Las ascensiones al Col d’Aspin y al Col du Tourmalet forman parte de la identidad del Tour de Francia. Estos dos puertos situados en los Pirineos se han escalado en multitud de ocasiones, de hecho el Tourmalet es el que más veces se ha superado —más de setenta— desde que Henri Desgrange, el fundador de la carrera, lo incluyera en el recorrido de la edición de 1910. En aquellas primeras ediciones la llegada al Tourmalet suponía un reto mayúsculo para los corredores, incluso Octave Lapis, el primer ciclista en coronar su cima, tuvo que empujar su bicicleta a pie durante los últimos kilómetros. Ahora las carreteras y la tecnología son muy diferentes, aunque su dureza y leyenda se mantienen intactas, también en el Tour Femenino.
Este 2023 será la tercera vez que el pelotón femenino culmine en el punto más elevado del Col du Tourmalet, y lo hará siendo, posiblemente, la jornada clave para decidir la clasificación general y la ganadora del maillot amarillo. Se estrenó en la edición del Tour Cycliste Féminin en 1996, con victoria para la italiana Fabiana Luperini, y en el año 2000 el coloso pirenaico regresó durante la Grande Boucle Féminine Internationale. En aquella ocasión, el triunfo fue para la lituana Edita Pučinskaitė, compañera de equipo en el Alfo Lum RSM de Joane Somarriba, que concluyó segunda en el Tourmalet y encauzó la primera de sus tres victorias en el Tour femenino.
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La séptima etapa será en horario vespertino, concluyendo en torno a las 19:15 de la tarde para que el ascenso al Tourmalet no coincida con el final de la Clásica de San Sebastián. En esas altitudes, superiores a los 2.000 metros, la temperatura y la metereología suelen ser muy diferente a las que se podrían vivir a medio día. De esta manera, este cambio podría tener cierta incidencia en carrera, pues el cuerpo de las ciclistas puede responder de manera diferente con temperaturas más bajas y la posibilidad de que la niebla aparezca en las zonas más cercanas a la cima.
Hora de salida: 16:15h / Hora prevista de llegada: 19:15h
Recorrido de la 7ª etapa: Lannemezan - Col du Tourmalet (89,8 km)
El inicio de la séptima jornada desde Lannemezan será suave y manteniendo una dinámica predominantemente llana a través de la aproximación hacia la puerta de entrada de la cordillera pirenaica. Una vez superado el esprint intermedio de Sarrancolin, que podría sentenciar el maillot verde, la llegada a Arreau cambia el escenario de la etapa. El terreno montañoso se adueña de los últimos 40 kilómetros, donde se acumulan más de 2.600 metros de desnivel con el icónico encadenado que inaugura la subida al Col d’Aspin. Sus 12 km al 6,5% de media, y un tramo superior al 10%, tendrán el papel de acumular fatiga antes del colofón final.
Su naturaleza será servir de enlace directo con el gran coloso de los Pirineos: el Col du Tourmalet. El descenso, que salvo un tramo central más técnico será rápido y tendido, conduce hacia Sainte Marie de Campan, donde arranca la subida al Tourmalet. Los primeros 5 kilómetros son los más asequibles con rampas en torno al 5%, pero los 12 kilómetros restantes hasta los 2.115 de altitud se convierten en un infierno constante que en ningún momento baja del 8%. La zona más exigente, con porcentajes de hasta el 12%, es la estación de esquí de La Mongie, que llega tras cruzar varias galerías.
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Pero todavía quedará la parte más dura, al menos mentalmente, de Tourmalet. Esta condición corresponde, sin duda, al tramo final sobre la estrecha carretera que sigue la línea del teleférico. Se trata de una zona abierta, que permanece cerrada en época invernal al ser parte del dominio esquiable de La Mongie, desde donde se puede contemplar un paisaje montañoso precioso, pero también esa cima que parece no llegar nunca entre el Pic d’Espade y el Pic du Midi. Parece inevitable que la dureza de esta ascensión no sea la encargada de dictar a la ganadora del Tour de Francia femenino 2023.
Es el día marcado en rojo por todas las favoritas. Las ascensiones tan largas y exigentes son el punto fuerte de Annemiek van Vleuten (Movistar Team), pero en La Vuelta sufrió el ritmo impuesto por Demi Vollering (SD Worx) desde la base de Lagos de Covadonga, aunque retuvo el maillot rojo y consiguió la victoria en la general. Todo apunta a que el duelo entre ambas se repetirá en las rampas del Tourmalet, aunque en esta ocasión la carrera llega envuelta en un gran ambiente de incertidumbre ante las pocas cartas mostradas por las aspirantes al amarillo hasta el momento.
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De esta manera, aunque tanto Vollering como Van Vleuten acaparan todas las miradas para decantar la balanza de manera definitiva de un lado o del otro, corredoras como Kasia Niewiadoma (Canyon // SRAM), Ashleigh Moolman (AG Insurance-Soudal Quick Step), Juliette Labous (Team DSM-Firmenich), Ane Santesteban (Jayco AlUla), Mavi García (Liv Racing) o Elisa Longo Borghini (Lidl-Trek) pueden soñar con dar la campanada y conseguir la victoria de etapa.
En 2022, aunque en una etapa sin un final tan exigente, fue precisamente en la penúltima jornada cuando Van Vlueten decidió atacar desde lejos y romper la carrera con una auténtica exhibición para ganar el maillot amarillo por más de tres minutos respecto a Vollering. En este caso, todo parece reservado para que sea el Tourmalet quien tenga tenga la capacidad de abrir diferencias insalvables si una ciclista está por encima del resto. Aun así, si la igualdad vivida hasta ahora se mantiene, tanto el maillot amarillo como la lucha por el podio podría quedar muy abierta de cara a la contrarreloj del domingo en Pau.
Imagen de cabecera: Getty