El esloveno Primož Roglič tiene en su haber un extensísimo palmarés de victorias. Sin embargo, en términos numéricos, es posible que la Tirreno-Adriático de 2023 sea su victoria más contundente en una carrera por etapas hasta la fecha. A lo largo de su trayectoría, Roglič ha conseguido ganar dos etapas de forma consecutiva en múltiples ocasiones, pero nunca antes había logrado tres triunfos parciales seguidos. En la carrera italiana, lo ha hecho en las tres jornadas clave y, además, con una sensación de facilidad al mismo tiempo que era palpable que no estaba en su mejor estado de forma. Y eso es lo que más asusta, pues Roglič ha dominado Tirreno-Adriático a medio gas.
Su debut estaba previsto para la Volta Catalunya, pero decidió avanzar el estreno en 2023 por sorpresa a la Tirreno-Adriático. Esa decisión cambió la dinámica de la carrera incluso antes de comenzar, aunque se presentaba como una incógnita tras no competir desde su caída en la Vuelta a España hacía más de seis meses. Y lo cierto es que esa sensación de incertidumbre se empezó a confirmar tras la contrarreloj inicial. Pero nada más lejos de la realidad, pues en el momento decisivo supo aprovechar sus armas para lograr su segunda victoria en la 'Carrera de los Dos Mares' tras su primer triunfo en 2019.
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La general se decidió por un estrecho margen
Ha sido una Tirreno-Adriático extraña. Las tres grandes etapas terminaron en esprints entre los favoritos, y apenas hubo diferencias en la general, con siete corredores concluyendo a menos de un minuto de Roglič. En cierto modo, las circunstancias meteorológicas tuvieron mucho que ver en esta inusual situación. El fuerte viento que azotó Europa el 10 de marzo —que provocó la cancelación de la sexta etapa en París-Niza— obligó a acortar unos kilómetros la llegada clave en Fonte Lardina, y lo que restaba de la subida se volvió aún menos selectivo por el viento de cara. El resultado fue que hasta diecisiete ciclistas optaran al triunfo de etapa, con las únicas diferencias que otorgaron las bonificaciones en meta.
Fotografía: Dario Belingheri
Esa circunstancia condicionó la carrera, pues varios equipos tenían dos, o hasta tres, corredores con opciones de hacerse con la victoria. Esta situación favoreció al conjunto Jumbo-Visma y a Primož Roglič en la tappa dei muri del sábado. El colombiano Santiago Buitrago fue el primero en intentar un movimiento lejano mientras sus compañeros del Bahrain-Victorious, Mikel Landa y Damiano Caruso se mantenían expectantes en el pelotón. Poco después sería Aleksandr Vlasov (Bora-Hansgrohe) quién trató una aventura en solitario, siendo Lennard Kämna segundo y Jai Hindley séptimo en la general.
Hasta este punto todo parecía razonable, pues con tantas bazas por jugar, los equipos trataban de poner en aprietos el liderato del esloveno. Sin embargo, cuando Vlasov se colocó como líder provisional, tanto UAE Team Emirates, que tenía a João Almeida, Brandon McNulty y Adam Yates en liza, como INEOS Grenadiers, para Tao Geoghegan Hart, optaron por unirse a Jumbo-Visma en la persecución. Quizá fue muy osado por su parte pensar que en un mano a mano con el esloveno en la explosiva subida final tendrían opciones de arrebatarle la victoria. Y, como se esperaba, Roglič no falló.
Se produjo una llegada entre los grandes favoritos, con Mikel Landa, que concluyó séptimo en la general, y Enric Mas, que fue sexto, como los grandes protagonistas durante los metros iniciales de la adoquinada ascensión hasta la línea de meta. Les faltó ese ‘punch’ final que suele ser decisivo en desenlaces ajustados. Finalmente, João Almeida y Tao Geoghegan Hart acompañaron a Roglič en el podio de una atípica edición de Tirreno-Adriático.
