La sexta etapa se presentaba como una jornada con un final nervioso y propenso para ver un bonito espectáculo. Y lo cierto es que se ha vivido un desenlace interesante con los movimientos de Marc Soler y Remco Evenepoel, sostenido por Primoz Roglic. Sin embargo, la eliminación del duro Alt de Fontpineda en los kilómetros finales ha acabado por diluir lo que podría haber sido una de las mejores etapas de esta edición de la Volta a Catalunya. En esas circunstancias, el esprinter Kaden Groves (Alpecin-Deceuninck) no desaprovechó la oportunidad en Molins de Rei y sumó su segundo triunfo parcial.
La victoria del australiano llegó a pesar de verse obligado a cambiar de bicicleta con su compañero Xandro Meurisee en los últimos 4 kilómetros por un pinchazo. La talla era evidente que no era la apropiada, con la consiguiente pérdida de confianza que supone esa situación para un velocista, pero aun así logró una victoria contundente. “Noté que perdía aire a falta de siete kilómetros, pero intenté aguantar hasta que fue insostenible. Por suerte era un pelotón pequeño y pude recuperar rápido una buena colocación para afrontar la llegada”, explicaba Groves al canal oficial de la Volta. El francés Bryan Coquard (Cofidis) comenzó algo tarde el esprint y aunque venía recuperando terreno tuvo que confirmarse con la segunda plaza, como en Sabadell.
Fotografía: Volta a Catalunya
El punto candente de la etapa estuvo en el Alt de la Creu d’Aragall. Tras una fuga tardía de seis ciclistas en la que figuraban Carlos Verona (Movistar Team) o Fausto Masnada (Souda-Quick Step), el catalán Marc Soler fue el encargado de encender la mecha en el único puerto puntuable del día a 30 km de meta. El corredor del UAE Team Emirates, que sumó un segundo de bonificación en Pallejà que le sitúa cuarto en la general, atacó y abrió una pequeña diferencia, pero poco después saltó un Remco Evenepoel inconformista tratando de doblegar a Primoz Roglic por sorpresa.
Durante varios kilómetros mantuvo un ritmo muy elevado, pero ante la falta de cooperación por parte del esloveno, que simplemente quiso contenerlo, dejó de empujar y fueron neutralizados por el pelotón. “Era una bonita oportunidad de jugarnos otra victoria, pero él estaba defendiendo otros intereses. Así son las carreras de ciclismo”, comentaba un resignado Remco Evenepoel en línea de meta en alusión a su movimiento junto el esloveno.
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Con una diferencia tan pequeña, y viendo la actitud del belga, posiblemente en la última etapa en Montjuïc, en horario matutino pues acabará en torno a las 14 del medio día, intentará auparse a la primera plaza de la general. Este emblemático lugar barcelonés ganó un rápido prestigio internacional en el mundo del ciclismo desde la creación de La Escalada a Montjuïc en 1964. En sus primeras ediciones consiguieron la victoria leyendas ciclistas como Federico Martín Bahamontes, Raymond Poulidor, en tres ocasiones, y Eddy Merckx, que con seis triunfos comanda el palmarés histórico de la prueba. En el año 2007 se celebró su última edición, pero el espíritu de aquella carrera en uno de los pulmones de Barcelona se mantiene con su inclusión en la última década como el colofón final de la Volta Ciclista a Catalunya.
En cierta manera, la Volta no se entiende sin la ciudad de Barcelona. Un punto clave desde la primera edición en 1911, siendo el lugar que más veces ha aparecido en la carrera tanto de inicio como llegada de etapa. Durante años fue, además, la ciudad escogida para acoger la gran salida y la última jornada de la Volta a Catalunya. En el siglo XXI, Barcelona ha perdido parte de su hegemonía como eje vertebrador de la carrera para adquirir cierta exclusividad al acoger el fin de fiesta tras una semana recorriendo el territorio catalán. Un desenlace abierto, interesante y emocionante en Montjuïc que siempre depara un bonito espectáculo.
Hora de salida: 10:25 / Hora prevista de llegada: 14:00
Recorrido de la 7ª etapa: Barcelona - Barcelona (142 km)
El desenlace de la Volta a Catalunya se mantendrá fiel a su estilo y culminará en el tradicional circuito de Montjuïc. El inicio de la última etapa será quebrado, adentrándose en les Muntanyes del Garraf. Tras poco más de 15 kilómetros de recorrido los ciclistas comenzarán el ascenso al Alt de Begues. Se trata de un puerto de 6,4 km y una pendiente media del 5,5%, aunque en la parte central acumula cerca de un kilómetro por encima del 8% y máximas de hasta el 10% en la zona de la ermita de Brugers.
Una breve transición llana conduce a la carrera hacia les Muntanyes d’Ordal, donde comienza el descenso camino de Molins de Rei y, por tanto, del cauce del río Llobregat. A lo largo de más de 40 kilómetros se mantiene un terreno sin grandes dificultades orográficas a través de las diferentes localidades costeras de la comarca del Baix Llobregat. Será a falta de 50 kilómetros para la línea de meta cuando el circuito de Montjuïc adquiera el protagonismo habitual.
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En total, los ciclistas deberán completar seis vueltas a un recorrido de 7,5 kilómetros, marcados por la estrecha y dura subida al Castell de Montjuïc. Se trata de una ascensión dividida en dos partes, pues mientras los 2,5 kilómetros iniciales oscilan entre el 3% y el 5%, los últimos 900 metros tienen una media del 10% y rampas que superan el 14%. Sin duda, el punto clave para tratar de romper la carrera antes del rápido descenso bordeando el Estadio Olímpico, donde se sitúa en último repecho del circuito, Poble Espanyol y culminando en la Font Màgica de Montjuïc.
Imagen de cabecera: Volta a Catalunya