“Y ahí está, en su tierra, ¡Luis León Sánchez!”. Cuando el speaker de La Vuelta, Juan Mari Guajardo —en el día de su cuarenta y ocho cumpleaños— ha anunciado el nombre del ciclista del Astana-Qazaqstan en el control de firmas de la novena etapa en Cartagena, el público ha estallado de forma ensordecedora. Misma reacción cuando le ha tocado el turno a Rubén Fernández, del equipo Cofidis. Porque a pesar de ser una Vuelta a España repleta de figuras como Remco Evenepoel, Jonas Vingegaard, Primož Roglič, Enric Mas, Sepp Kuss o Juan Ayuso, los más buscados en una jornada que transcurre íntegramente por la Región de Murcia, de gran tradición ciclista, han sido sus dos ídolos locales presentes en carrera.
El autobús del equipo Astana se ha convertido en el más aclamado. Multitud de aficionados, especialmente los más pequeños, pedían una foto o un autógrafo. Luis León Sánchez se ha detenido y ha devuelto todo ese cariño dentro de los márgenes que el todavía persistente protocolo para prevenir el covid permite. “Siempre es especial pasar por tu región y compartir con tu gente esa ilusión, y si tienes la suerte de hacerlo por tu pueblo —Mula— aún mejor. Es bonito recorrer las carreteras por las que llevo entrenando desde que soy un niño. Siempre lo vivo como la primera vez, ya sea en la Vuelta a Murcia o en este caso a la Vuelta a España”, destacaba a VOLATA antes de la salida.
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Esta novena etapa descubrirá un puerto inédito en la ronda española, el Collado de la Cruz de Caravaca. Luis León Sánchez, que conoce la ascensión, avisa de que se trata de una subida muy dura a pesar de la pendiente media del 5,6%: “Es engañoso, porque encadena muchos descansos, pero es un puerto que mantiene la esencia de La Vuelta. Tiene rampas muy duras y puede haber alguna sorpresa si los de la general buscan el triunfo de etapa”. Y esa dureza se puede incrementar con la previsión de mal tiempo y viento: “Va a ser un día complicado”, añadía.
Luis León Sánchez durante la primera etapa del Tour de Francia 2023 en Bilbao (Fotografía: Getty)
No parecen los ingredientes ideales para que Luis León Sánchez trate de conseguir ante su público esa victoria en La Vuelta que lleva buscando en sus catorce participaciones en la carrera. Todavía más si cabe teniendo en cuenta que sigue en el proceso de encontrar el ritmo óptimo de competición tras la fuerte caída que le obligó a abandonar el Tour de Francia con rotura de clavícula. “No he podido llegar en las mejores condiciones. La recuperación de la clavícula fue muy rápida, pero las costillas me siguen dando un poco de follón. Eso no me ha permitido entrenar como me hubiese gustado, pero en la última parte de carrera podré estar mejor. Al menos ese es el objetivo”, explica.
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El corredor de Astana sigue manteniendo las mismas ganas y motivación por afrontar La Vuelta que cuando empezó su trayectoria profesional, aunque admite que “la explosividad y la recuperación casi instantánea de la juventud se pierde. Ahora mi fortaleza es la experiencia”, comenta. Quizá ese autoconocimiento y capacidad para saber regularse le brinde una oportunidad en la parte final de la carrera: “La Vuelta es muy larga y se está yendo muy rápido. Las fuerzas y las dinámicas del pelotón en la tercera semana son muy diferentes con una fatiga muy alta. Por eso ahora estoy intentando guardar, ir día a día, tranquilo, disfrutando entre comillas y no gastar mucho con la mente puesta en hacerlo lo mejor posible en la última semana”.
Imagen de cabecera: Getty