La vuelta del Infierno del norte se ha hecho de rogar. Tras su cancelación en 2020 y su aplazamiento en abril con motivo de las consecuencias de la pandemia, la París-Roubaix regresa al calendario el próximo 3 de octubre. Han sido dos años y medio de espera que envuelven a la madre de las clásicas en un ambiente de expectación máxima ante el anhelo de los aficionados de que reapareciesen los sectores adoquinados del norte de Francia.
Se trata de uno de los cinco monumentos ciclistas y, desde su primera edición en 1896, tan solo las dos guerras mundiales habían sido capaces de detener su disputa. En 2021 se celebra su 118ª edición, de las que Roger De Vlaeminck, entre 1972 y 1977, y Tom Boonen, entre 2005 y 2012, ostentan el récord de victorias con cuatro triunfos cada uno. El mítico adoquín que se le otorga al ganador espera un nuevo dueño en el velódromo de Roubaix tras más de 55 kilómetros de tramos dispersos de pavé abierto y, en muchos casos, complicado de transitar.
Relacionado - Segundo año sin Paris-Roubaix
Relacionado - "Fichar por el Sky me cambió como persona", Juan Antonio Flecha
Recorrido
Perfil de la París-Roubaix 2021 (via La Flamme Rouge)
El nombre de París-Roubaix se encuentra incrustado en el imaginario ciclista con un ADN propio y una personalidad única. Sin embargo, desde el año 1960 es la localidad de Compiègne, al noreste de París, la encargada de acoger la salida del tercer monumento del año por calendario —dejando a un lado la excepción que supone la pandemia— y el segundo en cuanto a longevidad tras Lieja.
Prácticamente, los 100 kilómetros iniciales serán sin dificultades adoquinadas camino del departamento del Norte, inmerso en la región de Hauts-de-France. Este tramo al comienzo de la carrera será el encargado de formar la fuga del día para aquellos ciclistas que busquen su cuota de protagonismo. La llegada de la ciudad de Cambrai se convertirá en la puerta de entrada hacia el pavé, el acceso hacia el Infierno del Norte.
El recorrido de 2021 cuenta con 30 sectores de adoquines, uno más que los que superaron en la edición de 2019; Troisville à Ichy, a poco más de 160 kilómetros para la línea de meta, será el primero de ellos con una longitud de 2.200 metros. Abrirá una zona continuada de sectores adoquinados con una dificultad de tres estrellas que se entrelazan con tramos de dos y el sector de Quiévy à Saint-Phyton que llega hasta las cuatro estrellas con más de 3.700 metros de longitud.
Se trata de la antesala del venerado e icónico Trouée d'Arenberg, el primero de los tres sectores de cinco estrellas de la carrera, que llega a falta de 95 kilómetros para Roubaix. Un tramo de 2.300 metros sobre un adoquín difícil de transitar que se abre paso a través de una enorme recta resguardada por los árboles situados a los costados. Una de las imágenes más reconocibles en el mundo del ciclismo.
Matteo Trentin atravesando el sector de Arenberg en 2019 Fotografía: Alex Broadway / SWpix
El bosque de Arenberg es, precisamente, el inicio de la zona más exigente y decisiva de la carrera. El tramo, de 78 kilómetros, concentra la mayor parte de los sectores adoquinados más duros de París-Roubaix como Hornaing à Wandignies y Champin-en-Pévèle (4 estrellas) o Mons-en-Pévèle, 3.000 metros que completan el segundo tramo de cinco estrellas antes de llegar a Carrefour de l'Abre, el definitivo. Este sector de 2.100 m se finaliza a falta de 15 kilómetros para la meta, por lo que históricamente suele tener una relevancia clave en el resultado.
El velódromo André-Pétrieux de Roubaix, que acoge el final de la clásica desde la edición de 1945, salvo entre 1986 y 1988, será el encargado de decretar al rey de los adoquines tras 257 kilómetros. Desde el año 2010 cuatro ciclistas han logrado la victoria en solitario, aunque el último en lograrlo fue Niki Terpstra en la temporada 2014. Se trata de una carrera estratégica, de mucho desgaste acumulado y en la que hay que mantener la colocación de manera constante una vez la carrera entre en la fase decisiva de la misma. La lluvia podría ser un elemento que añada tintes épicos a una clásica que, ya de por sí, cuenta con una magnitud grandiosa.
