De la Costa Brava a Vallter 2000: redescubrir lo cercano

De la Costa Brava a Vallter 2000: redescubrir lo cercano

Dos itinerarios divididos por etapas que unen el Mar Mediterráneo, en la Costa Brava, con el corazón de los Pirineos en la estación de esquí de Vallter 2000. Un recorrido de 200 kilómetros con un espíritu exploratorio para conectar con el paisaje que lo envuelve.

Costa Brava Experiencias Fotos: Dani Salvà Pirineos Ruta ciclista Rutas Texto: Dani Salvà Vallter 2000

A veces, una nueva mirada sobre lo que tenemos más cerca puede hacernos redescubrir lo que creíamos ya agotado. Borramos las rutas ya trazadas y miramos de nuevo el mapa para encontrar una nueva manera de recorrer el territorio, de un modo más pausado, sin la presión deportiva, detectando vías secundarias y pequeñas carreteras rurales. Así, con esta filosofía, os proponemos un recorrido con un objetivo claro: conectar el mar de la Costa Brava con la alta montaña pirenaica, desde el nivel de mar de la playa de la Gola del Ter, en Torroella de Montgrí, en el Baix Empordà, a los 2.144m de altitud del puerto de primera categoría Vallter 2000.

Son unos 200 km en total que pueden recorrerse en dos días o hasta en tres, si se prefiere un tránsito más recreativo y sin que el reloj domine el tempo. Ambos casos se nutren de un espíritu exploratorio ideal para unas mini vacaciones que permiten volver a conectar con paisajes cercanos. 

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La playa de la Gola del Ter es el inicio de esta ruta para la que hemos contado con Nil y Queralt Mercader como modelos. Nil viste el maillot edición limitada Cx Pro Savana y Queralt, el Black Shade, ambos de Gobik. Llevan bicicletas Basso Bikes de carretera: Nil monta una Basso Astra y Queralt, una Basso Venta.

Etapa 1: Gola del Ter - Olot / 99,8 km

El Río Ter es el gran protagonista de esta primera parte de la ruta. Partimos de su desembocadura, una zona llamada Gola del Ter —la “garganta” del Ter— de alto interés ecológico y de paisajes propios de una zona de transición entre el mar y el cauce fluvial del río, con dunas, juncos y cultivos de maíz y manzanos. Se encuentra dentro del término municipal de Torroella de Montgrí y se puede llegar hasta allí por pistas de tierra que nos permitirán tener un contacto directo con el entorno y disfrutar de ambiente tranquilo y con mucha actividad de aves típicas de las zonas de ciénagas. Si miramos hacia el mar, veremos el archipiélago de las Illes Medes, reserva natural protegida y muy valorada gracias al buen estado de preservación de su fauna y flora marina.

De la Gola del Ter tomamos la pista de tierra que transita por la ladera sur del Ter y pedaleamos unos 6 km hasta llegar al puente que cruza el río y nos conduce a Torroella de Montgrí. De allí, nos dirigimos al este hasta la población de Ullà que nos permitirá tomar la carretera rural que conduce a Bellcaire de l'Empordà, y donde podremos hacer una breve pausa para degustar unos de los excelentes cafés de Rustik Empordà, parada habitual de muchos ciclistas. 

El pequeño pueblo de Tor es nuestro siguiente paso, al que también llegamos por la carretera antigua que nos permite sortear la vía principal C-31 y viajar por estrechas vías, muchas de ellas de uso agrario en un continuo sube y baja: La Tallada, Verges, Les Olives y Vilopriu, donde nos desviamos hasta Colomers para encontrarnos de nuevo con el río Ter y el bar restaurante La Llúdriga 3.0, donde tienen una amplia carta de cervezas artesanas y vinos ecológicos y es ideal para un tentempié o algo más.

Los primeros de kilómetros llanean en su mayoría pero poco a poco el terreno se convertirá en un constante sube y baja rodeado de zonas de cultivo. El bar La Llúdriga, en Colomers, es parada imprescindible para avituallarse o simplemente disfrutar de una cerveza artesana.

