La ciudad de Saint-Étienne, capital del departamento del Loira, fue una de las sedes más concurridas durante la década de los ochenta y los noventa en el Tour de Francia. El terreno próximo permite originar etapas versátiles, sin un guión establecido, y en el que tanto velocistas como especialistas en las escapadas pueden optar a la victoria. De hecho, las dos últimas ocasiones se han repartido estas dos situaciones, pues en 2014 el más rápido fue Alexander Kristoff mientras que en 2019 Thomas de Gendt sorprendió desde la fuga.
Además, en clave española, el ciclista vasco Julián Gorospe consiguió el triunfo en el Tour de 1986, dos días después de que Eduardo Chozas soblegara el sufrimiento extremo del Col du Granon. Precisamente, en Saint-Étienne el madrileño logró su última victoria en la ronda gala en la edición de 1990.
Relacionado – La victoria agónica de Eduardo Chozas en el Col du Granon
Relacionado – Giro Donne 2022: los seis puntos clave de una edición muy disputada
Recorrido de la 13ª etapa: Le Bourg d'Oisans - Saint-Étienne (192,6 km)
El Tour de Francia se aleja de los Alpes a través del siempre quebrado terreno prealpino de los departamentos de Isère y Loira. La jornada, cercana a los 193 kilómetros, arranca en los pies de Alpe d’Huez para dirigirse de forma descendente, salvo la incursión en la Côte de Brie (2,4 km al 6,9%), hacia Grenoble. A partir de esta ciudad, conocida como la capital de los Alpes franceses, los ciclistas discurrirán sobre el valle que forma el río Isère antes de adentrarse en un recorrido más escarpado a través de la ascensión al Col de Parménie.
A partir de este punto, sería el momento para que los escapados, en caso de que se marche un grupo numeroso, trate de ampliar sus diferencias en un terreno que puede dificultar las labores de control, especialmente en la subida a la Côte de Saint-Roman-en-Gal. En los últimos 30 kilómetros, además, se acumula un tramo que de forma ligera mantiene un constante ascenso hasta el pequeño municipio de La Talaudière. La parte final es más llevadera hasta las calles de Saint-Étienne, donde lo más probable es que veamos una llegada al esprint.
Favoritos
Una incógnita. Así podría definirse la resolución de esta etapa. El perfil es escarpado, con algunos puertos suficientes para descolgar a los velocistas, aunque muy lejos de la meta, y posibilidad de que una fuga consiga hacerse con la victoria. En esa situación de incertidumbre, la versatilidad de Wout van Aert (Jumbo-Visma) lo convierte en el máximo favorito para lograr su tercer triunfo en esta edición del Tour de Francia. Con el maillot verde prácticamente sentenciado, podría medir sus fuerzas tras el desgaste acumulado en los Alpes.
No será una tarea sencilla, pero después de muchos días de sufrimiento los esprinters querrán volver a ser los protagonistas de la carrera. Ni mucho menos es un terreno fácil para controlar a un grupo numeroso que se ponga correoso, pero en el caso de que el pelotón consiga imponer su ley velocistas como Fabio Jakobsen (Quick Step-Alpha Vinyl), ganador de la primera etapa, Dylan Groenewegen (Team BikeExchange), Jasper Philipsen (Alpecin-Fenix), que querrá celebrar un triunfo real, Caleb Ewan (Lotto-Soudal), algo desaparecido hasta el momento o Mads Pedersen (Trek-Segafredo) serán importantes.
Tampoco es descabellado pensar en la posibilidad de que una fuga, como hiciera Thomas de Gendt en 2019, pudiera hacerse con la victoria. En este sentido, ciclistas como Nils Politt (Bora-Hansgrohe), Victor Lafay (Cofidis), Alberto Bettiol (EF Education-Easy Post), Taco van der Hoorn (Intermarché-Wanty), Andreas Kron (Lotto-Soudal) o Kristian Sbaragli (Alpecin-Fenix) podrían ser nombres a tener en cuenta.