El giro argumental es un recurso que permite captar la atención del público a través de un cambio inesperado en la trama de una película, una obra de teatro o una novela. Y lo ocurrido en la 16ª etapa de La Vuelta 2023 ha sido un plot twist en toda regla, quizá antes de lo esperado. Los protagonistas continúan siendo los mismos, pero sus historias posiblemente hayan tomado caminos distintos después de que Jonas Vingegaard haya tambaleado en Bejes el aparente ‘buenrollismo’ —y la falta de debilidades— en el triunvirato del Jumbo-Visma. “En el autobús decidimos ir a por a la etapa con Primož, pero Jonas atacó en un momento perfecto”, explicaba Sepp Kuss a los micros de RTVE mientras se intuía en su rostro un gesto de circunstancia tratando de esquivar la incómoda situación.
Leyendo entre líneas: parece que el movimiento del danés no estaba en los planes (del equipo). Es innegable que sí lo estaba en los del propio Vingegaard, que tras anticipar tanto en el Tourmalet como en la inédita llegada a Bejes ha conseguido dos triunfos de etapa y se ha colocado a tan solo 29” de su compañero Kuss en la general.
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El doble ganador del Tour de Francia ha atacado en el lugar indicado, a 3,8 km de meta, justo en el punto en el que las rampas reducían los porcentajes permitiendo abrir una pequeña brecha que consolidar en el falso llano a mitad de la ascensión. La apuesta le ha salido bien, pues mientras “maniataba” a sus dos compañeros el resto de rivales decidían no salir, ni siquiera perseguir. Con la carrera bloqueada, el danés ha abierto una diferencia que se ha ido por encima del minuto.
Momento en el que Vingegaard ha arrancado para alzarse con su segundo triunfo en La Vuelta 2023 y asomarse al maillot rojo (Fotografía: Getty)
Sepp Kuss felicita a Vingegaard tras su victoria en Bejes (Fotografía: Cor Vos)
Por segunda ocasión, Primož Roglič, y también el líder Sepp Kuss, se ha visto envuelto en una encrucijada táctica en la que de nuevo el gran beneficiado ha sido Vingegaard. Cuando el esloveno ha tratado de reaccionar ha desencadenado una tormenta con varias lecturas internas y externas. Si la distancia con el danés seguía aumentando sus opciones de ganar la carrera se diluían, por lo que esa lucha de egos, camuflada hasta el momento, ha comenzado a florecer. Al mismo tiempo, no ha demostrado estar claramente por delante de Enric Mas o Juan Ayuso, que han podido mantener el cambio de ritmo y les ha permitido entrever que quizá al americano Kuss le puede pasar factura que esta sea su tercera gran vuelta consecutiva. La ventana del podio no está completamente sellada.
Todo lo que envuelve el relato del liderazgo y los roles internos del Jumbo sigue siendo una incógnita y un mar de dudas, aunque han comenzado a desvelarse algunas cartas sobre el tablero en una jornada que se presumía “tranquila”. Aún así, hoy al menos había una razón por la que todos estaban alineados: dedicar la victoria a Nathan van Hooydonck. Esta mañana el equipo confirmaba que el ciclista belga había sufrido un fuerte accidente de tráfico y que se encontraba hospitalizado. “Quería este triunfo para mi mejor amigo. Parece que las noticias sobre su condición son positivas y espero que se recupere pronto”, comentaba Vingegaard en el podio. La intensidad desde el inicio y la lluvia intermitente en una etapa preciosa en territorio cántabro tendrá consecuencias en las jornadas asturianas.
Imagen de cabecera: Sprint Cycling