Sectores de pavé
30 |
Troisville à Inchy (161,4 km a meta) |
2.200 m / 3 estrellas |
29 |
Viesly à Quiévy (154,9 km) |
1.800 m / 3 estrellas |
28 |
Quiévy à Saint-Python (152,3 km) |
3.700 m / 4 estrellas |
27 |
Saint-Python (147,6 km) |
1.500 m / 2 estrellas |
26 |
Haussy à Saint-Martin-sur-Écaillon (141,1 km) |
800 m / 2 estrellas |
25 |
Saint-Martin-sur-Écaillon à Vertain (136,8 km)
|
2.300 m / 3 estrellas |
24 |
Capelle à Ruesnes (130,4 km) |
1.700 m / 3 estrellas |
23 |
Artres a Quérénaing (121,4 km)
|
1.300 m / 3 estrellas |
22 | Quérénaing à Maing (119,6 km) | 2.500 m / 3 estrellas |
21 | Maing à Monchaux-sur-Écaillon (116,5 km) | 1.600 m / 3 estrellas |
20 | D'Havelluy à Wallers (103,5 km) | 2.500 m / 4 estrellas |
19 | Trouée d'Arenberg (95,3 km) | 2.300 m / 5 estrellas |
18 | Wallers à Hélesmes (89,3 km) | 1.600 m / 3 estrellas |
17 | Hornaing à Wandignies (82,5 km) | 3.700 m / 4 estrellas |
16 | Warlaing à Brillon (75 km) | 2.400 m / 3 estrellas |
15 | Tylloy à Sars-et-Rosières (71.5 km) | 2.400 m / 4 estrellas |
14 | Beuvry à Orchies (65,2 km) | 1.400 m / 3 estrellas |
13 | Orchies (60,2 km) | 1.700 m / 3 estrellas |
12 | Auchy à Bersée (54,1 km) | 2.700 m / 4 estrellas |
11 | Mons-en-Pévèle (48,6 km) | 3.000 m / 5 estrellas |
10 | Mérignies à Avelin (42,6 km) | 700 m / 2 estrellas |
9 | Pont-Thibault à Ennevelin (39,2 km) | 1.400 m / 3 estrellas |
8 | Templeuve (33,8 km) | 1.100 m / 2 estrellas |
7 | Cysoing à Bourghelles (26,9 km) | 1.300 m / 3 estrellas |
6 | Bourghelles à Wannehain (24,4 km) | 1.100 m / 3 estrellas |
5 | Champin-en-Pévèle (19,9 km) | 1.800 m / 4 estrellas |
4 | Carrefour de l'Arbre (17,2 km) | 2.100 m / 5 estrellas |
3 | Gruson (14,9 km) | 1.100 m / 2 estrellas |
2 | Willems à Hem (8,2 km) | 1.400 m / 3 estrellas |
1 | Roubaix (1,4 km) | 300 m / 1 estrella |
Favoritos
El equipo a batir, a priori, será el conjunto sinónimo de adoquines: el Deceuninck-Quick-Step. El Wolfpack ganó la última edición disputada en 2019 con Philippe Gilbert, recuperando el trono cinco temporadas después. Se trata del equipo con mayor profundidad cuando hablamos de este tipo de clásicas y presenta un bloque con Florian Sénéchal, Yves Lampaert, Zdeněk Štybar —séptimo en el mundial de Flandes— y Kasper Asgreen, sin olvidarnos de Davide Ballerini, en el que cualquiera de ellos podría lograr la victoria ateniéndose a su calidad y a su forma ofensiva de correr tan particular. Tener esa variedad de alternativas es un seguro de vida en una carrera, normalmente, repleta de imprevistos técnicos.
Fotografía: Alex Broadway / SWpix
En esa lucha por tratar de desbancar a Deceuninck, tanto Wout Van Aert como Mathieu Van der Poel son los mejor posicionados. El ciclista de Jumbo-Visma no tuvo las mejores piernas, como él mismo reconoció, en Flandes 2021. Se trata de su tercera participación en París-Roubaix y la primera en la que lo hará con la vitola de favorito a la victoria. En 2018, corriendo bajo los colores de Vérandas-Willems, finalizó en decimotercera posición, por lo que será interesante ver cómo afrontará la carrera teniendo que ser uno de los grandes protagonistas. Es uno de los mejores velocistas del pelotón, a lo que suma una capacidad rodadora que le hacen ser un prototipo de corredor perfecto para los adoquines de Roubaix.
Por su parte, Mathieu Van der Poel vivirá su primera experiencia en el Infierno del Norte. El ciclista neerlandés llegó a los Mundiales de Flandes lejos de su mejor versión debido a los problemas de espalda tras su caída en los Juegos Olímpicos. Es cierto que demostró unas muy buenas sensaciones con su octava posición, pero continua siendo una incógnita para esta París-Roubaix. Su falta de experiencia en esta clásica única lo podrá suplir con su carácter combativo innato, por lo que tratará de ser protagonista si llega en buen estado. Además, estará rodeado de un Alpecin-Fenix que presenta un bloque muy competitivo con Tim Merlier, Jasper Philipsen y Silvan Dillier, segundo en la edición de 2018.
