“Victoire! Victoire!”. Todos los miembros del equipo TotalEnergies se han fundido en un abrazo enorme y han estallado de alegría en la meta de Oliva cuando se ha confirmado la victoria de Geoffrey Soupe. Los gritos, los saltos, los golpes enérgicos en la espalda y las lágrimas reflejaban la euforia por haber conseguido el segundo triunfo de su historia en La Vuelta —Lilian Calmejane obtuvo el primero en 2016— de la forma más inverosímil. Pero también por lo que significa: el éxito inesperado de un gregario incansable en la sombra. “Geoffrey es un ejemplo. Toda la vida trabajando para los demás y hoy se ha visto recompensado. Estoy muy contento por él, por sus hijos y por su familia", comentaba su compañero Fabien Doubey a los micros de Eurosport visiblemente emocionado.
El triunfo de Soupe ha sido una sorpresa, pero ha sido fruto de saber jugar sus cartas con astucia y de manera intencionada. “Sabía cómo tomar la última curva para conseguir cierta ventaja y escaparme. Cuando nadie venía detrás de mí pensé, ¿qué está pasando? En ese momento me dije: este es tu día”, reconocía en el podio. El veterano ciclista francés de treinta y cinco años ha roto todos los esquemas en una llegada extraña, descontrolada y sin referencias. La falta de acierto del realizador ha colaborado a esa sensación de desconcierto generalizado. Mientras intentábamos intuir lo que sucedía ha aparecido la imagen de meta, el último golpe de riñón y la incertidumbre por conocer el ganador entre Orluis Aular (Caja Rural-Seguros RGA) y Soupe. La balanza se ha decantado en favor del francés.
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Ajustado triunfo de Soupe frente a Aular y Theuns (Fotografía: Sprint Cycling)
“Es extraordinario. Hace muchos años —2014— llevé a Nacer [Bouhanni] a la victoria en dos etapas de la Vuelta y fue una sensación de adrenalina increíble, pero saborearlo en primera persona es indescriptible”, confesaba. Esa ha sido siempre su labor, la de lanzador, y en Oliva no ha cambiado su forma de afrontar los últimos metros a pesar de que su esprinter Dries van Gestels se haya visto apeado por una caída. “Con Dries descartado, yo he hecho lo que tenía que hacer, como si tuviera que lanzarle en cualquier caso”, explicaba. Que sobre el papel no era un favorito, ni quiera una alternativa, lo demuestra que la organización le haya colocado una cámara on board. Eso sí, disfrutar de esos instantes de tensión, caos y el lanzamiento final desde la propia bicicleta del ganador ha sido una delicia.
🤪 Súbete a la bici del ganador. Disfruta del sprint final con la cámara On Board de @GeoffSoupe - @TeamTotalEnrg.
— La Vuelta (@lavuelta) September 1, 2023
🚀 Onboard with a winner. Witness @GeoffSoupe's victory from a whole new angle.#LaVuelta23 pic.twitter.com/bK3QOU5pzf
La volata entre los modestos, con el triunfo de Soupe y la casi victoria de Aular y Caja Rural, junto a la desesperación de un Kaden Groves que tendrá que esperar para lograr su tercera victoria en esta edición, ha aliñado una jornada insulsa. Ha sido un día con un guion lineal: fuga consentida, con Ander Okamika y José Herrada, viento de cara en la parte final y calma chicha en el pelotón. Sin embargo, las caídas también se han apoderado del relato de esta séptima etapa. El peor parado ha sido el equipo INEOS, con un Geraint Thomas magullado en la rodilla y el abandono de Thymen Arensman en los últimos kilómetros que ha dejado descolocado a Omar Fraile. “¿Se ha ido al suelo Thym?”, preguntaba a los periodistas con cara de circunstancia. Mañana regresa la montaña, y el mal tiempo, aunque esperemos que no se produzca ningún incidente.
Imagen de cabecera: Cxcling