No hubo sorpresas en el desenlace de la cuarta jornada de la Volta a Catalunya 2023 y los pocos velocistas de la carrera pudieron jugarse el triunfo de etapa. El australiano Kaden Groves, del conjunto Alpecin-Deceuninck, se impuso con solvencia en la meta de Sabadell por delante del otro gran aspirante a la victoria, el francés Bryan Coquard (Cofidis). El suyo fue un esprint corto, agazapado detrás de Coquard hasta los últimos cien metros. “Quería esperar para lanzar el esprint porque la llegada tenía una ligera pendiente y me salió bien”, reconocía Groves en los micrófonos de RTVE. Es la segunda victoria del australiano en la ronda catalana tras la lograda el año pasado en Perpignan.
“La Volta es una carrera que me trae suerte. Estoy muy contento después de días muy duros en los que he tenido que sufrir para poder continuar en competición. Hoy, además, ha sido una jornada muy estresante”, proseguía Groves en zona mixta. Y es que ni mucho menos ha sido una etapa plácida para el pelotón. El exigente tramo inicial, con una nueva subida a La Molina, ha provocado una intensa batalla por la escapada. Finalmente, cinco ciclistas se han marchado por delante, poniendo en aprietos el control del grupo durante el quebrado terreno central.
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Entre ellos, Roger Adrià (Kern Pharma), pero sobre todo un David de la Cruz conocedor de la zona (Astana-Qazaqstan), han comandado la fuga en el ascenso al Coll de Lligabosses y su técnico descenso en busca de la victoria en Sabadell. El ciclista de Astana tenía marcada la etapa, ya que concluía en su ciudad natal, y quería volver a alzar los brazos ante su público tras su último triunfo en la París-Niza de 2018. Sin embargo, la aventura concluyó a cuatro kilómetros para la meta, cuando el trabajo del pelotón acabó con las esperanzas de la fuga.
Fotografía: Volta a Catalunya
Tras un día de relativa transición, la Volta a Catalunya regresa al Mont Caro, una de las ascensiones más duras del territorio catalán, seis años después. Lo hace por cuarta ocasión en su centenaria historia, tras las ascensiones precedentes en 1985, con victoria para Alirio Chizabas, 1991, en la que se impuso el también colombiano Lucho Herrera, y 2017, cuando el más fuerte fue Alejandro Valverde. De nuevo, el Mirador del Portell, en la parte central de la ascensión, acogerá la línea de meta por el poco espacio disponible en la cima para asumir la logística de la carrera.
La capital de les Terres de l’Ebre, Tortosa, será la encargada de dar el pistoletazo de salida a la quinta etapa de la Volta 2023. Una ciudad con una relación histórica muy ligada a la carrera, pues ha sido sede de la ronda catalana en hasta sesenta y ocho ocasiones, especialmente durante el siglo XX. En sus calles han logrado la victoria ciclistas como Mariano Cañardo (1928), Delio Rodríguez (1943 y 1945), Miquel Poblet (1947 y 1954), Federico Martín Bahamontes (1955), Rik van Looy (1959), Freddy Maertens (1977), Sean Kelly (1987) y Mario Cipollini (1999).
Hora de salida: 12:40 / Hora prevista de llegada: 17:17
Recorrido de la 5ª etapa: Tortosa - Lo Port (176,6 km)
Tras cuatro etapas recorriendo las carreteras de Girona y Barcelona, la carrera se dirige por un día a la provincia de Tarragona, concretamente a los territorios que conforman el curso bajo del río Ebro. Los contrastes paisajísticos de Terres de l’Ebre serán los grandes protagonistas durante la quinta jornada. Aunque se trata de una etapa con más de 2.500 m de desnivel acumulado, lo cierto es que la mayor parte de la dureza se reúne en la parte final, con la subida a Lo Port. Los primeros kilómetros desde Tortosa se dirigen a la Sierra de Pàndols, en la comarca de Terra Alta. La primera dificultad puntuable que deben afrontar los ciclistas será el Alt de Bot (4,8 km al 5,1%), seguido del Coll de Som (4,3 km al 4,2%).
Serán breves incursiones montañosas durante el recorrido en el entorno del río Ebro, predominantemente llano y en el que el viento podría ser un elemento desestabilizador, antes de afrontar una de las ascensiones más exigentes de Catalunya y la subida con mayor coeficiente de dificultad en territorio catalán: el Mont Caro. La falta de espacio y las complicaciones logísticas que acarrea una prueba ciclista WorldTour impide que la meta esté situada en las antenas que gobiernan la cima del puerto. De esta forma, la llegada se producirá en el mismo lugar que las tres ocasiones previas en las que la carrera ha culminado en esta cima tarraconense: 200 m después del Mirador del Portell.
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En total, 11,5 km y una pendiente media del 7,8%, pero que durante varios kilómetros mantiene porcentajes por encima del 12% —en alguna zona incluso del 20%— y tramos constantes del 10%. Carretera estrecha, sobre un buen asfalto y la posibilidad de la aparición de niebla en las cotas más altas. Una sucesión de curvas de herradura protagonizan el último kilómetro de la subida, dotando al Mont Caro de un carisma especial. Sin duda, una oportunidad para que los grandes escaladores traten de sacar rédito en la clasificación general a sus cualidades.
Favoritos
Tras las dos jornadas en los Pirineos resulta complicado que, más allá de la opción de que llegue algún ciclista escapado, la victoria en el Mont Caro no recaiga en las piernas de Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step) o Primož Roglič (Jumbo-Visma). Ambos se han mostrado como los ciclistas más fuertes en esta edición de la Volta a Catalunya y la ascensión tarraconense parece el lugar indicado para romper la igualdad que impera en la clasificación general. En La Molina, el belga dejó entrever que está un paso por encima del esloveno, aunque en un puerto con mayor dureza sostenida las fuerzas pueden variar.
Aunque la diferencia en cuanto a tiempo es nula, la dinámica vivida en las dos etapas montañosas anteriores invita a pensar en un movimiento más lejano por parte de Evenepoel. Tras el desenlace de la tercera jornada, el belga es consciente de que debe forzar para marcharse en solitario si quiere optar al triunfo en la Volta, aunque Roglic ya ha demostrado que sin estar en su mejor forma tiene una capacidad de resistencia única para mantenerse vivo en carrera. Sin duda, un puerto exigente, distinto a los ascendidos en los Pirineos, y muy interesante para empezar a entender cómo se puede desarrollar el próximo Giro d’Italia, a pesar de que ambos llevan una preparación diferente de cara a la corsa rosa.
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En Vallter 2000, Giulio Ciccone (Trek-Segafredo) sorprendió con una victoria de autoridad ante la dupla dominadora. El Mont Caro tiene una naturaleza muy diferente, pero si vuelve a encontrar el mismo golpe de pedal puede ser una alternativa si la etapa se vuelve a decidir en los últimos metros. Además, deberá defender su posición como tercer clasificado. Intentando asaltar esa plaza en el podio, y aprovechando el pequeño margen en la general, ciclistas como Mikel Landa (Bahrain-Victorious), Joao Almeida y Marc Soler (UAE Team Emirates), Jai Hindley y el joven Cian Uijtdebroeks (BORA-Hansgrohe), Ben O’Connor (AG2R-Citroën) o el propio Esteban Chaves (EF Education-Easy Post) deberían probar un ataque desde lejos para anticiparse el previsible movimiento de los dos principales candidatos.
Imagen de cabecera: Archivo de la Volta