Existe una realidad alternativa en la que Kerry Jonker protagoniza la portada de una revista de negocios. Puede que haya algo especial en su mirada o en su postura que le haga destacar o, simplemente, puede ser que apenas se note su presencia entre los demás titulares. En cualquier caso, se trata de una de las personas pertenecientes a la lista de treinta CEOs menores de treinta años más exitosos, dando un testimonio sobre su ingenio intelectual y empresarial.
Aunque esta situación bien podía ser un hecho real, lo cierto es que actualmente Kerry Jonker es una ciclista profesional que se encuentra en el apartamento que alquila con su novio en Girona hablando conmigo por teléfono; horas antes de un largo viaje de 12 horas a Praga. Durante las próximas seis noches compartirá una habitación individual con cuatro compañeras de equipo, el Macogep Tornatech Girondins de Bourdeaux, antes de volar a Bélgica para participar en algunas carreras de Flandes. En el país belga hará couchsurfing, una red de viajeros popular en Europa en la que se prestan habitaciones con el espíritu de ayudar, sin dinero de por medio.
Kerry Jonker es una ingeniera eléctrica nacida en Sudáfrica y educada en Australia. Con el objetivo y el sueño de intentar llegar al WorldTour femenino, no solo ha tenido que dejar de lado su ambiciones empresariales, sino también los recelos de sus padres.
"Mi madre y mi padre no podían permitirse grandes lujos cuando eran niños, y ahora ambos tienen sus propias empresas. Así que, cuando les dije que iba a correr en Bélgica se quedaron sorprendidos. Mi familia está muy unida y me apoya mucho, pero mi madre sigue diciendo que estoy en un año sabático", explica Jonker.
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De hecho, la joven de 25 años se ha abierto camino en las filas del ciclismo continental mientras se dedicaba a la construcción de centralitas para clientes corporativos cuando el sueldo ciclista era escaso. Para ella, tener ejemplos que también siguieron esos pasos en el pelotón profesional ha sido crucial para que siga una carrera en el ciclismo.
"Me fijo en ciclistas como Ashleigh Moolman Pasio y Rachel Neylan. Ambas llegaron al deporte a una edad más avanzada, después de conseguir sus títulos universitarios. Esa fue la razón por lo que decidí continuar un segundo año en Bélgica. Tener referentes en el pelotón que son ingenieras, técnicas... y que también hayan optado por una carrera ciclista en lugar de la profesional me hace pensar que tal vez no sea una mala decisión, ni un riesgo tan grande", comenta emocionada Kerry Jonker.
La relación del ciclismo femenino con el intelecto y las habilidades de Jonker no es inusual. Además de la ingeniera química Moolman Pasio y la fisioterapeuta profesional Neylan, hay una doctora cualificada, Elise Chabbey, y una capitalista de riesgo, Kristen Faulkner, entre otras. Retener ese talento y ayudar a cambiar la concepción del deporte para el futuro es un reto mucho mayor. Y ahí es donde entra, al menos en parte, el nuevo programa de mentores de la Cyclists’ Alliance (TCA).
El programa de mentores consta de tres niveles para mantener una correcta evolución: jóvenes ciclistas se emparejan con otras más experimentadas, las corredoras en desarrollo se vinculan a aquellas que estén en la parte final de su carrera y, por último, las ciclistas que se retiren se relacionarán con empresas. A nivel práctico, significa que alguien como Kerry Jornet se encuentra en un proceso de constante evolución aprendizaje a medida que desarrolla su carrera deportiva y, también, puede solicitar un puesto de trabajo cuando se retire con uno de los cinco socios actuales: Cannondale, Liv Cycling, Specialized, Sram y Trek.
La australiana Gracie Elvin, actual ciclista del conjunto Team BikeExchange, es una de los miembros fundadores y, además dirige el programa junto con el tesorero de la TCA Roos Hoogeboom. "Nuestra prioridad es ofrecer a las ciclistas apoyo durante toda su carrera. Sin embargo, la segunda parte es mantener a más mujeres involucradas en el ciclismo, ya que a través del programa de mentores y tutorías tienen la oportunidad de seguir desarrollando una actividad profesional mientras mantienen su carrera deportiva”, detalle Gracie Elvin.
Es una realidad que de manera informal y, prácticamente como tradición, existe una especie de mentor natural dentro de los equipos cuando llega alguien nuevo y sin experiencia. Pero este programa es algo novedoso y que va más allá del hecho meramente deportivo, pues su naturaleza estructurada, así como las prácticas y la experiencia interna ayudan a fortalecer otros aspectos profesionales.
El método que utilizó Gracie Elvin para los emparejamientos tuvo en cuenta algo más que las ambiciones y habilidades de las ciclistas en las carreras, sino también sus intereses, aficiones y experiencia vital. El destino, o los cuestionarios detallados del programa, hicieron que Jonker se encontrara emparejada con una de las corredoras a las que más admira, Neylan, que lleva doce años como profesional y fue subcampeona del mundo de ciclismo en ruta la temporada 2012.
La australiana Rachel Neylan, que formó parte del conjunto Movistar en 2018, llegó al ciclismo tarde, con 28 años, por lo que tuvo que adaptarse rápido tras una carrera como fisioterapeuta del equipo de remo de su país natal. "Creo que aprender es lo más grande de la vida, así que un programa estructurado dentro del deporte es una oportunidad de oro para compartir experiencias y también para que las más jóvenes aprendan y crezcan", subraya Neylan.
