En la meta de la séptima etapa del Tour de Francia Femenino, había una sensación extraña en el aire. Las ciclistas cruzaron la meta a cuentagotas, exhaustas, destrozadas y, sobre todo, decepcionadas. Elisa Longo Borghini estaba sentada en el asfalto sollozando, consolada por sus directores. Cecilie Uttrup Ludwig dio respuestas cortas y concisas a los periodistas, muy lejos de la euforia que había mostrado unos días antes tras su victoria en la tercera etapa.
"Hice todo lo que pude y creo que el resto también lo hizo, simplemente ella fue más fuerte. Así que enhorabuena para ella", dijo irónicamente Uttrup Ludwig tras la meta, encogiéndose de hombros. La danesa terminó tercera en la etapa, superando a Kasia Niewiadoma y Juliette Labous en un esprint a tres.
Niewiadoma parecía un poco más animada cuando se le preguntó, pero seguía teniendo un aire de impotencia en sus respuestas. "Annemiek está más allá de nuestra capacidad, digamos", explicó la corredora del Canyon//SRAM.
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El ataque de Van Vleuten se produjo cuando aún quedaban 85 kilómetros de la etapa, con más de 3.000 de desnivel positivo acumulado. La única corredora que pudo seguir a la campeona olímpica de contrarreloj cuando lanzó su movimiento fue Demi Vollering, del SD Worx. La corredora de veinticinco años se aferró a la rueda trasera de Van Vleuten hasta que se acercaron a la cima de la segunda de las tres grandes subidas, cuando aún quedaban más de 60 kilómetros. A partir de ahí, Vollering hizo una contrarreloj hasta la línea de meta, con el único objetivo de limitar sus pérdidas con respecto a Van Vleuten, que acabó ganando con una ventaja de 3 minutos y medio.
Vollering expresó después de la etapa que la actuación de Van Vleuten era en gran medida incomprensible. "No es normal. Le dije que no es normal lo que hiciste. Ella dijo: Tengo mucha más experiencia de entrenamiento y experiencia en general [que tú]. Me dijo que mi momento ya me llegaría, así que esperemos que así sea".
Imagen: ASO/Fabian Boukla
Van Vleuten es catorce años mayor que Vollering y lleva en el pelotón profesional desde 2008. Cuando la prensa le preguntó por qué tenía tanta ventaja sobre sus competidoras en estas largas etapas de montaña, Van Vleuten lo achacó también a la edad.
"Es algo que viene con los años. Quiero dejar muy claro que a veces mis compañeras reciben comentarios de que deberían entrenar tanto como yo, pero eso no es posible —aseguró la holandesa—. Eso es un proceso llega con años. Tengo treinta y nueve años, así que para mí es posible entrenar muchas horas, pero no es porque de repente pueda hacerlo, es solo un proceso de muchos años. Cada año puedes hacer un 5-10% más de horas. Eso hace que mi motor sea muy grande y que mi nivel de forma física sea realmente alto, entonces si tienes una etapa como esta que es súper, súper dura, entonces sé que puedo hacerlo desde la primera subida".
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A medida que el calendario femenino del WorldTour vaya añadiendo carreras por etapas —la edición femenina de la Vuelta a España está prevista que tenga ocho etapas el año que viene— podemos esperar ver un mayor número de rutas duras y montañosas, similares a lo que hemos presenciado hoy en la séptima etapa del Tour de Francia Femenino. ¿Anemiek van Vleuten va a salir airosa de todas ellas? ¿Hay algo que sus rivales puedan hacer en las subidas largas para vencerla?
"Creo que solo cuando se retire, entonces tendremos un poco más de lucha por la victoria, pero ella es más fuerte que el resto. Solo cuando esté enferma podremos vencerla", dijo Juliette Labous, del equipo DSM, que terminó cuarta en la etapa de hoy. "Está por encima de todos. No lo sé. Cuando estoy enferma, la mayoría de las veces no rindo, especialmente en una carrera por etapas. Creo que es difícil recuperarse de ello. Así que es impresionante lo que hace. Probablemente tiene algo en su cuerpo que le permite ser más fuerte y entrenar muy duro. Si miro en su Strava, veo que no puedo entrenar tanto como ella".
Imagen: ASO/Thomas Maheux
Aunque Van Vleuten ha confirmado que se retirará al final de la próxima temporada, el hecho de que sus principales rivales tengan una sensación de impotencia pinta un panorama ligeramente sombrío para el próximo año de las carreras femeninas por etapas cuando estas tengan etapas de alta montaña.
Hasta ahora, la lucha por las victorias de etapa en el Tour de Francia Femenino ha sido emocionante y ha sido un gran espectáculo, pero la etapa de hoy ha neutralizado cualquier posible enfrentamiento por el maillot amarillo en la etapa final de La Planche des Belles Filles.
Aunque la fuerza de Van Vleuten es admirable, todo los aficionados al ciclismo nos asombremos con este tipo de actuaciones, el ciclismo corre el riesgo de convertirse en algo predecible y monótono. Tal vez, mientras el pelotón femenino siga desarrollándose, no sean necesarias etapas que incluyan semejante desnivel. La propia Van Vleuten lo insinuó en su entrevista tras la etapa de hoy: "Me encantaría correr el año que viene en el Alpe d'Huez, pero si eso hace que sea menos interesante para la gente, entonces quizá no", dijo. "La importancia no es dónde estamos, es que ofrezcamos un buen espectáculo y una lucha interesante".
El futuro del ciclismo femenino es sin duda brillante, y las etapas que hemos visto hasta ahora en esta carrera han sido apasionantes e imprevisibles. Las subidas más cortas y los recorridos más escarpados han sido el escenario perfecto para las batallas más reñidas, y podría haber sido mejor terminar el Tour de Francia Femenino con más de esto. En general, sin embargo, es justo decir que el maillot amarillo dejará esta carrera sobre los hombros de la corredora más fuerte de la carrera, y tal vez eso signifique que el Tour de Francia Femenino ha logrado su propósito.