El descaro de Tadej Pogačar es una bendita temeridad. Una etapa que se presentaba como una oportunidad para tratar de desarbolar al equipo UAE Team Emirates se ha convertido en el rancho particular del esloveno buscando un objetivo muy claro: ganar vestido de amarillo. Y sin miramientos, siendo él mismo el que atacaba de manera incesante bajo la niebla en las durísimas rampas del Col du Portet.
“Conseguir el triunfo con el amarillo es una sensación indescriptible. El equipo ha hecho un trabajo fantástico y al final todo salió bien”, explicaba el esloveno en la línea de met. No sha sido ni mucho menos tan superior como en días anteriores, pero ha vuelto a ser el más destacado aplicando el proverbio de la mejor defensa es un buen ataque. Eso, junto a su fijación, casi obsesiva, por llevarse la victoria de etapa, ha despejado dos incógnitas: que el conjunto UAE no es tan débil como pueda haberse creído y quiénes serán sus más que probables acompañantes en París.
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Ese privilegio corresponde a Jonas Vingegaard, segundo, y Richard Carapaz, tercero. Ambos han sido los únicos ciclistas capaces de estar junto a Pogačar y discutirle el triunfo de etapa. El movimiento de esloveno se intuía desde que Davide Formolo ha comenzado a aumentar el ritmo en las faldas del Col du Portet. Las siguientes piezas en ese engranaje han sido Brandon McNulty y Rafal Majka, para finalizar con el primer demarraje de Pogačar en Espiaube, donde se encuentra el desvío hacia Pla d’Adet.
Pogačar, Vingegaard y Carapaz bajo la niebla en el Col du Portet / Fotografía: A.S.O. - Pauline Ballet
Esos tintes épicos que envuelven un deporte como el ciclismo han empezado a vislumbrarse cuando la niebla se adueñaba del paisaje y engullía a los corredores a su paso. En esa coyuntura, Carapaz, después de una labor magnífica por parte de Jonathan Castroviejo, utilizaba la técnica del engaño entre los fortísimos cambios de ritmo del esloveno. Una batalla a tres que el ecuatoriano ha prolongado al llegar a los 2.000 metros de altitud.
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Finalmente, su punta de explosividad no ha podido evitar la quinta victoria de Pogačar en el Tour de Francia, la segunda en esta edición de la ronda gala. El esloveno inscribe su nombre así en el Col du Portet, un puerto visitado anteriormente en tan solo una ocasión—con victoria de Nairo Quintana en 2018— y que tiene todos los ingredientes para convertirse en una cima mítica del Tour de Francia.
Su dureza se ha hecho palpable nada más cruzar la línea de meta:
A punishing finish atop the Col du Portet 💪
— Tour de France™ (@LeTour) July 14, 2021
Le bilan physique de l'impitoyable Col du Portet 💪#TDF2021 pic.twitter.com/BBNwn5thY2
Caretas fuera. Los dieciséis kilómetros al 8,7% del Col du Portet han situado a los implicados en la batalla por el podio en el lugar que les pertenece. Rigoberto Urán ha cedido casi dos minutos, Ben O'Connor es un candidato firme a mantenerse en las cinco primeras posiciones y Enric Mas, que ha mostrado que su debilidad en el Ventoux no fue un mal día, debe buscar una emboscada para acabar con mejor sabor de boca un Tour de Francia que en el que Tadej Pogačar mantiene su tiranía disfrazada de ambición desmedida.
Imagen de cabecera: A.S.O. - Tour de Francia