Los Lagos de Covadonga nos dejaron, posiblemente, una de las mejores etapas de los últimos años dentro de una de las peores ediciones de la Vuelta a España. Una cima histórica en la carrera que dejó un ganador ilustre: Primož Roglič. El esloveno se llevó la victoria —sentenciando la general— tras moverse en La Collada Llomena, a más de 60 kilómetros de la meta, junto con Egan Bernal. El colombiano cumplió con su aviso, pensó en grande y decidió asestar un golpe decisivo en la general con un ataque de los que crea afición. "Traté de disfrutar encima de la bicicleta. Este es el ciclismo que me gusta", aseguró Bernal en meta.
Tan solo Roglič fue capaz de responder al cambio de ritmo que propuso el ciclista del Ineos-Grenadiers. Una actitud ofensiva que fue haciendo camino bajo un día lluvioso, frío, con un descenso peliagudo en el horizonte y con Bahrain-Victorious como único equipo con potencial para controlar el movimiento por detrás. Ingredientes que fomentaron que el dúo se coordinase para abrir una diferencia que llegó a estar por encima de los dos minutos y que se redujo al minuto y medio durante la aproximación a los Lagos.
Egan Bernal y Primož Roglič bajo la lluvia en La Collada Llomena / Fotografía: Charly López
Una aventura que ponía contra las cuerdas al resto de rivales y que culminó con la exhibición de Primož Roglič en las duras rampas de los Lagos de Covadonga. La actitud de campeón de Bernal —que acabó siendo neutralizado— se fue desvaneciendo cuando el esloveno impuso una velocidad crucero, al más puro estilo de una cronoescalada, que hizo ceder al colombiano mientras la figura del ciclista de Jumbo-Visma se perdía entre la niebla. Roglič consiguió la tercera victoria en la Vuelta a España 2021 con 1'35" de diferencia, al mismo tiempo que dejaba prácticamente sellado su tercer maillot rojo consecutivo.
El resto de rivales se mostraron inoperantes. Enric Mas (+2'22") y Miguel Ángel López (3'11") dieron por bueno sus posiciones de podio, objetivo al que se aferrarán, y aprovecharon el trabajo de Bahrain en favor de Jack Haig (+3'46"). Adam Yates (+4'45"), a rueda gracias al movimiento de Egan Bernal (+4'29"), animó el grupo con algún ataque en La Huesera. Sepp Kuss (+5'04") cerró una jornada perfecta para Jumbo-Visma completando el doblete en la cima de los Lagos.
La decimoctava etapa de la Vuelta a España 2021 aguarda el mayor secreto del ciclismo asturiano: el Altu d'El Gamoniteiru. Este durísimo puerto se estrena en la ronda española y tiene visos de convertirse en una de las grandes cimas en los próximos años. La última jornada de alta montaña, con 162 kilómetros de recorrido y más de 4.500 metros de desnivel positivo acumulado que la convierten en la etapa reina de la 76ª edición de la Vuelta.
Relacionado – Altu d'El Gamoniteiru: el terrible hermano gemelo del Angliru
Relacionado – Vuelta a España 2021: previa, recorrido y favoritos
Una cima que se dibuja en el solitario Macizo de Peñarrubia, en las primeras estribaciones de la Cordillera Cantábrica, y en pleno corazón de Asturias. Una sierra caliza de 20 kilómetros de longitud y siete de anchura que domina la zona y en la que tan solo dos pequeñas carreteras se dibujan en la inmensidad del paraje natural: en la vertiente sur, el Alto del Gamoniteiru, y en la vertiente norte su hermano gemelo, el Angliru. Se presume como una jornada de supervivencia, en la que la clasificación general quedará bastante establecida.
Perfil de la 18ª Etapa
La jornada partirá de Salas, que acoge una salida de la Vuelta por segunda vez en su historia tras 1993. Los primeros 12 kilómetros serán prácticamente llanos en dirección a Oviedo, pero un giro hacia el sur cambiará el decorado por completo. Durante más de 30 kilómetros la carretera irá adentrándose en las montañas asturianas con una pendiente muy ligera, pero constante, que acumulará más de 400 metros de desnivel positivo en paralelo al cauce del Río Narcea y, posteriormente, su afluente Pigüeña. Un terreno muy duro y en el que tan solo los más fuertes podrán estar en la fuga.
Continuar por esa carretera dejaría a los ciclistas en el Parque Natural de Somiedo, pero a la altura de La Riera giran a la izquierda y da comienzo el primer puerto de la jornada, el Puertu de San Llaurienzu. Una ascensión que roza los 10 kilómetros de longitud y tiene una pendiente media del 8,6 %. Se trata de un subida no muy irregular pero dividido en dos bloques. Los primeros tres kilómetros se mantienen constantes con rampas por encima del 10 %-11 % y un pequeño tramo que alcanza la máxima con un 16 %.
Altimetría del Puerto de San Lorenzo / Fuente: Unipublic
Tras 1,5 kilómetros donde la pendiente baja al 6 %, incluso una pequeña zona de descenso, vuelve la dureza durante cuatro kilómetros con rampas superiores al 11 % y un kilómetro central que marca una media del 13 % sin respiro. Antes de coronar, el puerto de despide con un último kilómetro que roza el 10 %. San Lorenzo, que cuenta con una carretera ancha y muy abierta sin prácticamente vegetación, será tan solo una zona de pruebas para conocer el terreno que se avecina a los corredores.
