El aroma de las carreras por etapas europeas en el WorldTour comienza a florecer con la París-Niza. Una prueba histórica y que en este 2022 celebra su 80ª edición entre el 6 y el 13 de marzo. Una semana que marca el primer gran test para los ciclistas que comienzan a preparar objetivos futuros, pero que cuenta con un relato propio desde su creación en 1933 uniendo la capital francesa con la ciudad costera de Niza.
Un recorrido hacia el sol, en referencia a su trayecto desde las condiciones de frío invernal del norte hasta las temperaturas primaverales de la Costa Azul. A lo largo de sus 89 años de vida —entre 1939 y 1951 tan solo se celebró una edición por la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias— ha sido testigo de las victorias en blanco y negro de grandes corredores como Jacques Anquetil, en cinco ocasiones, Eddy Merckx, Joop Zoetemelk y Raimond Poulidor, o más recientes como las de Laurent Jalabert, Miguel Induarin, Tont Rominger o Alberto Contador.
Sean Kelly, en su último año en el conjunto KAS, con el maillot de líder de la París-Niza de 1988 / Fotografía: París-Niza
Entre todos ellos, el irlandés Sean Kelly se convirtió en el “Señor París-Niza”, pues fue capaz de hacerse con el triunfo en siete ocasiones de manera consecutiva entre 1982 y 1988. En su tercera victoria, en 1984, lo hizo por delante de su compatriota Stephen Roche y del francés Bernand Hinault —quién nunca consiguió el triunfo— en una edición marcada por los incidentes en la quinta etapa durante la ascensión al Col de l’Espigoulier, cuando Hinault lanzó un puñetazo hacia un manifestante que le provocó una caída al intentar bloquear la carrera.
Fotografía: Getty
Recorrido
El recorrido se divide en dos sectores claramente diferenciados, separados por una contrarreloj que empezará a marcar las primeras diferencias en la general. Por un lado, las jornadas relativamente llanas en la zona de norte de Francia en su camino hacia el sur. Por otro lado, una parte final llena de etapas de media montaña entre el Macizo Central y alguna pequeña incursión en los Alpes.
Mapa de la París-Niza 2022
Etapa 1 | Mantes-la-Ville — Mantes-la-Ville | 159,8 km (06/03)
A pesar de que el perfil de la primera etapa muestra un terreno quebrado, todo apunta a que los velocistas se jugarán el triunfo en una llegada masiva para decidir el primer líder de la carrera. Aún así, es cierto que los últimos 35 kilómetros presentan cuatro pequeñas cotas que rondan el kilómetro de longitud y que una pendiente media en torno al 6,5%. Esa situación podría generar un final de etapa plagado de ataques buscando romper el sprint, especialmente en la Côte de Breuil-Bois-Robert (1,2 km al 6%) que se corona a falta de seis kilómetros para la línea de meta.
Etapa 2 | Auffargis — Orléans | 159,2 km (07/03)
La segunda jornada, sin embargo, sí que muestra un perfil mucho más llano hacia Orléans y, a priori, la etapa culminará en una volata. A pesar de ello, las condiciones cambiantes de la zona norte de Francia en esta época del año podría ser un elemento distorsionador. El viento, que podría llegar a ser muy fuerte, y la abundancia de lluvia, en caso de que se produzca, cambiaría el concepto de una etapa más asequible hacia una jornada complicada. Predicciones meteorológicas a parte, sobre el papel los velocistas serán los protagonistas.
Etapa 3 | Vierzon — Dun-le-Palestel | 190.8km (08/03)
En este caso, la segunda mitad de la etapa ya presenta un perfil bastante escarpado, rozando las zonas del Macizo Central. En los últimos 90 kilómetros acumulan cuatro cotas puntuables que rondan los 2 km y el 5% de pendiente media. Entre ellas, la Côte de Peyroux, que da paso a los interesantes 15 km finales, principalmente por la presencia de un descenso rápido que conducirá a una cota de 2,5 km al 3%, que se corona a falta de 7 kilómetros para el final.
Además, la llegada en Dun-le-Palestel presenta un último kilómetro en constante subida en torno al 4%, por lo que entrarán en liza corredores de corte más explosivo para un final de estas características.
