La ciudad de Longwy formó parte esencial en los años de consolidación del Tour de Francia antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, durante las ediciones de 1911 a 1914. Fue una sede fija, tanto de salida como de llegada, en el característico recorrido que dibujaba una especie de circunferencia por el exterior del país galo. Sin embargo, perdió esa condición y tan solo ha regresado en dos ocasiones —la tercera será este 2022— desde entonces. En 1982 la victoria fue para Daniel Willems, mientras que en 2017, el eslovaco Peter Sagan se impuso al esprint con su particular superioridad en este tipo de repechos.
Recorrido de la 6ª etapa: Binche - Longwy (219,9 km)
Esta sexta etapa, con una longitud que roza los 220 km, es la más larga de la 109ª edición del Tour de Francia, y una de las dos únicas jornadas que superan la barrera de los 200 km. Tras un primer tramo a través de territorio belga, la ruta se adentra en las Ardenas francesas sobre un terreno sinuoso y que presenta la primera cota, la Côte des Masures. A partir de ahí se abre una pequeña ventana de tranquilidad buscando el esprint intermedio de Carignan.
A falta de 64 kilómetros regresa el recorrido más escarpado característico de la jornada, acumulándose la dureza en unos 15 kilómetros finales muy explosivos. En total, se superan hasta cuatro cotas camino de Longwy, aunque tan solo dos repartirán punto de montaña: la Côte de Montigny-sur-Chiers (1,7km al 4,4%) y la Côte de Pulventeux (0,8 km al 12,3%).
Esta última es la más exigente y puede servir para acabar de romper la carrera antes de afrontar un rápido descenso y encarar la Côte des Religieuses (1,6 km al 5,8%). Será la encargada de dictaminar el ganador de la etapa con una parte central que alcanza una media superior al 8% y máximas del 11%, aunque la parte final recupera porcentajes cercanos al 4%. Sin duda, un día para los ciclistas más explosivos.
Favoritos
Teniendo en cuenta el precedente de la cuarta jornada, uno de los principales candidatos en un final de estas características podría ser Wout van Aert (Jumbo Visma). Es cierto que se trata de un desenlace con mayor dureza encadenada, pero cuenta con una potencia explosiva como para romper el grupo en la zona más exigente de la cota final y jugarse la victoria en una parte final más llevadera con su velocidad al esprint. Está atravesando un momento de forma brillante y tiene la oportunidad de seguir sumando victorias y afianzando la clasificación del maillot verde.
Su eterno rival, Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck), también buscará ser protagonista en una llegada que le beneficia. A diferencia del belga, Van der Poel no se ha mostrado tanto en carrera, salvo la contrarreloj inaugural, y podría buscar el triunfo de etapa en una de sus características arrancadas, como en el pasado Giro d’Italia. En esa disputa trasladada del ciclocross a la ruta, el británico Thomas Pidcock (Ineos Grenadiers), aunque no está atravendo una gran temporada, podría ser una figura interesante para incluir en la quiniela.
Un listado que podría ampliarse con un perfil de corredor algo más clasicómano como Andrea Bagioli (Quick Step-Alpha Vinyl) o Benoît Cosnefroy (AG2R Citroën), pero también aquellos velocistas que tienen la capacidad de superar cotas de este estilo como Mads Pedersen y Jasper Stuyven (Trek-Segafredo), Michael Matthews (Team BikeExchange), Peter Sagan (Total Energies), buscando reeditar su triunfo en 2017.