El descenso, largo, será muy rápido y sin aparente peligrosidad con curvas abiertas y cierta visibilidad. El valle camino de Bárzana, que atraviesa el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa, será la transición hacia un puerto con una historia muy reciente en la Vuelta a España, el Alto de la Cobertoria. Esta cima icónica, que se estrenó en la temporada 2010, ha sido un puerto de paso habitual en la última década. La vertiente norte, por la que ascenderán, presenta 7,9 kilómetros al 8,6 %. Los cuatro kilómetros finales son los más duros con una pendiente media que se mantiene constante por encima del 9%, llegando a alcanzar una máxima del 14 % en el tramo central.
Altimetría Alto de la Cobertoria / Fuente: Unipublic
Un kilómetro después de comenzar el descenso hacia Pola de Lena, los corredores se encontrarán con el cruce que 50 kilómetros después les llevará hacia la cima del Gamoniteiro. Sin embargo, antes tendrán que realizar una bajada que, a pesar de su amplitud, históricamente ha sido peligrosa en días de lluvia por culpa del mal estado de su carretera. Una vez superado el descenso, se abre un recorrido llano de valle durante más de 30 kilómetros haciendo un bucle a través de Mieres y regresando por La Vega —inicio del Alto de l’Angliru— camino de la vertiente norte del Alto del Cordal.
En esta ocasión se ascenderá la parte más larga y suave de un puerto popular al ser la antesala, ahora, de los dos colosos asturianos. Serán 8,3 kilómetros con una pendiente media del 5,7 %, donde la mayor dureza se concentra en la zona central con pendientes constantes por encima del 7 %. Se subirá por la vertiente que tiene la fama de ser un descenso muy técnico y peligroso debido a la estrechez y el mal estado del asfalto, por lo que en esta edición a esos elementos se añadirá una pendiente que alcanza el 11 % negativo para hacerlo aún más vertiginoso. El descenso dejará a los ciclistas en Pola de Lena, donde pocos kilómetros después dará comienzo el Altu d'El Gamoniteiru.
Altimetria del Alto del Gamoniteiro / Fuente: Unipublic
Un puerto que roza los 15 kilómetros de longitud y que mantiene una pendiente media cercana al 10%. El primer kilómetro y medio, saliendo de Pola de Lena, será lo más suave del primer tramo de ascensión, ya que una vez superado comienzan seis kilómetros que no bajan del 11 % y alcanza una máxima del 15 % camino de la única zona de descanso del puerto. Se produce en el cambio de carretera, en el cruce de unión con La Cobertoria, que llevará a los ciclistas hacia las antenas de Gamoniteiro.
El cambio de decorado se evidencia al instante, la carretera pasa a ser de tan solo un carril y se adentra en el bosque para afrontar los 7 kilómetros infernales hasta la cima. A medida que se va ganando altitud la arboleda desaparece y los barrancos y praderas se adueñan del paisaje a través de pendientes constantes por encima del 10 %. La carretera se va estrechando con el paso de los kilómetros y la rugosidad —incluso con tramos de hormigón— pasan a ser protagonistas, aunque estará en mejores condiciones por el paso de la Vuelta. La zona más dura llega en la parte final, con dos kilómetros por encima del 13 % y una rampa final del 17 % que dejará a los ciclistas a los pies de la antigua antena de telecomunicaciones.
Relacionado – Celebrando 200 etapas en la Vuelta - La mirada Maté
Relacionado – La carrera escribe su guion
Favoritos
Primož Roglič, de rojo, atacando el Puerto de Almáchar en la 11ª etapa de la Vuelta 2021 / Fotografía: Unipublic
La exhibición de Primož Roglič ha cambiado por completo el guion previsto para esta jornada. La fortaleza demostrada, sumada a la diferencia sustancial en la general y la contrarreloj final de Santiago, han dejado prácticamente sentenciada la batalla por el maillot rojo. La ambición del esloveno le podría llevar a repetir lo que logró Pogačar en el pasado Tour de Francia, llevándose la victoria en las dos últimas etapas de montaña. No tiene rival.
A pesar de ello, será la última en la que ciclistas como Enric Mas y Miguel Ángel López puedan pensar en el triunfo de etapa. El conjunto Movistar está mermado en montaña, por lo que será complicado que podamos ver al equipo telefónico siendo muy ofensivo teniendo en cuenta la posición de privilegio que ocupan actualmente. El último puerto puede generar diferencias muy importantes entre los implicados en la general, por lo que podrían pensar en el triunfo con un ataque lejos de meta.
Relacionado – Enric Mas, una cuestión de confianza
Esa faceta más valiente recayó en la figura de Egan Bernal, que hizo saltar por los aires la Vuelta en los Lagos de Covadonga. Con el equipo británico adoptando esta actitud más ofensiva, la estrategia podría virar hacia un Adam Yates que podría optar por atacar desde lejos buscando las plazas de podio y, de paso, la primera victoria de Ineos en la Vuelta 2021.
En esta coyuntura se encuentra también el equipo Bahrain-Victorious. Quizá no necesitan un movimiento tan lejano, pero los Lagos fueron una demostración de que quieren luchar por las plazas de podio con Jack Haig. Tienen el bloque más potente en montaña, por lo que podrían convertirse en los animadores de la carrera con gente como Wout Poels o Gino Mäder, que se encuentra dentro del top-10.
Se hace complicado pensar que haya opciones para la fuga siendo la última jornada de montaña y en la tercera semana, aunque eso también provocará que haya muchos equipos interesados en filtrarse en la escapada. En esa situación, grandes escaladores como Mikel Nieve (Team BikeExchange), recuperado de su caída en la primera semana, la dupla Romain Bardet (Team DSM) y Damiano Caruso (Bahrain-Victorious), inmersos en la batalla por el maillot de la montaña, y ciclistas más tapados como Jay Vine (Alpecin-Fenix), Geoffrey Bouchard (AG2R-Citröen) o Juanpe López (Trek-Segafredo), podrían pensar en la victoria.
Imagen de cabecera: Charly López / Unipublic