Etapa 4 | CRI Domérat — Montluçon | 13,4 km (09/03)
Carretera estrecha, muy sinuosa y que prácticamente no va a permitir una posición aerodinámica fija en la campiña francesa. Estos elementos marcan la contrarreloj de la cuarta jornada, en la que además de todo ese terreno ondulado por carreteras departamentales casi en su totalidad, guardará un pequeño regalo para los ciclistas en la parte final. Una rampa de 700 metros al 8,6%, del estilo en la Stefan Bisseger sorprendió en la edición del año pasado con su victoria en Gien. Será importante mantener energía para afrontar este duro desenlace.
Etapa 5 | Saint-Just-Saint-Rambert — Saint-Sauveur-de-Montagut | 188,8 km (10/03)
La quinta jornada abre la parte decisiva y montañosa de la París-Niza. Será la primera etapa en la que los ciclistas se adentren de lleno en el Macizo Central, camino del Parque Natural de Monts d’Ardèche. Cinco puertos, tres de ellos de primera categoría, para acumular en torno a los 2.600 metros de desnivel positivo. El Col de la Mure (7,6 km al 8,3% de manera constante) se corona a falta de 33 kilómetros para la meta.
Sin embargo, a falta de 15 kilómetros, los ciclistas deben afrontar una subida de 4,8 km al 5,4% hacia el sprint intermedio de Saint-Vicent-de-Dufort. Una jornada con constante sube y baja, en la que comenzarán las primeras hostilidades en la lucha por la general y en la que podría triunfar la fuga.
Etapa 6 | Courthézon — Aubagne | 213,6 km (11/03)
De nuevo, una etapa con variedad de alternativas en dirección a la costa marsellesa. Las constantes subidas se suceden a lo largo de los más de 213 kilómetros, por lo que será una jornada con mucho desgaste y más de 2.300 metros de desnivel positivo acumulado. Un dato que sorprende si tenemos en cuenta que ninguna subida supera los 700 metros con respecto al nivel del mar.
La parte final es la más interesante, con el encadenado de Col de Pas de la Couelle (5,3 km al 4,2%) y la larga ascensión de 11 km al Col de l’Espigoulier (4,4%). Parece una etapa diseñada para la fuga y en la que la dureza será fruto de los esfuerzos acumulados más que del porcentaje de las pendientes.
Etapa 7 | Niza — Col de Turini | 155,4 km (12/03)
El Col de Turini recibe por segunda ocasión —Daniel Felipe Martínez se llevó la victoria en 2019— el único final en alto de la París-Niza. Esta ascensión cercana con la frontera italiana se encuentra en las primeras estribaciones de los Alpes desde la zona sur. Ronda los 15 kilómetros de longitud y una pendiente media del 7,3%.
Sin embargo, durante gran parte de la subida, sobre una carretera estrecha, rugosa y protegida por la frondosidad de los árboles, se acumulan kilómetros constantes por encima del 8%. El estilo sinuoso, con curvas muy seguidas, permitirá escabullirse con facilidad a los que intenten atacar, convirtiéndose en un aliado en el juego psicológico de tener controlados a los rivales.
Etapa 8 | Niza — Niza | 115,6 km (13/03)
Como es habitual, el famoso Col d'Èze (6 km al 7,6%) volverá a ser el protagonista final en la París-Niza a menos de 15 kilómetros para la línea de meta. Una jornada corta, pero muy explosiva, con hasta cinco puertos de montaña en las inmediaciones de la capital de la Costa Azul francesa. Un recorrido característico y que suele deparar alguna sorpresa si las diferencias se mantienen en pocos segundos.
El perfil invita a atacar, promover una etapa intensa e intentar disposiciones tácticas para aislar al líder tratando de dar un vuelco a la general, como ocurrió el año pasado, aunque fruto de la caída de Primož Roglič, o en 2018 cuando Marc Soler se aupó a la primera posición con un ataque lejano.
