La Planche des Belles Filles, en plena Cordillera de los Vosgos, se ha convertido en una ascensión recurrente en la última década en el Tour de Francia. En esta edición cumple su sexta aparición en el recorrido de la ronda gala, y siempre ha sido sinónimo de una bonita batalla desde aquella primera ocasión en la que Chris Froome parecía ir más fuerte que Bradley Wiggins en 2012. Se trata de un puerto con un estilo mucho más explosivo que la norma habitual en Francia y eso también le otorga una pequeña sensación de exotismo.
Hace dos temporadas, la última vez que el Tour visitó sus rampas, dejó uno de los momentos más difíciles de olvidar en la historia reciente de la carrera. Un Primož Roglič descompuesto, vestido de amarillo y con el casco medio torcido sucumbió ante la potencia, la ambición y el desparpajo de un joven Tadej Pogačar que rompió los esquemas con una facilidad pasmosa. Fue el comienzo de su idilio con el Tour de Francia.
Recorrido de la 7ª etapa: Tomblaine - La Super Planche des Belles Filles (176,3 km)
La séptima etapa supone el primer test montañoso para los ciclistas implicados en la clasificación general. El recorrido podría ser tratado prácticamente como unipuerto, aunque es cierto que en los últimos 70 kilómetros se acumulan cuatro pequeñas ascensiones, como el Col de Grosse Pierre y el Col des Croix, antes de la llegada de la Planche des Belles Filles. Son dos puertos que no revisten mayor dificultad y su distancia con respecto a la subida final no los convierten en determinantes.
Es por ello que, como suele ser habitual desde que esta ascensión apareció en el recorrido del Tour de Francia en 2012, todo se acabe disputando en las rampas de la Planche des Belles Filles. Se trata de un puerto exigente de manera constante en sus cinco primeros kilómetros de longitud. Los porcentajes se mantienen siempre estables por encima del 8%, llegando a alcanzar picos entre el 11% y el 13%.
La parte final es un tanto más irregular con pequeños descansos que se entrelazan con rampas que superan el 20%. Esa dureza se hace especialmente evidente en el último kilómetro, donde la media no baja del 9,5% y los metros finales se desarrollan sobre un camino de tierra que se inclina hasta el 24% de desnivel. Sin duda, un puerto que no suele dejar grandes diferencias pero en el que el esfuerzo final es clave para conseguir unos segundos.
Favoritos
Las jornadas montañosas arrancan su protagonismo en el Tour de Francia, por lo que los favoritos a la general comienzan a asomar como candidatos a conseguir el triunfo de etapa. En una ascensión de estas características, Tadej Pogačar (UAE Team Emirates) es uno de los grandes aspirantes gracias a su potencial escalador, pero también explosivo. Este tipo de rampas, en algunos puntos extremas, se adecúan bien a su estilo, tanto atacando de lejos como en un ‘rush’ final buscando el triunfo parcial.
En un escalón similar se encuentra su compatriota Primož Roglič (Jumbo Visma). Por el momento, ha sido el más perjudicado tras la jornada sobre el adoquín y habrá que ver cómo evoluciona físicamente después de que se le dislocase el hombro, pero aún así un puerto como el de la Planche des Belles Filles puede venirle bien.
Lo cierto es que no es un ciclista propenso a grandes cambios de ritmo, pero sí cuenta con una gran potencia para rematar en caso de que lleguen en un grupo más o menos numeroso. Quien sí podría desenvolverse mejor en los posibles movimiento de Pogačar es su compañero Jonas Vingegaard. El danés es la otra gran apuesta del equipo Jumbo y la temporada pasada estuvo “cerca” del esloveno en las llegadas montañosas.
El otro equipo en discordia es el conjunto Ineos Grenadiers. No presenta un firme candidato al podio, pero sí un bloque con el que poder jugar diferentes tácticas. Por el momento, tanto Daniel Felipe Martínez como Adam Yates son dos ciclistas que pueden disputar el triunfo de etapa en una subida como la Planche des Belles Filles. En este sentido, corredores como Enric Mas (Movistar Team), Aleksandr Vlasov (Bora Hansgrohe) o Ben O’Connor (AG2R Citroën) necesitan más margen para soñar con la victoria y deberán minimizar pérdidas.
A pesar de ser una cima que normalmente aguarda una batalla entre los de la general, la última ocasión que estuvo presente en el recorrido —dejando a un lado la contrarreloj final de 2020— fue una fuga quien consiguió imponerse. Precisamente, tanto Dylan Teuns (Bahrain-Victorious) como Giulio Ciccone (Trek-Segafredo), primero y segundo aquel día, participan en esta edición del Tour. Y podrían tener marcada la jornada con una ascensión que ya conocen. También sería interesante enfocar la mirada en figuras como la de Michael Storer (Groupama-FDJ) o Warren Barguil (Arkea-Samsic), capaces de desenvolverse bien en las fugas con cierta libertad.