir de esta subida el estilo de la etapa cambia y aparece parte de la característica orografía vasca en la que se entrelazan zonas llanas con repechos exigentes, como el de Durruma-Kanpezu (2,8 km al 6,9%), antes del esprint intermedio de Lagrán. A falta de 22 kilómetros para la línea de meta arranca la segunda ascensión puntuable de la jornada, en este caso bonificada en su cima, el Puerto de Herrera. Se trata de un pequeño paso de montaña fronterizo con La Rioja en la que sus dos kilómetros iniciales son los más duros con pendientes que superan el 10% a través de una carretera ancha y en buen estado.
Tras un inicio explosivo, los cerca de cinco kilómetros restantes son más suaves en torno al 4%-5% antes de afrontar un descenso muy veloz que conducirá a los ciclistas hacia Laguardia. El perfil indica unos últimos tres kilómetros en constante ascenso, especialmente un último kilómetro muy exigente en las calles del municipio alavés, por lo que aquellos ciclistas rápidos que superen con facilidad este tipo de cotas podrían optar a la victoria si no triunfa un pequeño grupo selecto. Será una etapa con diferentes alternativas.
Favoritos
La llegada de la Península Ibérica supone un cambio en los protagonistas que hasta ahora se habían disputado las victorias parciales. El terreno es tan solo una pequeña porción del quebrado territorio vasco, pero presenta la suficiente dureza, especialmente en la parte final, como para evitar la posibilidad de que acaben triunfando los velocistas puros. No hay que descartarlos por completo, pero si un equipo abre gas con la intención de descolgarlos en el último puerto no tendrán tiempo de reaccionar. Incluso dependiendo de las bonificaciones podría estar en juego el maillot rojo de líder.
Alaphilippe durante la disputa del Tour de l'Ain / Fotografía: Getty Sport
Es por ello que en esta ocasión, el perfil se decanta más hacia un tipo de corredor ‘puncheur’, más versátil y explosivo. Una categoría que representa a la perfección el francés Julian Alaphilippe (Quick Step-Alpha Vinyl), que podría buscar un ataque en el puerto final o esperar a un último kilómetro muy favorable para sus características.
Una circunstancia que también comparte con Alejandro Valverde (Movistar Team), que se adecúa muy bien a un final de este estilo, por lo que podría buscar arrancar la carrera con buen sabor de boca tras un inicio nervioso en Países Bajos que no ha sido del agrado del murciano.
El desparpajo y la calidad del joven Ethan Hayter (Ineos-Grenadiers) también podría irrumpir en esta llegada. El británico es muy rápido como demostró en la pasada Dauphiné, pero es aún más peligroso cuando los últimos metros presentan una ligera pendiente como en este caso.
En un final tan abierto la lista de aspirante siempre es muy amplia, por lo que ciclistas como Juan Ayuso (UAE Team Emirates), Mads Pedersen (Trek-Segafredo), quien ha rozado la victoria en las llegadas neerlandesas, Robert Stannard (Alpecin-Deceuninck), o el propio Andrea Vendrame (AG2R-Citroën) podrían optar a la victoria.