La pequeña localidad de Megève, en el departamento de la Alta Saboya, se estrena como meta de una etapa en línea en el Tour de Francia. En el año 2016, la ronda gala ya visitó esta importante estación de esquí con una contrarreloj en la que se impuso el británico Chris Froome. Sin embargo, en esta ocasión tendrá un marcado aroma montañoso con la ascensión hasta el Altipuerto. La línea de meta está ubicada en el mismo lugar en el que Sepp Kuss consiguió la victoria de etapa en la quinta jornada del Criterium du Dauphiné 2020.
Recorrido de la 10ª etapa: Morzine Les Portes du Soleil - Megève (148,1 km)
Etapa corta, pero relativamente intensa, que sirve de antesala antes de dos jornadas muy exigentes y repletas de montaña en los Alpes. Un ambiente y paisaje montañoso que se inicia en las inmediaciones del lago de Ginebra, y que mantiene el perfil escarpado sin un metro llano en dirección sur camino de Megève. A lo largo de los primeros cien kilómetros del recorrido se asciende la Côte de Chevenoz, el Col de Jambaz y la Côte de Châtillon-sur-Cluses en un terreno que serpentea por una serie de valles.
La parte final se divide en dos sectores: el primero, completamente llano atravesando el esprint intermedio de Passy-Marlioz, el segundo, la subida larga y tendida hasta Megève. Se trata de un puerto superior a los veinte kilómetros de longitud pero sin la dureza suficiente para pensar en grandes movimientos. Tanto en la disputa de la victoria en la posible fuga como en el pelotón, las diferencias se podrían marcar a base de un ritmo elevado que genere un gran desgaste.
Tan solo la zona inicial y los kilómetros previos al Altipuerto alcanzan porcentajes superiores al 6%, el resto se mantiene entre el 3% y el 5%. Sin embargo, aguarda un último kilómetro con una media del 7,1% que podría deparar algún ataque explosivo para tratar de arañar algún segundo en la línea de meta.
Favoritos
Tras el día de descanso y teniendo en cuenta las dos jornadas que se avecinan en el recorrido, esta etapa parece diseñada para que triunfe una fuga numerosa. Lo cierto es que las escapadas no están teniendo excesivo protagonismo y tampoco diferencias muy elevadas que les permitan jugar sus cartas con absoluta tranquilidad. Aún así, se trata de una jornada sin un estilo de ciclista muy definido para luchar por la victoria, pues cuenta con un final en el que corredores con mucha potencia y motor pueden rodar bien.
El abanico es amplio, y con ello la ambición por filtrarse en la escapada. De esta forma, la versatilidad permite incluir un gran número de aspirantes a conseguir un nuevo triunfo de etapa en el Tour de Francia. El italiano Mattia Cattaneo (Quick Step-Alpha Vinyl) se adecúa a la perfección a un terreno de estas características, una circunstancia que también puede extrapolarse a la figura de ciclistas como Jan Tratnik (Bahrain-Victorious) o Simon Geschke (Cofidis), que ya ha sido protagonista en las fugas.
Sobre el papel, también sería una etapa en la que Alexey Lutsenko (Astana Qazaqstan) podría desplegar todo su potencial, aunque cuenta con el hándicap de estar a menos de cinco minutos en la general. Una situación que no le permite mucho margen de maniobra. Una libertad con la que sí que cuentan otros ciclistas como Lennard Kämna, que rozó el triunfo en la Planche des Belles Filles, y Patrick Konrad (Bora-Hansgrohe); Bauke Mollema, que de nuevo vuelve a correr por sensaciones sin necesidad de potenciómetro, o su compañero de equipo en el Trek-Segafredo, Tom Skujins.