Entre los aficionados más jóvenes que esperan la caravana publicitaria, circula el mantra de que esta es la primera edición del Tour de Francia femenino. Pero los más veteranos, aquellos aguerridos en mil historias de las que algunas son ciertas y otras se exageran, recuerdan cómo en 1984, la norteamericana Marianne Martin ya ganó el primer Tour (aunque bien es cierto que Millie Robinson se llevó aquella osada y olvidada prueba de 1955). Y en eso, justamente, el Tour actual se ha encargado de poner la mano encima: en crear su memoria histórica. Si se quiere jugar la carta ganadora, se necesitan buenas combinaciones.
En la salida —que no llegada— de París muchos se frotaban las manos con lo que veían. “Para que el ciclismo femenino enganche, se necesitan heroínas. Y las heroínas buscan sus referentes”. La empresa organizadora ASO y las marcas que dan equilibrio a este Tour se han encargado de todos los detalles y Marianne Martin se pasea por la prueba para dar la razón a los veteranos y quitársela a los jóvenes. Y si Martin está aquí, las Van Vleuten, Vollering, Vos, Mavi y compañía ya tienen a quien mirar. Porque a ellas ya las observan con ojos de ilusión los muchos niños y niñas que se acercan a las salidas y las llegadas. Porque sí, el público ha respondido. ¿Menos que en la edición masculina? Puede ser. ¿Más del que podíamos imaginarnos? Mucho más, sin duda.
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El Tour ya tiene sus heroínas para sustentar el relato. La norteamericana Martin no para, de aquí para allá. Las que compiten hoy se mueven disimulando su expresión de incredulidad. La puesta en escena es fantástica. La columna de los buses de los equipos forma apiñada cerca del control de firmas, la seguridad hace de seguridad y los periodistas meten codos para ganar su posición. La decisión de solapar la primera etapa del Tour femenino con la última del masculino en París ha funcionado. Dos en uno, y en los Campos Elíseos. El público se queda y los medios de comunicación madrugan para doblar esfuerzos. Incluso el siempre riguroso e inclasificable control de ASO se flexibiliza y hace la vista un poco gorda para permitir que todo vaya bien. La consigna parece clara, vale más tener por exceso que por defecto. Por lo menos en este inicio.
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Así que, llegados a este punto, solo queda por comprobar un detalle para certificar que esto funciona: también hay tractores que dibujan los campos de cultivo con proclamas ciclistas. El Tour femenino comete los errores del principiante en estos primeros días pero también muestra un camino interesante. En Reims, pocos minutos antes de la salida de la tercera etapa, Marion Rousse, directora del Tour de France Femmes avec Zwift, y Christian Prudhomme, director del Tour masculino, departen en una tertulia organizada por France Info, ¡en plena calle! Sí, el Tour femenino es más cercano, quizá más desenfadado. ASO y Zwift han preparado el reparto y el público ha hablado. Sí, hay Tour femenino.
Foto cabecera: Iván Arribas
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