“El plan del día era conseguir los puntos de la montaña y mantenerlo en el equipo, fui a tope para conseguir los puntos en una cota, me encontré yo sola. Fue entonces cuando decidí tirar hacia adelante, porque no tenía sentido dar marcha atrás...” Así empezó la cabalgada en solitario de Julie Van de Velde (Fenix-Deceuninck) que ha durado 59 kilómetros y se terminó a apenas doscientos metros de la línea de meta de Montignac-Lascaux que acogía el final de esta tercera etapa del Tour de Francia Femenino. Ha sido entonces cuando Lorena Wiebes, del SD Worx, ha rematado el esprint con autoridad para llevarse finalmente la victoria.
Se podría calificar a Van de Velde como la gran derrotada del día, pero si le damos la vuelta al relato, su actuación ha sido ganadora, porque ha sido capaz de romper el dominio de los grandes equipos en el pelotón con una escapada que no estaba en sus planes. Ni tampoco lo estaba en el SD Worx y el DSM - Firmenich, que cuentan con Lorena Wiebes y Charlotte Kool respectivamente, como velocistas más destacadas, y querían que se llegara al esprint por ser una de las pocas etapas llanas en este Tour.
La corredora del Fenix-Deceuninck ha llegado a tener hasta 2’30’’ en los últimos 30 km después de que atacara en la penúltima cota del día, la Côte des Andrieux (km 89), lo que le ha asegurado el maillot de la montaña. Era un margen que durante unos minutos le ha dado alas para soñar con la victoria. “Desde el coche de equipo, por la radio, me iban diciendo que creían en mi victoria y eso ha hecho que yo también creyera que era possible. Pero desafortunadamente no ha podido ser», comentaba la belga, que también reconoce tener sentimientos encontrados con lo sucedido: estaba contenta de verse ganadora y triste per haber sido cazada a pocos metros de cruzar la meta.
Mientras Van de Velde soñaba, era ajena a los movimientos de lo equipos para conseguir organizarse y cazarla. Sus compañeras del Fenix-Deceuninck tenían la misión de bloquear la velocidad, el DSM quería echar abajo la escapada pero no conseguía que el SD Work colaborara. “Es que a veces hay que especular, es parte del juego”, ha confesado Wiebes sobre su papel pasivo. Eso ha provocado que las alemanas tuvieran que tomar la responsabilidad. Y al final les ha pasado factura, porque el equipo neerlandés se ha aprovechado del trabajo para llevarse la etapa in extremis.
Pero más allá del triunfo de Wiebes —que suma la victoria cincuenta para el equipo esta temporada 2023—, quien se lleva kilos de confianza y esperanza es Van de Velde: “Si tengo piernas lo volveré a intentar. Me gusta la etapa de montaña con el Col d’Aspin y el Tourmalet. Esa etapa la tengo marcada en rojo en mi mente así que espero poder hacer algo bonito