Un camino estrecho que circula al lado del río nos permite llegar a la pequeña población de Gaüses y de allí, de nuevo serpenteamos por carreteras secundarias muy poco transitadas nos darán a conocer la parte interior del Alt Empordà — Camallera, Vilaür, Calabuig—, un espectáculo de pequeñas colinas solo interrumpido cuando tomamos la GI-622 que cruza la autopista AP-7 por el puente de Bàscara y, luego, la Nacional II por un cruce con un semáforo.

Llegamos a Parets d'Empordà y la GI-544 nos lleva a Orfes, donde el paisaje empieza a cambiar. Se torna algo más frondoso y exuberante. Vilert y Esponellà —que transcurren cerca del río Fluvià— nos acercan a Banyoles por la GIP-5121 que cruza la zona de Melianta. Es una manera alternativa de aproximarse a la capital de la comarca del Pla de l'Estany sin apenas tráfico y sorteando el núcleo urbano, lo que nos permite llegar directamente a L'Estany de Banyoles, el gran lago natural que corona la ciudad y que es una de las paradas imprescindibles de nuestra ruta. Podemos dar una vuelta por la pista marcada a su alrededor —es un área de gran actividad deportiva y con carril bici habilitado— e incluso parar en el Club Náutico para tomar algo.

Vista al Estany de Banyoles, lago natural de 11,42 kilómetros cuadrados.

Antes de llegar a Olot, es recomendable perderse por el centro histórico de Santa Pau.

Tras una pausa con el gran lago de como escenario, nos dirigimos a Porqueres por la GI-524 y, a partir de entonces, ya no hay pérdida ni descanso: Sant Miquel de Campmajor, Mieres, Santa Pau —conocido por sus judías con denominación de origen, "els fesols de Santa Pau"— en otro sube y baja constante que nos conduce a Olot, final de esta primera etapa, como centro de un paisaje único y singular: el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.

* Información práctica

Alojamiento: en Torroella del Montgrí, inicio de la ruta, hay opciones ideales para ciclistas como la Fonda Mitjà, donde tienen espacio para las bicis, y el Hotel Restaurant URH Molí del Mig, también con facilidades para el turismo activo. En Olot, zona de gran interés paisajístico, os recomendamos el Hotel la Perla y el Hotel Borrell, ambos adaptados para viajeros con motivaciones deportistas.

Comer: Esta ruta transita por muchísimos pequeñas localidades ampurdanesas y os recomendamos que os dejéis llevar pero hay algunos imprescindibles que os ayudarán a redondear la experiencia a nivel gastronómico, como el restaurante con cocina local de la Fonda Mitjà; Mooma, una sidrería artesana en Fontanilles, a 6km al sur de Torroella de Montrgrí; el café y los desayunos energéticos de Rustik d'Empordà (Bellcaire d'Empordà) y el bar gastrocraft La Llúdriga 3.0 (Colomers).

La Fonda Mitjà de Torroella de Montgrí ofrece facilidades a los ciclistas que estén en ruta.

Etapa 2: Olot - Vallter 2000 / 76 km

Rodeados del paisaje de origen volcánico de la Garrotxa, dejamos Olot atrás para dirigirnos a la alta montaña. Aquí, el mar ya empieza a quedar lejos y, aunque aún estamos dentro de una zona con clima mediterráneo, la montaña ya es la dominante a nuestro alrededor. Aquí las precipitaciones son abundantes durante todo el año, siendo el invierno la estación más seca. Las frecuentes lluvias generan unos veranos frescos, mientras que la influencia del Pirineo hace que los inviernos sean fríos. A medida que nos acercamos a Castellfollit de la Roca, vemos que cada vez hay más encinas, más robres y más hayas.

Sorteamos la carretera principal, la A-26, a través de las calles que pasan por La Canya y Sant Joan les Fonts. Una vez hemos llegado a Castellfollit de la Roca, conocida por sus casas colgantes sobre un risco basáltico de 50 metros de altura y de casi 1 kilómetro de largo, tomamos la GIV-5221 dirección a Oix y Beget, pequeños pueblos de montaña, pequeños oasis enmedio de un paisaje de media y alta montaña que a partir de ahora nos exigirá como ciclistas.

La primera dificultad es el coll de Pera (o de Bucs), que se encadena con el coll de Rocabruna, de 12km de longitud y con alguna rampa que llega al 12%. Esta carretera de montaña, la GIV-5221, pasa por una zona en la que había caminos ganados al bosque para llegar hasta territorio francés —estamos a prácticamente 2 km de la frontera con Francia— durante los años de la Guerra Civil. Y mientras la historia contemporánea sigue emitiendo ecos, en el descenso del Rocabruna nos encontramos con Camprodon.