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La pasión de Neylan por compartir sus conocimientos y su experiencia de toda una carrera se respira a través de la línea telefónica. Sin embargo, como en la mayoría de los sistemas, el éxito depende de las personas. "Muchos deportistas terminan su carrera y se sienten agotados, con la idea de pasar a otra vida, alejada del deporte. Yo no estoy de acuerdo. Una vida como atleta profesional, ya sean cinco, diez o quince años, es como un doctorado, podrías escribir una tesis sobre lo que aprendes", recalca la australiana.
La propia Rachel Neylan explica la importancia de conocer tu valor y saber gestionar la transición entre el mundo de la competición y la retirada. Sobre todo, teniendo en cuenta lo necesaria que es, en muchas ocasiones, esa experiencia que has ido acumulando para los y las ciclistas que están comenzando su andadura profesional. "La ética del trabajo y la resiliencia son las dos cosas más importantes para mí. Pero hay otros temas en términos de sacrificio, concentración, la relación entre el trabajo y el descanso, así como la orientación a los objetivos y saber qué se necesita para conseguirlos desmenuzando el proceso”, resalta Neylan.
Al escuchar a las ciclistas hablar de la estructura y los recursos disponibles, me llama la atención no sólo lo mucho y bien que el programa de la Cyclists’ Alliance parece tomar prestado del mundo empresarial, sino cuántos de nosotros podríamos beneficiarnos de un sistemas similar en nuestras propias vidas. Estas conversaciones me han permitido ver una multitud de formas en las que la orientación, la transferencia de conocimientos y el apoyo específico a las mujeres serían inestimables.
El elemento corporativo que incluye el programa parece haber sido influenciado por Rhian Ravenscroft, vicedirectora de TCA, cuyo trabajo diurno como Asesora Jurídica Senior en MarketAxess, una plataforma comercial global, la ha convertido en la persona más joven, y la única mujer, en el consejo de administración. “Personas como Rhian, que vienen del mundo exterior, han sido realmente útiles a la hora de hacer las cosas de manera diferente".
En un deporte que suele depender tanto de la competencia de los individuos impregnados de sus tradiciones, hay una frescura y un vigor en la forma en que la TCA aborda asuntos prácticos como el apoyo a la carrera deportiva, que parece faltar en el lado masculino del ciclismo.
Uno de esos elementos innovadores, más habituales en el mundo de la empresa, es la incorporación de un coatching profesional al programa de mentores. Gracie Elvin explica que están impartiendo seminarios de apoyo adicional con invitados como Cynthia Dassen, que dirige su propia empresa, Paratam.
La Cyclists’ Alliance se diferencia de la mayoría de los programas de mentores deportivos profesionales en la profundidad y la amplitud de su alcance, extendiéndose a los niveles juveniles y con la idea se seguir ampliando el espectro hacia corredoras de nivel nacional e, incluso, de club.
Una de las beneficiadas de esta iniciativa es Natasha Badertscher, una ciclista júnior de segundo año y campeona nacional canadiense de pista. Recientemente, se ha trasladado a los Países Bajos para estudiar psicología en la Universidad de Leiden y espera que el hecho de convertirse en tutelada le ayude a adaptarse a un nuevo modo de vida europeo, así como a impulsar su carrera deportiva.
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"Sabía que era muy importante venir a Europa y empezar la universidad. Iba a ser un gran cambio para mí, por lo que pensé en solicitar el programa de mentores. En realidad sólo buscaba a alguien con quien pudiera conectar, que me aconsejara y orientara cuando lo necesitase", comenta de forma tímida la canadiense.
La experimentada corredora italiana Valentina Scandolara, que ha vuelto a la competición esta temporada tras un 2020 muy complicado a nivel personal, es la nueva mentora de Natasha Badertscher . "Una de las razones por las que la emparejaron conmigo es que ella también estudió psicología y, desde muy joven, escogió el mismo camino que el mío, pero desde Europa hacia Norteamérica. Esa conexión es importante, porque estoy deseando que me oriente sobre ciclismo, pero también en cuanto a los cambios de vida y la adaptación”, explica la joven Badertscher.
Por su parte, la estadounidense Heidi Franz, que cumple su cuarta temporada en el equipo Rally Cycling asegura que uno de sus grandes hándicaps es la batalla constante con su mente y la ansiedad que le genera pensar en el futuro a sus 26 años. "Mi rendimiento sufre grandes alteraciones a lo largo de la temporada, principalmente por la pérdida de confianza. Soy una ciclista con una gran capacidad de resistencia, pero no soy capaz de extrapolar esa virtud cuando medito sobre mi futuro y mi carrera deportiva”, afirma Franz.
El programa de mentores la ha emparejado con la ex corredora y autora, activista y documentalista Kathryn Bertine. "Ella viene de tantos ámbitos diferentes que puede entenderme, educarme y motivarme para seguir adelante cuando me siento realmente deprimida sobre el futuro, y sobre cuánto tiempo podré alargar mi carrera. Además, tener a alguien a tu lado que te acompañe en un deporte tan duro es muy útil", asegura.
La fuerza y la dedicación de esta comunidad se hace más evidente en la fase inicial del programa. Rachel Neylan se aseguró de que entendía la filosofía que hay detrás de su tutoría, así como los detalles prácticos: “Me doy cuenta de que puede consistir menos en imponer conocimientos y más en capacitar y permitir que la gente se haga preguntas. Se trata de avanzar hacia la autorreflexión, de llegar a conocerse de verdad", profundiza la australiana.
Como ambición vital, no puede ser más fundamental. Si el programa de mentores de la Cyclists’ Alliance puede retener y aprovechar incluso parte de esa compasión, sabiduría y experiencia, el mundo del ciclismo femenino será un lugar mejor.