Un homenaje para Michele Scarponi. La décima etapa del Giro de Italia concluye en Jesi, localidad que vio crecer en sus calles al difunto ciclista italiano, muy querido dentro del pelotón. Una ciudad, situada en la región de Marche, que regresa a la corsa rosa después de su primera, y única inclusión, en 1985 con victoria para Orlando Maini. Aún así, ha mantenido cierta relación con el ciclismo recientemente, pues Julian Alaphilippe consiguió una victoria en la Tirreno-Adriático de 2019 y Marianne Vos en el Giro Rosa de 2014.
Una etapa, sobre el papel, tranquila para los implicados en la general, siempre pendientes de evitar cualquier percance o infortunio. El interés se centrará en la forma en la que se resuelva una jornada con varios escenarios posibles teniendo en cuenta la naturaleza del perfil. Si figuras como Mathieu van der Poel o Biniam Girmay consiguen filtrarse en el grupo cabecero será complicado que algún equipo trate de controlar desde el pelotón con el terreno quebrado predominante en la parte final.
Recorrido de la 10ª etapa: Pescara - Jesi (196 km)
La segunda semana arranca con una etapa completamente dividida en dos secciones muy diferenciadas. Por un lado, un largo recorrido llano hacia el norte y paralelo al Mar Adriático desde Pescara que permitirá a los ciclistas volver a adecuarse a la competición tras la jornada de descanso. Por otro, unos 90 kilómetros finales a través de un terreno sinuoso y repleto de pequeñas cotas que rompen esa falsa sensación de que se trata de un día asequible para los corredores más rápidos del pelotón.
La dificultad inicial, que se basa en superar los obstáculos de tráfico al cruzar los diferentes municipios costeros, da paso a una ruta de carreteras estrechas. La organización tan solo ha decidido categorizar tres ascensiones, pero es un recorrido muy quebrado plagado de repechos con pendientes que oscilan entre el 4% y el 5%. Una circunstancia que siempre dificulta la labor del pelotón a la hora de controlar una posible fuga.
La subida a Monsano (4,2 km al 4,2%) jugará un papel importante al situarse a 9 kilómetros para la meta. Presenta una rampa en su zona central al 11% y podría ser el trampolín hacia los últimos movimientos ganadores. Un descenso rápido, no muy técnico, pero sí con alguna curva cerrada, conducirá a los ciclistas hacia las calles de Jesi, con un último kilómetro que pica ligeramente para arriba.
Favoritos
El desarrollo de la décima etapa puede depender, en gran medida, de cómo quiera afrontarla Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix). Es uno de los puncheurs más rápidos de este Giro, por lo que es cierto que su equipo podría trabajar para intentar controlar la carrera y eliminar a los velocistas puros para medirse en un esprint más reducido. Sin embargo, ese no ha sido el enfoque del neerlandés desde que cedió la maglia rosa, sino que se ha mostrado inquieto y en la jornada de Nápoles, similar a esta, apostó por filtrarse en la fuga y que la etapa se decidiera desde el grupo cabecero.
Quien se mantuvo soldado a su rueda fue Biniam Girmay (Intermarché-Wanty). Un duelo que se ha prolongado a lo largo de la primera semana, tras la ya lejana etapa inaugural en Hungría. Probablemente, el eritreo mantendrá la misma estrategia y tratará de replicar al neerlandés. Es consciente de su potencial en un final como el de Jesi y buscará su primera victoria en una gran vuelta, aunque su táctica más conservadora —que le hizo brillar en Gante-Wevelgem— no se ha traducido en un triunfo en el Giro, por el momento.
Al igual que ocurriera en Nápoles, el control entre ambos ciclistas, y la siempre vitola de favorito para Van der Poel, podría dar libertad para que aquellos ciclistas con olfato estratega y capacidad para resolver fugas vuelvan a ser protagonistas. Saber interpretar las circunstancias de carrera y aprovechar el momento oportuno es esencial. Pero también será importante la capacidad rodadora, porque no será sencillo conformar la fuga en un terreno inicial tan llano.
Sin embargo, a estas alturas de Giro ya comienzan a aparecer las figuras de los sospechosos habituales, esos corredores que siempre asoman en los grupos cabeceros. El propio Thomas de Gendt (Lotto-Soudal), ganador en la octava jornada, Mauro Schmid (Quick Step-Alpha Vinyl), Wout Poels (Bahrain-Victorious), Bauke Mollema (Trek-Segafredo) o Lilian Camejane (AG2R-Citroën) podrían intentar sorprender. También ciclistas más rápidos en estas situaciones como Andrea Vendrame (AG2R), o Magnus Cort (EF Education-EasyPost). De nuevo, etapa de alternativas.
Imagen de cabecera: Giro de Italia