Grandes sensaciones, pero sin recompensa para Enric Mas
En el ciclismo moderno, si no tienes una gran explosividad final te quedas sin premio. Eso es lo que le está ocurriendo a Enric Mas en este inicio de 2023. Posiblemente, el balear era el corredor más fuerte de la carrera en montaña, pero la aparición del viento en su única oportunidad de brillar le privó de mostrar su mejor versión. Aunque lo intentó en Fonte Lardina, y mostró una actitud ofensiva tanto en la cuarta jornada como en el muro adoquinado de la sexta etapa, el hándicap del ciclista del conjunto Movistar siguen siendo los metros finales. Quizá anticipar podría ser una opción.
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Al final, Enric Mas se tuvo que conformar con la sexta plaza en una Tirreno-Adriático en la que llegaba con la vitola de ser uno de los grandes favoritos. Sin embargo, la pérdida de tiempo esperada en la contrarreloj inicial se convirtió en definitiva al no tener terreno suficiente para recuperar esa diferencia. Más allá del resultado, lo importante es que tanto las últimas carreras de 2022 como en el comienzo de este 2023 el balear está ofreciendo una versión mucho más activa, siendo protagonista, atacando y, sobre todo, confirmando que se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera.
Los grandes clasicómanos siguen sin aparecer
Tradicionalmente, Tirreno-Adriático ha sido una carrera en la que parte de los mejores corredores en las clásicas han afinado su estado de forma de cara a la temporada primaveral. Sin embargo, este 2023 ni Wout van Aert, ni Mathieu van der Poel, ni Julian Alaphilippe, que habían dominado la prueba italiana en los últimos años, consiguieron ganar una etapa. Cada uno de ellos mostró pequeños destellos, pero hasta el momento no han conseguido cuajar una actuación brillante al completo.
El francés Julian Alaphilippe estuvo cerca de discutirle el triunfo a Roglič en la subida final de la cuarta etapa; Van der Poel fue clave en el lanzamiento de las dos victorias de su compañero Jasper Philipsen al esprint; y Van Aert hizo un excelente trabajo al servicio de Roglič controlando la carrera en muchas de las exigentes cotas de la sexta jornada. En años anteriores, el terreno de Tirreno-Adriático fue testigo de grandes batallas entre los tres, pero este 2023 parece que han optado, especialmente Van der Poel y Van Aert, por tomarse el inicio de la temporada en carretera con un punto más de calma. Posiblemente, con la mirada puesta en la disputa de Milán-Sanremo, el primer Monumento del año.
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Philipsen domina los esprints
En las volatas, el belga Jasper Philipsen fue el dominador indiscutible. Y en gran medida, esa solvencia vino precedida de dos lanzamientos perfectos por parte de Mathieu van der Poel. Aunque en otras ocasiones el neerlandés había intentado ayudar a sus compañeros, nunca había transmitido esa sensación de superioridad a la hora de colocar al velocista en la mejor posición en los últimos metros. Esta vez sí que fue así y Philipsen arrasó. Los esprints en este 2023 están siendo un tanto irregulares y con un gran número de ganadores. Sin embargo, en la primera carrera por etapas de la temporada para el belga se ha convertido en el velocista más consistente.
A los dos triunfos de etapa, en los que no tuvo rival, hay que sumar otro segundo puesto. Tres llegadas masivas y tres buenos resultados. Tan sólo Fabio Jakobsen (Soudal-Quick-Step) fue capaz de arrebatarle el cien por cien de efectividad. Un desenlace que se resolvió en una ajustada foto phinish que le dio la victoria al neerlandés por escasos milímetros. Pero Jakobsen, que ya había logrado dos victorias con anterioridad esta temporada, no volvió a asomarse en las primeras posiciones fruto de esa falta de regularidad que está caracterizando el inicio del año entre los esprinters.