De Torrevieja a Lagos de Covadonga en siete días. Un recorrido en diagonal por la península en toda regla. Sin duda, uno de los elementos que llamó la atención durante la presentación del recorrido de la Vuelta a España femenina 2023 en el mes de febrero fueron los traslados. En total, en la primera edición de la ronda española femenina bajo el paraguas y la infraestructura de la Vuelta las ciclistas recorrerán en torno a los 740 kilómetros en bicicleta. Sin embargo, fuera de competición, la distancia acumulada entre todos los desplazamientos asciende por encima de los 1.000 kilómetros. Es la otra Vuelta, la que no se ve, la que conecta salidas, metas y hoteles y forma parte inherente a cualquier prueba ciclista por etapas.
En este sentido, la gestión de los descansos y la recuperación adquiere una mayor relevancia. Y así lo ven las propias ciclistas profesionales. “En una carrera por etapas estos factores son siempre cruciales”, comentaba con VOLATA la ciclista del Movistar Team Lourdes Oyarbide en la salida de la tercera jornada. "Si hay traslados largos cobra mucha importancia la rapidez que los equipos se den en terminar la etapa, recoger, ducharnos y ponernos en camino al siguiente hotel. Eso también forma parte de la estrategia, ves la logística de la carrera y te intentas adaptar de la mejor manera posible. Esos pequeños detalles pueden marcar la diferencia”, continuaba la alavesa. Quizá todavía más después de los abanicos que el conjunto telefónico protagonizó y provocó camino de La Roda.
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El pelotón durante la cuarta etapa, camino a Guadalajara
Esa idea sobre la celeridad a la hora de gestionar los descansos la refrendaba Mavi García, ciclista del conjunto Liv Racing TeqFind. La balear explicaba el funcionamiento dentro del equipo: “Intentamos marcharnos lo antes posible y hacer el trayecto más corto, porque los traslados afectan a la hora de poder hacer un buen masaje, tumbarse, las horas de sueño…”. Las cenas es lo que más quebraderos de cabeza está provocando entre las corredoras del Liv Racing: “Las compañeras no están acostumbradas a cenar tan tarde, porque en Países Bajos vienen de cenar a las seis y media y entonces para ellas es un golpe grande”, comentaba entre risas la Campeona de España.
Sin embargo, Ane Santesteban, del Team Jayco-AlUla, lo analiza desde una perspectiva diferente, poniendo en valor las notables mejoras para la recuperación durante los últimos años. “Es cierto que va a haber traslados bastantes largos, pero todos los equipos han evolucionado en este aspecto para minimizar su trascendencia. Ahora mismo contamos con mucho apoyo que hace unos años no existía, como los autobuses, el cuidado de la nutrición o las botas de recuperación para el viaje. Empezamos esa fase apenas terminada la carrera. Al final todas estamos más o menos en igualdad de condiciones y no creo que afecte demasiado al rendimiento”, afirmaba.
Lourdes Oyarbide (primera por la derecha) en el podio con Paula Patiño y Aude Biannic, recogiendo el premio al mejor equipo en la etapa 3 de La Vuelta Femenina.
Más allá de traslados o desplazamientos, las tres ciclistas coincidían en la importancia de que por primera vez se esté disputando una Vuelta a España femenina. "Estoy muy orgullosa de la evolución del ciclismo femenino en España y muy contenta de lo que ha hecho la organización apostando por nosotras”, destacaba Ane Santesteban. Por su parte, Mavi García reconocía que “como sucede en todo lo que comienza hay pequeños detalles por pulir, aunque lo importante es que se ha dado el paso”.
Para Lourdes Oyarbide recorrer la geografía española en poco tiempo tiene cierto encanto y supone una tregua meteorológica: “Es bonito empezar en el sur e ir subiendo hasta el norte y, sinceramente, creo que las corredoras lo agradecerán por el tema de la temperatura. No todo el mundo está acostumbrado al calor que hemos pasado estos primeros días”, finalizaba.