Montar en bicicleta siempre ha significado tres cosas para mi: experiencia, aventura y evasión. Desde mi infancia, me ha dado la oportunidad de vivir nuevas experiencias y me ha otorgado la libertad necesaria para poder explorar, embarcándome en aventuras cercanas y lejanas. Además, se ha convertido en una forma de escapar de la rutina y de mis batallas con la salud mental. El ciclismo también me ha permitido conocer una comunidad de personas increíbles y esto es para mí, quizás, el mayor beneficio; es el nexo de unión perfecto para seguir enriqueciendo las tres razones por las que amo la bicicleta.
En estos momentos me encuentro camino de Catalunya junto a mi extrovertida amiga Lucie Denis. Vamos a pasar cuatro días de mochileros en una zona remota de esta región con el objetivo de reconocer parte de la ruta de una nueva aventura ciclista: Kromvojoj. Es una idea de mi amigo Tomás Montes y de sus compañeros, Joan, Uri y Bernat. No tenemos mucha información sobre el evento en sí, pero Tomás nos asegura que estaremos muy bien acompañados y que el recorrido será una delicia. Tengo una confianza plena en su criterio, por lo que con la música a todo volumen, tanto Lucie como yo nos dirigimos al punto de partida de la carrera.
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Llegamos a casa de Joan donde se nos recibe con una cálida bienvenida y una comida estupenda, muestras del gran ambiente que nos acompañará en los próximos días y que conservaré en mi memoria. Fueron cuatro días repletos de grandes conversaciones y muchas risas que me llevé en las maletas junto a cantidades ingentes de Cacaolat y alguna que otra experiencia traumática.
Estamos en el sur de Catalunya, en Tarragona, una zona muy alejada de las ajetreadas calles de ciudades como Barcelona o Girona. Es tranquila y hermosa. Se trata de una región con un gran significado e importancia para Joan y su entusiasmo por la ruta es contagioso. La aparentemente interminable red de carreteras —con asfalto irregular— atraviesa olivares y plantaciones frutales, así como núcleos urbanos y pueblos antiguos. El paisaje y la naturaleza que envuelve el recorrido está repleto de diversidad: imponentes gargantas fluviales, arrozales, senderos rurales, lagos y una infinidad de bosques en los que el tiempo se detiene.
Se trata de una zona duramente golpeada durante la Guerra Civil española y en muchos rincones todavía existen recordatorios de aquella época, desde un incomprensible monumento al dictador Franco que todavía se mantiene en pie hasta búnkeres esculpidos en las rocas en la cima de las montañas.
Nuestro viaje culminó con la subida al Mont Caro, un macizo calcáreo de 1.400 metros de altitud que domina el horizonte, seguido de un largo descenso hasta la costa. La ascensión al Mont Caro es asombrosa y dura, pero visualmente impresionante. A pesar de que las nubes cubren su cima de manera recurrente, fue uno de los momentos más bonitos de la ruta por la belleza de su paisaje. Además, en el grupo se había creado un vínculo muy fuerte y ver la alegría compartida de todos al llegar a la cima fue muy especial.
El descenso también fue un auténtico disfrute paisajístico y ciclista, hasta que mi chaqueta decidió soltarse de la sujeción de la bolsa del manillar y se introdujo en el freno de disco trasero. De la sonrisa al llanto en un abrir y cerrar de ojos. Afortunadamente, la bicicleta se mantuvo en pie y todo el equipo se detuvo para ayudar a extraer del mecanismo lo que quedaba de ella. El propio Joan insistió con tozudería en tratar de restablecer la configuración del freno para poder reemprender la marcha sin dificultades.
El viaje hacia la costa nos llevó a la zona de cultivo de arroz en el Delta del Ebro. Un terreno completamente plano y anegado, repleto de las aves zancudas, flamencos y otras innumerables especies. Más adelante, la llegada a la playa y poder estar junto al mar fue una exquisita forma de terminar nuestra pequeña aventura por aquella zona de Catalunya.
Antes de iniciar el viaje conocíamos poco del proyecto Kromvojoj, pero al terminarlo, sentimos que ya formábamos parte de su ADN y lo hemos marcado en nuestro calendario: Kromvojoj tendrá lugar en Reus, Tarragona, el 20 de mayo de 2022, y propone un recorrido de 1.400 km con 24.000 m de desnivel positivo acumulado. Las inscripciones estarán muy pronto disponibles.
¿Qué es Kromvojoj?
Aunque hoy en día el calendario está lleno de eventos de ultraciclismo en toda Europa, la intención de este nueva iniciativa es transmitir los valores del ciclismo clásico y primario. La motivación principal de la organización es que los participantes se conviertan en una parte viva y esencial de la experiencia, lejos de ser un simple número o dorsal o un intercambio comercial. Con Kromvojoj quieren contribuir a que la comunidad ciclista crezca y difundir el lema que con el que quieren motivar a ciclistas de todo el mundo a participar: "Ciclismo, diversidad y cultura". Más información en Kromvojoj.cc