Remco Evenepoel (veintitrés años) se presenta en la cafetería del hotel tras su masaje disculpándose por el retraso de 20 minutos, una nimiedad en el día a día del periodista que cubre ciclismo donde esta sala de espera es el lugar cotidiano. Habla sin prisas y lo hace muy bien, con una reflexión honesta y con una madurez impropia de su edad.
La Volta a Catalunya ha sido escenario del reencuentro con Primož Roglič (treinta y tres), su gran rival en la pasada Vuelta hasta que tuvo abandonar víctima de una caída en la decimosexta etapa. Y de nuevo son los dos máximos favoritos a alzarse con el título en una gran vuelta, esta vez en el Giro d'Italia. Así las cosas, la Volta se convirtió en un ensayo final muy importante, del que se extraerán conclusiones milimétricas de aciertos y errores.
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La sensación de tensión, de la importancia del encuentro y de la exigencia ha sido palpable desde el primer metro de carrera hasta el final, en una batalla cuerpo a cuerpo que testase, llevase al límite y encontrase debilidades en el rival y en uno mismo. Evenepoel agresivo, probando todos los posibles escenarios que se encontrará en Italia, descubriéndose aún; Roglič conservador, con la seguridad y la tranquilidad que da la experiencia. El resultado fue de un dominio absoluto de la carrera, con protagonismo diario, dos victorias de etapa para cada uno, la clasificación general para el esloveno y el segundo puesto para el belga a tan solo 6”.
Roglič y Evenepoel se felicitan tras una intensa semana al culminar la séptima, y última, etapa de la Volta 2023 (Fotografía: Cor Vos)
“Entiendo que Primož no quisiese darme relevos, pero hubiese sido bonito jugarnos la victoria entre los dos hoy”. Han pasado tres horas desde la victoria del esprinter australiano Kaden Groves en la sexta etapa de la Volta, que una vez más intentó dinamitar Evenepoel sin que Roglič le pasase al relevo. Pongo la grabadora en marcha...
Esta semana ha parecido un test de principio a fin.
Así es. Hemos probado el “tren escalador” para el Giro en la etapa que gané en La Molina. También el ataque en plena subida, como el de la sexta etapa, así como el esprint tanto en meta (fue quinto) como en el esprint intermedio a falta de 8 kms (se impuso sobre Roglič y Marc Soler). Fue un buen test. Además hemos estado probando todo en relación a la nutrición, bebidas, el staff... Ha sido como si fuese una gran vuelta de una semana para nosotros.
¿Y qué conclusiones sacas?
Creo que aún tengo un margen de mejora del 5% en cuanto a forma física y otras cosas como observar el peso, lo cual es una buena noticia, porque todavía quedan cinco semanas para el Giro y es tiempo suficiente para mejorar. Los compañeros están muy bien y tenemos muy buen ambiente, así que las conclusiones de esta semana son solo positivas.
En tu victoria en la tercera etapa de La Volta se notaba que tenías ansias de ganar. ¿Cuánto valor le dio a tu triunfo el trabajo del equipo e imponerte sobre Primož Roglič?
Fue un día muy bueno para nosotros, porque nos demostró que el equipo es capaz de tirar del pelotón durante mucho rato en subidas largas. Sabía que si quería ganar la etapa necesitaba endurecer la carrera y esa subida era de 20 kms al 5-6 % y llegamos a 2000 m de altitud lo que hizo que fuese duro para todo el mundo. Había cometido errores en las dos primeras etapas: primero por lanzar desde muy lejos el esprint y, al día siguiente, por no calcular bien la distancia entre la última curva y la meta. Tuve la sensación de que perdía la oportunidad de dar a mis compañeros algo en recompensa por su trabajo.
