El temido pavé hace acto de presencia en el Tour de Francia. Los caminos agrícolas empedrados del norte del país galo serán los grandes protagonistas durante la quinta jornada de la ‘Grande Boucle’. Unos tramos adoquinados que regresan al recorrido tras su última aparición en 2018, cuando John Degenkolb se hizo con su única victoria en el Tour y, hasta ahora, su último triunfo en una gran vuelta.
Recorrido de la 5ª etapa: Lille - Arenberg Porte du Hainaut (153,7 km)
La quinta etapa es, posiblemente, la más esperada durante la primera semana del Tour de Francia. Los adoquines siempre son sinónimo de espectáculo —carente por el momento en carrera— y generan una gran incógnita por saber cómo van a responder cada uno de los líderes en un terreno exótico en las grandes vueltas. En este caso, ni mucho menos se superan los grandes sectores de la París-Roubaix, aunque se respira el mismo ambiente con hasta once secciones sobre adoquín concentradas en los últimos 75 kilómetros.En total, se acumulan más de 19 kilómetros sobre caminos empedrados que oscilan entre los 1.300 metros y los 2.800 metros de longitud.
La jornada será muy explosiva, sin ser excesivamente larga, y desde la llegada del primer tramo de Villers-au-Tetre à Fressain hasta el que une Hasnos con Wallers, se convertirá en un día de supervivencia. Por un lado, los especialistas en los adoquines tratarán de aprovechar una oportunidad poco frecuente mientras que los favoritos a la general buscarán minimizar riesgos en una etapa en la que encaja a la perfección el tópico de que el Tour no se ganará aquí, pero sí que puede perderse puede perderse.
Favoritos
La nómina de favoritos en un día en el que la incertidumbre es la seña de identidad es muy amplia y con numerosas opciones. Sin embargo, sobre el papel existe el esperado duelo entre Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck) y Wout van Aert (Jumbo-Visma) como una revancha de la pasada edición del ‘Infierno del Norte’. El neerlandés cuenta con la ventaja de tener absoluta libertad para disputar un triunfo de etapa que tiene marcado como objetivo prioritario, mientras que el belga deberá gestionar, al mismo tiempo, la protección de sus líderes Primoz Roglic y Jonas Vingegaard en una jornada que puede ser complicada.
Por supuesto, no podemos olvidarnos del actual defensor del título en París-Roubaix, el neerlandés Dylan van Baarle (Ineos-Grenadiers). Al igual que le sucede a Van Aert, podría tener la misión de acompañar a los jefes de filas en momentos de dificultad, aunque Ineos no tiene una clara figura en este aspecto, por lo que Van Baarle podría tener la oportunidad de buscar la victoria y reeditar su exhibición hace escasos meses. En el equipo británico tabién podría ser protagonista Thomas Pidcock, ganador de la París-Roubaix junior en 2019.
La confianza en muchas ocasiones lo es todo y tras un año decepcionante sobre los adoquines, el Quick Step-Alpha Vinyl buscará redimirse después de un inicio brillante de Tour de Francia. Su fuerza estará en el bloque, como de costumbre, aunque las figuras de Kasper Asgreen y la de Yves Lampaert, cargado de moral tras su victoria en la contrarreloj inicial, podrían ser las bazas principales del conjunto belga.
El listado de aspirantes a la victoria incluye también nombres como el del esloveno Matej Mohorič (Bahrain-Victorious), quien ya demostró que puede ser un futurible candidato a hacerse con la victoria en el velódromo de Roubaix, Nils Politt (Bora-Hansgrohe), segundo en la edición de 2019 del ‘Infierno del Norte’, Stefan Küng (Groupama-FDJ), que esta temporada ha dado un salto adelante en este tipo de terreno y fue tercero en Roubaix, o un Peter Sagan (Total Energies) al que se le vio con opciones de victoria en Dinamarca.