Favoritos
El defensor de la corona es el alemán Maximilian Schachmann, que buscará su tercer título de forma consecutiva. Parece que existe una especie de relación especial entre el ciclista del BORA-Hansgrohe y la París-Niza, pues en los dos últimos años tan solo ha conseguido la victoria en la carrera gala, a excepción, eso sí, del campeonato nacional alemán en el pasado mes de junio.
Max Schachmann en la Strade Bianche 2020 / Fotografía: SWpix.com - CorVos
Y, como de costumbre, no será una tarea asequible. Una competencia que empieza dentro de su propia estructura, pues su compañero Aleksandr Vlasov fue segundo en la edición de 2021 y ha arrancado la temporada demostrando muy buenas prestaciones tanto en la Volta a la Comunitat Valenciana -en la que se impuso- como en el UAE Tour, concluyendo en cuarta posición.
Sin duda, el gran rival a batir parece Primož Roglič, al que un cúmulo de infortunios durante las jornadas finales del año pasado le impidieron acabar entre los diez primeros en una carrera que tenía prácticamente sentenciada antes del desenlace en Niza. Su capacidad para reponerse en los momentos de mayor dificultad es uno de sus grandes potenciales, por lo que esta temporada buscará olvidar aquel mal sabor de boca.
Consecuencias de la caída que apartaron a Roglič de la victoria en 2021 / Fotografía: París-Niza
Sin embargo, la fortaleza del Jumbo-Visma no concluye con la figura del esloveno, pues en esta ocasión debuta en la prueba francesa Wout van Aert. Por el momento, se mantiene el ambiente de incertidumbre por conocer cuáles serán las aspiraciones del belga, pero el año pasado ya demostró en la Tirreno-Adriático que en carreras de una semana puede optar al triunfo en las clasificaciones generales.
Por lo que respecta al conjunto Bahrain-Victorious, presenta la baza fiable de Jack Haig, podio en la pasada Vuelta a España. El australiano fue cuarto en la edición de 2019 y acabó séptimo la temporada anterior. Se trata de un ciclista que ha sabido encontrar su hueco en el pelotón, basado especialmente en la regularidad y la constancia. Junto a él, estarán el neerlandes Wout Poels, ganador de la Vuelta a Andalucía, y un Gino Mäder, fundamental durante la ronda española, que vio cómo Roglic le arrebató un triunfo de etapa en París-Niza a 25 metros de la meta en la estación de esquí de La Colmiane.
La variedad de opciones de las que dispone el UAE Team Emirates hace que el portgués João Almeida y el estadounidense Brandon McNulty —ganador recientemente del Faun-Ardèche Classic— asuman el liderazgo del equipo en la carrera francesa. Lo cierto, es que el recorrido puede ser beneficioso para las características de ambos ciclistas, con la contrarreloj y las jornadas de media montaña. Sus semejanzas podría ser una ventaja a la hora de complementarse para buscar tácticas ofensivas.
Joao Almedia durante la disputa del UAE Tour / Foografía: UAE Tour
No podemos olvidarnos del conjunto Ineos-Grenadiers, que se presenta con dos opciones más que interesantes. Por un lado, el británico Adam Yates, que sorprendentemente debuta en la prueba francesa ya que siempre había optado por la Tirreno. Por segundo año consecutivo no pudo con la superioridad de Pogacar en el UAE Tour, pero siempre es un ciclista peligroso en las carreras de una semana. Por otro, el colombiano Daniel Felipe Martínez, que reaparece tras finalizar tercero en la Volta ao Algarve y que cuenta con una experiencia constrastada en pruebas de este estilo, siendo ganador de la Dauphiné 2019 e imponiéndose en la etapa reina de la París-Niza en la edición de 2019.
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La lista de alternativas la encabeza un Nairo Quintana (Arkéa-Samsic) que ha arrancado el año de forma pletórica, llevándose la victoria en el Tour de la Provence y el Tour de los Alpes Marítimo con sendas exhibiciones. Además, ciclistas como Ion Izagirre —tercero en 2021— y Guillaume Martin (Cofidis), David de la Cruz y Alexey Lutsenko (Astana-Qazaqstan), David Gaudu (Groupama-FDJ) o Ben O’ Connor (AG2R-Citröen) también podrían buscar su cuota de protagonismo en una París-Niza propicia a los giros de guion.
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