Aquella mañana me desperté y le dije a mi compañero Louis [Vervaeke]: “hoy tiene que ser el día, no importa cómo; si no gano estaré muy enfadado conmigo mismo”. Todo el mundo podía ver el ansia que tenía por ganar y me sentía tan capaz de hacerlo... Fuimos muy rápido en el inicio de la subida porque era la parte más dura durante 4 o 5 kms. Fue muy efectivo que mis compañeros estuviesen 70 kms tirando del pelotón y yo me hice con el control de la carrera en los últimos diez minutos. Todo se resolvió al esprint y gané sobre Primož, quien también es muy rápido. Fue una victoria muy bonita, y pensando en el conjunto del equipo, creo que la más especial que he conseguido.
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Roglic y Evenepoel mano a mano en Montjuïc (Fotografía: Getty Images)
En la Volta a Catalunya habéis robado el protagonismo a todo un pelotón. ¿Ha venido alguien a quejarse de que la carrera ha estado bloqueada por vuestra rivalidad?
La verdad es que no. Creo que Giulio Ciccone (Trek-Segafredo) estaba muy contento de ganar la segunda etapa —sonríe—. Es cierto que yo he provocado todos los ataques y el único en responder era Primož. En estos momentos estamos un peldaño por encima del resto y ellos creo que lo saben y pelean por un tercer puesto, pero en el Giro puede ser otra historia totalmente distinta: puedes enfermar, encontrarte con muchas complicaciones en el recorrido, etapas explosivas... Sería un error pensar que estaremos por encima de todos en esa carrera también. Hay que tener cuidado con las expectativas y con esa mentalidad. Creo que habrá corredores en muy buena forma física en Italia y no debemos cometer el error de solamente fijarnos en dos.
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Desde que arrancó la temporada has competido veintiún días. ¿Echas de menos lucir más tu maillot de Campeón del Mundo?
Sí, por supuesto. Esa es una de las razones por las que correré en Lieja, que al principio estuvo en duda en mi calendario, porque será una de las pocas ocasiones que pueda lucirlo. Como ha sido el caso aquí, en La Volta, al final llevo el maillot de mejor joven de la general y puede ser el caso también en el Giro. Al menos veo el arcoíris en mi culotte y en mi preciosa bicicleta, y eso siempre ayuda. Pero es cierto que me da pena no poder lucirlo más.
Remco Evenepoel rodando con el maillot de Campeón del Mundo en la primera etapa de la Volta 2023 (Fotografía: David Ramos / Getty Images)
Hablando de Lieja, será un entretenido encuentro con Tadej Pogačar. ¿Le has visto correr últimamente?
Sí, es una gran motivación verle correr. “Escalando” en París-Niza, después pura explosividad en las clásicas del pavé... Es espectacular verle hacer casi cualquier cosa. Siempre es especial correr contra ciclistas como Pogačar, porque sabes que va a pelear por ello y no se va a conformar. Aún así, lo que más me motiva de cara a Lieja es empezar con el dorsal número 1 como el último ganador allí, luciendo el maillot de Campeón del Mundo y en mi país.
¿Y después de Lieja qué planes tienes?
Empezaré con unos días tranquilos para recuperarme de esta carrera y después volveré a Tenerife para pasar otros veinte días con prácticamente el mismo grupo que fuimos la vez pasada. Después de Lieja iré a Syncrosfera (hotel para deportistas con servicio de hipoxia en las habitaciones) en Denia y haré otra vez unos diez días ahí y después directo a Italia. Serán casi cuarenta y ú días en altitud después de la Volta lo que supone una preparación dura a nivel mental.
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La excelencia y la exigencia van con él. Deportista casi desde la cuna, no sabe hacer otra cosa que marcarse objetivos y trabajar a destajo por ellos. Ahora, de regreso a la oscuridad del taller, a la soledad y al silencio se prepara para acoplar piezas y engranajes con un bisturí. Todo por alcanzar la máxima precisión sin que se escape un solo detalle. La cuenta atrás para el Giro d'Italia comenzó en Montjuïc.
*La entrevista completa la podrás leer próximamente en la revista VOLATA
Imagen de cabecera: James Startt