Esta villa de montaña de poco más de 2000 habitantes (2018), contrasta con los pueblos cercanos al mar de la etapa anterior. Cruzamos el centro por debajo del puente de piedra de estilo gótico y afrontamos ya la parte final de la ruta: Setcases y la ascensión al puerto de primera con final en la estación de esquí Vallter 2000 que, con sus curvas en herradura, se está ganando un lugar en el imaginario ciclista.

No en vano, ha sido final de etapa en varias ediciones de la Volta Ciclista a Catalunya, aportando dureza, rampas de hasta el 13%. Además de sus 2.144m de altitud. A pesar de que puede subirse durante todo el año, la época de verano permite ver el paisaje pirenaico con todo su esplendor y, una vez superado, disfrutar de una buena recompensa en el food truck Rocacoborca o la oferta de restauración de la estación de esquí, abierta también en temporada estival.

Nos hemos alejado casi 200 km del mar, pero la presencia del Mediterráneo sigue siendo inevitable: desde la cima de Vallter, los días de más claridad puede verse la playa de la Gola del Ter, nuestro punto de partida de esta ruta.

Las carreteras pirenaicas y la subida a Vallter 2000 añaden exigencia a una segunda etapa de ciclismo de altura

*Información práctica

Alojamiento: en la zona, podéis alojaros en municipios como Setcases y Camprodon, donde el Càmping Vall de Camprodon, ofrece muchas facilidades al viajero y ciclista.

Comer: esta segunda etapa es mucho menos poblada y es mejor tener algunas provisiones en los bolsillos del maillot o aprovechar los pasos por Castellfollit de la Roca —con excelentes pastelerías y cafeterías—, Oix y Beget, para hacer una pequeña parada y llenar los depósitos de energía (y los bidones de agua). Eso sí, en la llegada a Vallter 2000, la food truck Rocacorba y los bares y restaurantes de la estación de esquí —abierta en verano a partir del 18 de julio— os cubrirán todas las necesidades

** Idea alternativa para btt:

Vallter 2000 también es el inicio del recorrido de La Ruta del Ter, un recorrido de 220km que enlaza dos polos de atracción turísticos, como son los Pirineos y la Costa Brava, mediante un itinerario para btt que sigue el curso del río Ter y que atraviesa cinco comarcas catalanas.

Pista de tierra que recorre la ladera del río Ter en sus kilómetros finales.

Para recrearse un poco más: ruta de tres días

Si lo que buscamos es perdernos un poco más en el camino y descubrir nuevos rincones, podemos añadir un día más a nuestra ruta, bajar un poco la velocidad media de pedaleo y dejarnos llevar por un espíritu más recreativo. Esta es una versión extendida de la ruta a través de tres etapas:

Etapa 1: Gola del Ter - Banyoles / 61,9 km

Partiendo del nivel del mar en la Gola del Ter, seguimos el mismo camino trazado por la etapa de la ruta ya expuesta más arriba —la de dos días— hasta llegar a Colomers, con el bar restaurante la Llúdriga 3.0 como perfecto pit stop. Seguimos hasta Sant Jordi Desvalls por un camino paralelo al río Ter que nos lleva a Viladasens a través del desvío de La Mata. Entonces es cuando iremos tomando carreteras secundarias y superando terreno colinoso a través de poblaciones como Orriols, Terradelles, Vilademuls y Galliners, donde giramos a la izquierda para salir a la carretera GIV-5231, que lleva a Vilavenut. Aquí ya nos dirigimos a Banyoles, final de esta primera etapa, por la zona de Puigpalter, que nos conduce directamente hasta L'Estany, el lago de Banyoles.

El Hotel L'Ast, de Banyoles, está especialmente preparado para acojer deportistas, así que no se sorprenderán si aparecéis con vuestras bicis.

* Información práctica

Alojamiento: en Banyoles hay múltiples opciones de alojamiento turístico para todos los gustos y bolsillos, como Can Cu, Can Soler, Hostal Ca La Flora, Hotel L'Ast, Alberg de Banyoles o la casa de turismo rural, Can Campolier, en Miánigues, con todos los servicios necesarios para el ciclista.