John Degenkolb, ganador de la París-Roubaix en el año 2015 / Fotografía: Alex Broadway/ASO/SWpix
El Lotto-Soudal presenta un equipo en el que combina una amplia experiencia, ya no solo en clásicas, sino precisamente en la París-Roubaix, como Philippe Gilbert y John Degenkolb, con un bloque joven. El veterano ciclista belga, de treinta y nueve años, es el actual defensor del título tras su victoria en 2019, mientras que el alemán hizo lo propio la temporada 2015, aunque lleva muchos años lejos de su mejor versión. En esa mezcla de veteranía con juventud, la figura de Florian Vermeersch aparece con fuerza como el futuro del equipo en las clásicas. Todavía le falta un punto de madurez para poder estar con los mejores, pero cuenta con grandes dotes que se adecúan al potente terreno adoquinado de Roubaix.
Sobre el papel, el Trek-Segafredo tiene una alineación fuerte en las clásicas de pavé, aunque es un equipo un tanto impredecible. En el fin de semana de apertura de las clásicas belgas no fueron capaces de terminar entre los 50 primeros en la Omloop. Sin embargo, al día siguiente consiguieron la victoria en Kuurne-Bruselas-Kuurne con Mads Pedersen. Precisamente, el danés, junto con Jasper Stuyven —ganador de la Milán-San Remo—, constituye el núcleo principal del equipo para este tipo de carreras. Son ciclistas polivalentes y rápidos en caso de culminar en un grupo reducido. El joven estadounidense Quinn Simmons es otro de los corredores a tener en cuenta dentro del equipo.
El conjunto BORA-Hansgrohe no parte como uno de los grandes favoritos, pero presenta dos ciclistas de experiencia más que contrastada en esta clásica. Por un lado, la inmensa figura de Peter Sagan, ganador de la París-Roubaix 2018, y, por otro, Nils Politt, segundo en 2019. El alemán, además, ha mostrado un muy estado de forma durante 2021 con su victoria en el Tour de Francia y su gran capacidad rodadora le colocan como uno de los aspirantes al podio. Por su parte, el eslovaco, que correrá con el Team TotalEnergies a partir de 2022, se encuentra, ante la última oportunidad de brillar en los adoquines con el equipo que tantas veces le ha visto sonreír.
Peter Sagan como ganador del Infierno del Norte en 2018 / Imagen: Alex Broadway/SWpix
El cambio de planificación del conjunto AG2R-Citroen hacia las clásicas no ha tenido el efecto esperado a lo largo de la temporada 2021. La incorporación de Greg Van Avermaet, ganador de París-Roubaix en 2017, Bob Jungels y Stan Dewulf suponía un nuevo impulso en esta faceta, pero los resultados no han acompañado. El belga Oliver Naesen, que durante un tiempo se inmiscuyó en la batalla entre Van Avermaet y Sagan en los adoquines, es la otra baza del equipo, aunque nunca ha conseguido acabar entre los diez primeros en Roubaix.
El equipo Ineos-Grenadiers no alcanza las posiciones de podio en el ‘Infierno del Norte’ desde la tercera plaza de Ian Stannard en el año 2016. Esta temporada cuentan con una pieza muy sólida que podría filtrarse entre los mejores por la victoria en Roubaix como es Dylan Van Baarle. El neerlandés, medalla de plata en los pasados mundiales de Flandes, obtuvo su mejor resultado aquella misma edición de 2016 con el 16º puesto. A pesar de ello, sabe desenvolverse muy bien sobre adoquines y cuenta con una gran capacidad rodadora. Ciclistas como Gianni Moscon, Luke Rowe y Michał Kwiatkowski también serán importantes para el conjunto británico.
La participación española se reduce al equipo Movistar, con Iván García Cortina a la cabeza, acompañado de Lluis Mas, Sebastián Mora e Imanol Erviti. Al igual que en el pasado Mundial, el asturiano deberá tratar de aprovechar su condición de ‘outsider’ si quiere luchar por lograr una posición de honor. La colocación, la potencia y la fuerza serán elementos esenciales. En una carrera tan imprevisible como Roubaix todo es posible, pero deberá jugar sus cartas tácticas en el momento preciso, ya que no tendrá muchos más intentos.
Ciclistas a los que habría que prestar una atención especial serán Victor Campenaerts (Qhubeka-NextHash), Taco van der Hoorn (Intermarché) y Christophe Laporte (Cofidis).
Imagen de cabecera: Alex Broadway/SWpix