La sonrisa pícara de Remco Evenepoel y los constantes toques señalando la cabeza con el dedo índice en la cima del inédito puerto de la Cruz de Linares podían tener varias interpretaciones. Primero, un mensaje de su fortaleza mental; segundo, la capacidad de gestionar la fuga a su antojo; y tercero, la oficial: era una dedicatoria para su esposa. “Si ganaba otra etapa tenía que dedicársela a ella”, declaraba risueño en el podio. Evenepoel ha conseguido en la segunda jornada asturiana su tercer triunfo de etapa en La Vuelta 2023. Lo ha hecho fácil, como si se tratase de un mero trámite y reafirmando que tocar fondo, física y mentalmente, tras el desfallecimiento camino del Tourmalet lo ha reforzado.
Remco Evenepoel no se esconde en una coraza. Es un ciclista transparente en sus expresiones, sin filtro en el lenguaje no verbal. Mientras que en Larra-Belagua rompió a llorar de la rabia y la tensión acumulada tras una mala noche tratando de buscar una explicación a quedarse vacío en la etapa reina, en la Cruz de Linares se ha visto su lado más disfrutón, con una pincelada de inocencia al formar una "O" (de Oumi) con sus manos cuando cruzaba la línea de meta. Hoy, el belga, se ha gustado y le ha encantado reencontrarse con su mejor versión. “Está siendo una gran Vuelta, puedo estar orgulloso. Después del Tourmalet tuve que pasar página y conseguir tres victorias y el maillot de la montaña es muy bonito”, reconocía.
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El corredor de Soudal-Quick Step ha decidido el cómo, el cuándo y el dónde debía resolverse la victoria entre los escapados. Y lo ha hecho en el primer paso por la Cruz de Linares. “Tenía la sensación de que era el más fuerte del grupo de cabeza”, confesaba. Evenepoel se ha transformado en verdugo, dejando víctimas a su paso en las rampas superiores al 10%, hasta que se ha quedado solo cuando Max Poole (DSM-Firmenich) y Damiano Caruso (Bahrain-Victorious) no han podido seguirle tras el paso hormigonado de Castañedo del Monte. “Es como seguir a una scooter. Su ritmo era demasiado alto”, comentaba Caruso a los micros de Eurosport. El belga ha comenzado entonces una contrarreloj individual que ha resuelto con más de 4 minutos sobre sus perseguidores.
Remco Evenepoel sobre el tramo hormigonado de la subida final (Fotografía: Sprint Cycling)Sepp Kuss se afianza en el liderato y apunta a la victoria en Madrid (Fotografía: Sprint Cycling)
Mientras Evenepoel volaba entre los concejos de Santo Adriano y Proaza, a más de diez minutos rodaba un pelotón en el que salvo dos conatos de ataque de Mikel Landa, al que le ha faltado chispa, imperaba la sorprendente tranquilidad del tridente del Jumbo-Visma. Era evidente que algo había cambiado en las dinámicas internas y las declaraciones posteriores lo han confirmado. No habrá más conversaciones sobre egos ni deslealtades, la decisión está tomada y parece definitiva. “Es bonito poder devolverle a Kuss lo que ha hecho por nosotros”, comentaba Vingegaard tras ceder incluso 9”. Una realidad que Roglič acepta con cierta resignación: “Tengo sentimientos encontrados”, destacaba el esloveno al periodista Daniel Friebe. El apoyo al líder Sepp Kuss será absoluto hasta Madrid.
Imagen de cabecera: Sprint Cycling