Comer: A parte de las terrazas del Club Náutico y del Club de Tenís de Banyoles, cerca del lago, el restaurante Vora Estany puede darnos esa merecida recompensa gastronómica y probar la cocina de la zona, con gran protagonismo de carne a la brasa. A partir del 24 de junio, organizan las jornadas “metre de botifarra”, de gran éxito popular. El bar Els Banys Vells, con terraza cerca del agua y zona de baños, también tiene una buena carta de tapas.

El equipamiento de turismo rural y deportivo de Can Campolier cuenta con todos los servicios necesarios para el ciclista, incluido la food truck Rocacorba.

Etapa 2: Banyoles a Oix / 82,78 km 

Antes de partir de nuevo, hay que hacer una vuelta al lago de Banyoles para poder disfrutar de este entorno privilegiado. Eso nos permitirá llegar hasta el desvío para ir hasta Esponellà y Crespià. Aquí tomamos la N-260 en la zona de Can Vilà para subir la Mare de Déu del Mont, uno de los puertos más emblemáticos para los ciclistas de la zona. Como tenemos tiempo, podemos llegar hasta arriba (1.124m de altitud y pendiente media de 5,2%) y disfrutar de unas vistas que permiten ver gran parte de la zona de Girona y las montañas del Pirineo, a donde nos dirigimos.

La ascensión al Santuario de la Mare de Deu del Mont es uno de los grandes atractivos de la zona de Girona y Banyoles

El puente románico de Besalú

El siguiente objetivo es el pueblo románico de Besalú. Descendemos el puerto y cuando hemos recorrido unos 6,5 km tomamos un desvío a la derecha que nos conduce a un camino asfaltado hasta Beuda, un municipio diminuto y con cierta carga histórica, que es la antesala de Besalú, gran polo de atracción patrimonial y de servicios, con el puente románico de entrada como emblema. Vale la pena visitar la plaza mayor de la zona antigua —peatonalizada— y tomarse un refrigerio en alguno de sus numerosos bares con terraza antes de continuar pedaleando.

De Besalú continuamos por la carretera antigua de Argelaguer hasta conectar con la GIV-5232 que pasa por Tortellà y Montagut para llegar a Castellfollit de la Roca. De ahí, y cuando la carretera se vuelve mucho más exigente y cuesta arriba, continuamos dirección Oix, donde termina esta segunda etapa con sabor a Pirineos.

Información práctica

Alojamiento y comer: Oix es un pequeño pueblo de montaña con algunas opciones de turismo rural como el Hostal de la Rovira, donde también se puede cenar. 

Tras un buen desayuno frente al lago en Banyoles, la ruta tiene en Besalú el lugar con más recursos gastronómicos, como el Bar Victoria, a pie de carretera y cerca de la plaza mayor, con lugar para dejar la bicis, o todos los establecimientos con terraza de la zona románica y peatonalizada del centro histórico de la ciudad.

Etapa 3: Oix a Vallter 2000 / 57,8 km

Esta última etapa está pensada para recrearse en el paisaje de montaña, de perfil pirenaico y el placer de pedalear cuesta arriba con poco tráfico y con grandes vistas. Partimos de Oix y continuamos montaña arriba por la carretera principal a Beget para superar el coll de Rocabruna (de 12,3km de longitud y pendiente media del 5%), la última dificultad antes de llegar hasta Camprodon y su centro histórico de origen medieval. Entonces, tomamos aire, miramos al cielo y nos dirigimos al pueblo de Setcases y, pocos kilómetros más tarde, superar los 12,2km y la pendiente media del 7,2% de Vallter 2000. Llegamos por fin a los 2.144m de altitud a través de tres jornadas intensas de ciclismo en los que hemos conectado el mar Mediterráneo de la Costa Brava con la alta montaña pirenaica.

***

Más información y recursos para planificar tu viaje en:

Turisme de la Costa Brava i Pirineu de Girona

Vallter 2000

 

* Gracias a Nil y Queralt Mercader, Gobik y Basso Bikes.

Costa Brava Experiencias Fotos: Dani Salvà Pirineos Ruta ciclista Rutas Texto: Dani Salvà Vallter 2000


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