La contrarreloj es una prueba que aguarda belleza y crueldad a partes iguales. No hay lugar donde esconderse. Existen dos formas de experimentarlas: o te sientes horriblemente mal y obtienes un buen resultado, o te sientes horriblemente mal y obtienes un mal resultado. En una época en la que esta disciplina está perdiendo poco a poco peso y protagonismo, los Campeonatos del Mundo siempre son un oasis para los amantes del esfuerzo intenso y agónico con recorridos que rondan los cincuenta kilómetros. Y en la campiña escocesa, en las inmediaciones de Stirling, Remco Evenepoel realizó una exhibición de potencia rodadora para mudar la piel arcoíris que cedió en la prueba en línea y convertirse en el nuevo rey contra el tiempo.
Con más fuerza que técnica, Evenepoel eclipsó al australiano Michael Rogers como el ciclista más joven en ganar el Mundial de contrarreloj y, a su vez, se convirtió en el primer belga que consigue este título en la historia. Se trata de un hito que ha buscado con ahínco desde su primera participación en 2019, con una plata y dos bronces en sus tres intentos previos. Nunca ha bajado del podio y eso demuestra que el belga cuenta con un tacto y un talento especial en esta disciplina. "Ganar hoy era uno de mis grandes objetivos de la temporada”, comentaba Evenepoel tras recoger su nueva prenda arcobalena.
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En la vorágine de récords y estadísticas que supone esta victoria, quizá el más llamativo de todos es su adhesión por derecho propio al exclusivo y selecto club de corredores que han logrado el maillot arcoíris tanto en línea como en la contrarreloj. En el ámbito masculino era una hazaña que hasta el momento tan solo había conseguido Abraham Olano, mientras que en el ciclismo femenino ya había sido cosechada tanto por Jeannie Longo como por Judith Arndt, Anna van der Breggen y Annemiek van Vleuten.
Fotografía: UCI
Tres ciclistas estuvieron por encima del resto con una diferencia sustancial, aunque tan solo dos lucharon verdaderamente por el arcoíris: Remco Evenepoel y Filippo Ganna. El italiano buscaba su tercer entorchado mundialista, tras sus dos triunfos en 2020 y 2021. La sutileza a la hora de rodar, la posición inamovible y el poderío físico que le caracteriza sobre la bicicleta de contrarreloj contrastaba con la sensación algo más inquieta e irregular de Evenepoel, que incluso gesticulaba reclamando cierta calma al staff que marchaba en el coche. Pero los parciales no engañaban, el belga estaba volando. “El circuito quizá no era perfecto para alguien de mi peso, pero he tenido un día estupendo y he podido aguantar”, admitía tras la ceremonía del podio.
El primer punto intermedio marcaba casi un empate técnico entre Ganna y Evenepoel, con tan solo cuatro segundos de ventaja para el italiano. Sin embargo, el ahora Campeón del Mundo de contrarreloj supo gestionar el esfuerzo, extraer su máximo rendimiento e ir a más con el paso de los kilómetros. “Para ser sincero, podía rodar más fuerte y más rápido de lo que habíamos planeado, entre 10 y 15 vatios por encima del ritmo previsto. Si después de treinta minutos sabes que todavía no estás al límite eres consciente de que estás en uno de esos días señalados”, explicaba. El belga se situó en cabeza incluso antes de afrontar la parte final del recorrido, que era la que más le beneficiaba al ser un terreno sinuoso.
La tensión se mantuvo hasta los últimos metros en el camino empedrado que conducía al castillo de Stirling, construido en el Siglo XII. Esa trampa final dejó imágenes de ciclistas llegando al borde la extenuación a la meta, tanto en la prueba masculina como femenina, y se convirtió en el escenario del desenlace en la batalla lejana entre Ganna y Evenepoel. Finalmente, doce escasos segundos separaron a ambos corredores en un esfuerzo cercano a la hora de duración y tras 48 kilómetros de recorrido. El belga lograba el arcoíris, el italiano debía conformarse con la plata. Y junto a ellos, sin que la realización lo mostrara mucho por televisión, se había filtrado en el podio un jovencísimo Joshua Tarling.
Sin hacer mucho ruido, Tarling fue marcando unos tiempos parciales que dejaron fuera de juego a figuras como Wout van Aert, Stefan Küng, Rohan Dennis o a su propio compatriota Geraint Thomas. Era claramente el tercero en discordia, el único aspirante a ocupar la tercera plaza del podio. El británico, que este 2023 con tan solo diecinueve años ya había dado el salto a profesionales con el equipo INEOS, había renunciado a participar en la prueba contrarreloj sub-23 “porque no sería justo”. Y no le faltaba razón, pues mientras grandes especialistas contrastados en la disciplina se diluían, Tarling se presentaba al mundo como la nueva locomotora de la factoría británica.
Hace menos de diez meses lograba el título junior de contrarreloj en los Mundiales de Wollongong y ahora, tras convertirse en el campeón nacional británico a finales de junio, logra el bronce en la categoría élite. Tal vez el podio que cosechó el propio Remco Evenepoel en Yorkshire en 2019, también con diecinueve años y en su primera participación, sea un buen augurio para Joshua Tarling. La hegemonía en la batalla contra el crono dentro de la estructura de INEOS puede estar cambiando e incluso su compañero Ganna avisaba: “Tiene mucho potencial. Si reduce dos kilos de grasa y los transforma en músculo, puede ser prácticamente imbatible”.
Imagen de cabecera: UCI